Luis Bru.
Elisa Beni la lió parda en La Sexta Noche. Convertida en la líder natural del movimento Me Too español, a propósito de Plácido Domingo, puso sobre el tapete uno de los casos más clamorosos de depredador sexual, el de Luis María Ansón. Se preguntó la Beni con más razón que una santa: «¿Aquí no se sabía que en un periódico muy señero de este país había un director que le tocaba el culo a toda señora que pasaba por ahí? Pues claro que se sabía».
Todos los días inevitablemente, antes del Consejo de Redacción, pasaba Luis María Ansón tocando diversas partes del cuerpo a las redactoras. Famoso era el juego de taparle los ojos a la redactora de turno y preguntarle: ‘boniita, ¿a quién no sabes quién soy?’. Un grupo de redactoras corajudas salían huyendo a esconderse en los servicios minetras pasaba el metemano. Incluso una redactora, Matilde Hermida, escribió una carta a Luis María Ansón protestando y exigiendo que a ella la dejara en paz. Todo se hacía con el conocimiento de Catalina Luca de Tena y una de las más agraciadas era Blanca Beratasegui.
Antes de soltar la bomba, Elisa Beni se enfrentó con José Luis Roig que le recriminaba que llamara depredador a Plácido Domingo. «¿Cómo quieres que le llamemos entonces? ¿Baboso?» Y se preguntó: «¿Qué hacían ellos, quienes le contrataban, cuando sabían que era un depredador? Se callaban».
«Yo a las mujeres las creo. Las creo porque Associated Press ha hecho un trabajo periodístico en el que ha buscado fuentes de contraste y las creo porque el propio Plácido Domingo, en su primer comunicado, reconoció en cierta manera, aunque fuese indirecta, que lo que hacías antes no se veía como ahora».
Un diez para Elisa Beni, un cero por el impresentable acosador de Luis María Ansón, que ha seguido en la vida pública gozando de las mieles de sus depravadas costumbres. Luis María Ansón merece el apelativo de baboso y todos los que se le ocurra al lector.