Luis Bru.
Está muy mayor, Losantos. A su lado Pedro J parece joven y aburrido; sin dejarle meter baza, se entretiene con el whatsapp o consigue unas entradas para el concierto de Paul Anka. La verborragia de Losantos es proverbial, tediosa, gongorina.
Es la viva imagen del abuelo porreta. Cualquier hecho es objeto de una falsa erudición, en la que el PSOE de Pedro Sánchez es la viva imagen del Largo Caballero e Indalecio Prieto, pasando por Pablo Iglesias en su conocido comentario sobre Antonio Maura. ¡Ello no es óbice que a renglón seguido se critique el guerracilismo!
Luego hablando de Javier Fernández trae a colación a Josep Tarradellas, que pudo ser pero le faltó juventud. Sobre Paul Anka le bailan las fechas. Lo peor es cuando salen a cuento los comunistas. Un trostkysta es alguien que está entrando en otro partido. Es tremenda la verborrea. Los contertulios le ríen, cansinamente, las gracias, sin colocar ni para atrás, convidados de piedra.
A Federico le gusta mucho escuharse. Considera que dice cosas más importantes que sus contertulios como de aquí a Lima. Se escucha y se escucha. Como si el mundo deprendiera de lo que está diciendo y el mundo sigue como si tal cosa sin hacerle ni caso. Habla, del pasado, ahí se siente a gusto, con Mariano Rajoy, Soraya, Esperanza Aguirre, Zapatero y de ahí a la guerra. El tiempo pasa y Federico no se ha dado cuenta. El abuelo porreta en su quintaesencia.