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Losantos: Del síndrome de la omnipotencia jupiterina a la expulsión de la COPE

Redacción




Luis Bru.

Como el personaje de Norma Desmond, interpretado por la gran Gloria Swanson, en la película El crepúsculo de los dioses, Federico Jiménez Losantos -capaz de grandes bajezas humanas, con un egocentrismo desleal, una avaricia desmedida, unos complejos que le impelen a ser rastrero- añora una edad de oro pasada. Losantos nunca ha salido mental y anímicamente de la COPE y ese es uno de los factores que explican el fracaso de la empresa Libertad Digital.

Cierto que en la última oleada del EGM de 2018, EsRadio superó en audiencia el listón del medio millón, pero al tiempo se veía obligada a lanzar su enésima ampliación de capitales de 1,5 millones de euros, restringida a los accionistas, para conseguir liquidez, tras acumular nuevamente pérdidas por más de 1 millón de euros en los ejercicios 2016 y 2017. Una ampliación de cuyo resultado nada se ha dicho, pero que sólo podría salir adelante si Losantos arriesgara su propio patrimonio personal y pusiera en riesgo la tranquilidad económica de su familia.

Antonio Herrero. /Foto: estrelladigital.es.

La muerte de Antonio Herrero y el proceso de corrupción moral de Losantos

Losantos ha demostrado un pésimo empresario, un curioso liberal que siempre trata de vivir de lo público, y uno de esos ejemplos en los que el triunfo mal digerido puede terminar resultando letal. La muerte de Antonio Herrero, vástago de una gran saga de periodistas y personaje de gran humanidad y muy querido, va a trastocar el equipo de la COPE. Pasa a sustituirlo Luis Herrero, que renquea, y termina marchándose de eurodiputado.

El turolense, que está al frente de La Linterna, pasa a dirigir La Mañana de la COPE. Se inicia así el proceso de corrupción moral de Losantos. El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, la celebrada máxima de Lord Acton, tiene validez no sólo para la política, también para el poder mediático. Viéndose a sí mismo como una especie de guía espiritual de la nación, Federico cae en lo que sus más estrechos colaboradores, con los que he contactado para este serial, en la “sensación de omnipotencia”.

A favor de la derecha pagana y la «sensación de omnipotencia»

Es probable que Losantos fuera el menos indicado para ser el comunicador estrella de la COPE, una cadena confesional, propiedad de la Conferencia Episcopal. El objetivo de Losantos en su conversión al liberalismo es paganizar a la derecha. En su etapa previa de jefe de opinión de Diario 16, sus columnas son de un anticlericalismo rabioso; considera que es la derecha la que debe liderar el aborto libre, ironiza con que se masturba viendo novicias en la televisión vaticana, defiende a los médicos abortistas situándoles como héroes sociales. Es una especie de degenerado amoral.

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Con esas credenciales, su ascenso, su patrimonialización de la COPE hubo de sentirla como una especie de extraño milagro laico y esa “sensación de omnipotencia” se manifiesta en un complejo jupiterino, con el que, desde el micrófono, admoniza, lacera, fulmina. Entonces ya, pero ahora mucho más, da grima rememorar la sarta de estupideces y patrañas infantiles, chapoteando en la más grosera mentira respecto a la masacre del 11 M. Cosas como: “La mochila de Vallecas es falsa. No está hecha para estallar, ni para explotar. Nunca estuvo en los trenes. Es un engaño, un señuelo”, Una presión mediática que llevará al suicidio a Magdalena, policía y esposa del comisario Rodolfo Ruiz. Patéticas chorradas como: “La Policía ha delinquido al por mayor, al por menor y al detall”. O: “Dentro de poco cuando veamos aparecer a un tedax, tendremos que salir huyendo. Pero huyendo camino de la bomba, que va a ser menos peligrosa”. O: “huele a pastel y cada vez huele más a pastel. Todo lo que hemos visto, yo, sinceramente…Para soltarlos a todos. ¡Para soltarlos a todos!”. Y ese soltarlos a todos incluye al asesino Jamal Zougam, recientemente detenido como el líder de Daesh en las cárceles españolas y con planes para matar a funcionarios de prisiones.

El mindundi Losantos, primado por el PP. /Foto: lavozdebida.com.

Una psique dañada huyendo de la realidad

Lo curioso, lo llamativo es que la derecha social se cree estos delirios perniciosos y eso terminará dañando seriamente la psique del turolense. Esa omnipotencia, ese endiosamiento jupiterino, no era real, nunca lo es. Al fin y al cabo, la vida es una lección de humildad y Losantos tiene esa asignatura pendiente. El pequeño Júpiter tronante mañanero distingue entre buenos y malos, se alinea sin pudor con Esperanza Aguirre, de la que espera y obtendrá prebendas, se mueve en el ámbito del aznarismo, y reclama sacrificios humanos para demostrar su poder. Bajo esa borrachera de omnipotencia, Losantos se cree el propietario de la COPE y capaz de marcar la agenda al PP y decidir el destino de la nación. Es todo como un delirio que aún no ha cesado, porque Losantos no ha salido mentalmente de la COPE. EsRadio ha sido siempre como un paréntesis. Tras su salida, moverá Roma con Santiago con volver incapaz de asumir haber sido expulsado del paraíso, aunque eso lo veremos en entregas sucesivas de este serial.

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El sacrificio humano por excelencia que exige el pequeño Júpiter de Orihuela del Tremedal es Alberto Ruiz Gallardón, al que sitúa, con base in re, como la degeneración de la derecha en un proceso de corrupción ideológica que será elevada a bella arte por Mariano Rajoy. La cacería contra Gallardón se le volverá en contra y le pasará una elevada factura. En las dos últimas temporadas va a contemplar Losantos como la gente del PP le va abandonando y cómo los obispos quieren deshacerse de él. Losantos ha relatado esa etapa en su libro “El linchamiento”, pero da la sensación de no haberse enterado de nada.

Alfonso Coronel de Palma. /Foto: youtube.com.

Como indican fuentes que vivieron aquella época, propiamente no hubo ningún linchamiento, sino una estricta conjura de sotanas y báculos episcopales. Salió de la COPE porque los obispos decidieron que ya había cumplido su papel de tonto útil y causaba más problemas que satisfacciones. De hecho, como veremos, si no lo echaron un año antes fue porque Alfonso Coronel de Palma -ya fallecido- no tuvo las agallas para hacerlo, a pesar de que le dieron el cargo con el expreso objetivo de poner a Losantos de patitas en la calle.

Losantos salió de la COPE muy desquiciado aunque ese penoso desquiciamiento pudo ocultarlo al principio con el entusiasmo febril de la creación de EsRadio. Con la perspectiva que da el tiempo, quienes vivieron aquellos tiempos y aquellas jornadas creen que era un enfermo mental grave a la salida, separado lamentablemente de la realidad y dispuesto y necesitado de escuchar sólo a los aduladores. Hay sensatas opiniones que establecen que desde entonces no ha hecho más que empeorar.

Antes de su salida del paraíso de la COPE, Losantos tuvo que contemplar y sufrir como era dejado solo por todos sus ‘amigos’ del PP en su querella con Gallardón, experimentar como se disparaban las más bajas pasiones, incluidas las suyas, como era traicionado por Luis Herrero y Pedro J Ramírez e incluso, en un completo desquicie, pretendió conspirar para poner al frente de la Conferencia Episcopal a un obispo de su confianza. Todo eso y mucho más lo veremos en sucesivas entregas del serial “El crepúsculo de Losantos”.