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Vuelve el tostón de Antonio Jiménez a El Cascabel para hundir a Trece

Redacción




Luis Bru.

Los peores augurios se han cumplido: ha vuelto el tostón de Antonio Jiménez a presentar El Cascabel. Trece televisión ha hecho un buen agosto con un share del 2,4, sin ningún cambio de programación, con el único hecho diferencial de que no ha estado Antonio Jiménez y se ha notado. No se la ha echado en falta. Para ser una televisión ruinosa, en la que la Conferencia Episcopal se gastó en 2018 11 millones de euros de la crucecita, los obispos son muy malos empresarios cuando dejan a este inútil que coga de nuevo el timón para hundir Trece.

Todos hemos podido gozar de un mes de agosto con José Luis Pérez en el que se ha podido ver El Cascabel sin que se interrumpa continuamente a los contertulios, haciendo incomprensibles las intervenciones; con un programa bien preparado, bien seleccionados los temas, con ritmo. Todo lo contrario que Antonio Jiménez que no prepara nada, que llega cocido y con digestiones pesadas, que aturde al espectador con su insustancialidad, que chupa cámara todo lo que puede, que aburre a las ovejas con sus fervorines sectarios peperos. Antonio Jiménez no tiene remedio. Es un vago de siete suelas. No hay cambio posible, salvo cambiándolo a él, Pero los señores obispos nos quieren someter a esta dura y penosa penitencia, a fuer de seguir perdiendo audiencia y dinero a espuertas.