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Una historia de pateras y servicios secretos (I)

Redacción




Mike Sala.

“La cosa no está para bromas”, me comenta un amigo de hace mucho tiempo, mientras apura su refresco en una terraza cercana a una de las avenidas principales del Madrid de los Austrias.

“Hay veces que recibimos más colaboración de los servicios franceses o italianos que de nuestro asqueroso mando de progres y vendidos”.

Quien así habla está al servicio de España desde finales de los 80. Es agente de un servicio de información. Las ha visto de todos los colores en sus casi treinta años de “movidas y más movidas con el hierro bajo la chaqueta”. A primera vista parece un tipo tranquilo. De pasar desapercibido para todos. Pero si uno es observador, se dará cuenta en poco tiempo que no es una persona común. Como él mismo dice, “ni mejor ni peor que nadie. Lo que pasa es que yo me fui a un trabajo como éste igual que otros se dedican a hacer pan o a operar  enfermos”. Pero no es una persona común.

Tiene una manía que le conozco hace tiempo. Si entra a un bar a tomar algo, jamás se sentará de espaldas a la puerta. Si está en una terraza, como es el caso, buscará el sitio que le deje con la espalda contra una pared, un vehículo, un árbol o lo que sea. Si no puede ser así, buscará otra terraza. No es un James Bond en permanente peligro ni le busca Spectra para fulminarlo. Pero le gusta controlar el entorno en lo posible. Y cuando te habla, te mira directo a los ojos todo el tiempo que no dedica a catalogar al resto de los clientes cerca de él.

.- Todo el mundo habla de Marruecos – continúa. – Y sí. Claro que Marruecos nos la tiene jurada de toda la vida. Marruecos nos odia igual que odiaría a otro país europeo que tuviera al norte en el mismo lugar que nosotros. Si ya sabemos lo que hay con el rey de Marruecos, con sus amigos traficantes y con los políticos españoles que le ayudan por dinero. Es que todos ya conocemos a Marruecos, a su rey y a la p… madre que los parió a todos. Pero la gente no se entera. Los periodistas que no están comprados no se enteran,  y los políticos que no están en el ajo no se enteran. Y lo que sí se enteran no hacen nada por que les cae dinero o por miedo. Muchos son unas mariconas que no tienen lo que hay que tener. 

Habla sin levantar la voz ni hacer aspavientos. Siempre fue más bien un hombre tranquilo. Pero se le nota la rabia que lleva dentro. 

.- No se entera casi nadie de nada. – repite – Todo son cortinas de humo. Sí. Son cosas muy alarmantes. Claro que sí. Las feminazis, la ideología de género, la corrupción de los políticos, que no solo es por pasta. Muchos de ellos están pillados por que le dan a la coca como un aspirador. O tienen cosas peores que callar  – sonríe – esos son los más manejables. Hablan mucho de libertades pero les da pánico que su familia o sus jefes se enteren de que les va más una cosa que otra. Y de toda esa gentuza, muchas veces las peores son ellas. Un hombre lo oculta, y si le descubren, se calla y se retira. Pero una mujer lo oculta, te manipula el entorno y te hunde al que tiene al lado si se ve en peligro. Son más reptiles cuando quieren. ¿Te acuerdas de aquella que tenía una novia en otro país, pero estaba casada por imagen con un industrial? 

.- ¿El que visitaba saunas gay? Y tanto que me acuerdo  – asiento – A ella le enviaron una cinta VHS con sus andanzas y la domesticaron, pero hizo caer a su principal rival en el partido.

Suena mi móvil. Rechazo la llamada sin mirar la pantalla mientras le pregunto:

.-  Hablan de Marruecos, pero Argelia sigue a lo suyo. ¿Es eso, verdad?.

.- Claro. Argelia sigue a lo suyo. Como en los 80 y los 90, ¿te acuerdas? Nos vende gas y nos apuñala por la espalda. ¿Recuerdas cuando los comandos de ETA iban a entrenarse allí, que algunos instructores eran renegados de la Legión Francesa o de los servicios? Esos llevan años sin salir del país, por miedo a que Francia “les dé de baja”. Los que entrenaban etarras ya están muy mayores, pero no se mueren los muy cabrones. Se agarran a la vida. Ahora la nueva generación ya no forma etarras porque ETA ya ha ganado. Además, no quieren seguir haciendo el tonto con terroristas. El recuerdo de Gadafi y los americanos en el 86 en Libia… que le volaron a media familia y a él le dejaron medio sonado casi dos años. No; a éstos no les interesa el terrorismo. Trafican con heroína, argelinos, otros magrebíes y negros de más abajo. Es más tranquilo y da pasta. La heroína va para Italia, aunque el gobierno italiano de ahora les está reventando muchas operaciones que no salen en las noticias. Mira, coge a este gobierno, al de antes y al de Zapatero y ahógalos a todos. Te compro uno sin ver como el de Italia. Ya mismo me lo llevo puesto.

Sonrío. Aunque no me hace maldita la gracia.

.- ¿Heroína sudamericana? ¿Aquella tan mala que mataba a la gente cuando las Olimpiadas de Barcelona?

.- Todavía la misma. Sigue llegando a Mauritania desde Cabo Verde y entra por el suroeste de Argelia. ¿Quién se va a poner a patrullar el aire por una ruta de mar y desierto de más de 3500 kilómetros? Por eso llega a Argel y luego a Italia. Pero allí no la consumen. Llega a los países del este, porque es la única que la gente pobre puede pagar. Y vaya que si la pagan. 

Pedimos otro refresco.

.- Lo que ahora da dinero – continúa – es el tráfico de gente y los equipamientos necesarios para mantenerlos hasta que salen en las pateras y los barcos. Hay campamentos muy bien montados cerca de la costa argelina. No a pie de playa. Cualquier periodista podría acercarse y grabar a placer. Los tienen a unos kilómetros de la costa esos campamentos.

.-  ¿Te refieres a las poblaciones que hay tierra adentro de Orán y Argel?

.- Ésas. Lo alojan cerca de El Kerma, Gdyel, Hass Mefsoukh, Bilda y Lakhdaria. Cuando toca echarlos al mar, les dan la bolsita de comida y agua a cada uno, suben a los camiones y a la costa. Lo de Marruecos es más chapuza. Todos a la desbandada como pueden y a saltar las vallas como conejos o a llenar pateras sin talento. Pero Argelia lo hace mejor. Hay más organización y recibe mucho más dinero para eso.

.- ¿Más dinero que Marruecos o Libia?

.- Mucho más. Date cuenta que los otros son mucho más corruptos. Pasta que reciben, pasta que se quedan casi al completo. Son lo peor desde el atlántico hasta El Cairo  – se ríe – Éstos son más empresarios en eso. Desvían menos cuando la reciben. Por eso están allí los hijos de pxxx de Open Society. No verás a uno de esos en Marruecos. Prefieren Argelia, que les deja trabajar y les trata mejor. Los argelinos invierten en el negocio de los emigrantes porque reciben muchos más desde el sur y no pueden tenerlos a todos hacinados como tocinos. Eso sería sembrar una rebelión que les estallaría en la cara. Hay que darles agua, comida y algunas cosas más. Hay que tenerlos contentos. Les mandan algún imán de vez en cuando para que les dé una charla, porque son todos musulmanes. Bueno, aunque la comida…

Da un par de tragos a su refresco y enciende un puro muy fino.

.- Dejé de fumar hace veinte años, pero ahora me meto un par de estos al día y no trago el humo – se excusa.

.- La comida. Ya sé lo que me vas a decir.

.- ¿Lo de las latas? – me contesta sonriendo.

.- Sí. Las latas de carne guisada y de atún con los logotipos de asociaciones benéficas y bancos de alimentos españoles. Sé que es cierto. Me lo dijo una excooperante.

.- Claro que es cierto. Lo que me revienta es que van familias españolas a pedir alimentos a algunas instituciones y les dicen que no hay. Les dan los macarrones, el tomate frito, el aceite, y esas cosas… Pero otros alimentos de abrir y comer sin necesidad de cocinar…, van las marcas y los donan…., Y una parte grande alguien la desvía hacia los puertos catalanes para enviarlas directo a Argel. Y con la comida van también medicinas y otras cosas. Del puerto de Argel salen los camiones dirección Douaouda y a repartir material hacia Orán.  

Hace otra pausa. Aprovecho para mirar las llamadas perdidas mientras me comenta:

.- Lo de Italia se les ha reventado. A las mafias no les convenía el cambio de gobierno en Italia. Ni a esas mafias ni a sus jefes, que viven en Francia y en Bélgica y pasan los fines de semana en Montecarlo. Antes iban todos a la Riviera, pero desde que Soros se compró el piso en Montecarlo, van todos por allí a los hoteles con sus deportivos y sus pxxx francesas. 

Mi segundo refresco se acaba. Me quedan un par de sorbos, y el limón se ha pegado al fondo del vaso, bajo los cubitos. O prescindo de él, o tendré que hacer el ridículo tratando de cogerlo. 

.- Debe ser una toda sensación alojarte en una suite del Metropole  – comento – y ver tus pateras en las noticias mientras almuerzas caviar… 

.- Imagínate. Lo que no ha salido en las noticias es que en Italia y Francia tienen una buena liada en Cerdeña y Córcega. La mafia corsa local, que domina el cotarro en las islas y en Marsella, no quiere inmigrantes. No es bueno para sus negocios. No quieren que les monten campamentos de refugiados para acoger inmigrantes que luego saldrán hacia Francia. Saben muy bien lo que pasa después. Hay más delincuencia. Hay más altercados. La gendarmería gabacha y los carabinieri italianos envían más efectivos y el contrabando se resiente. Éstos no se andan con bromas, los corsos y los otros. Un conocido de los servicios gabachos me comentó que los de Open lo intentaron. Que enviaron a unos delegados. No tengo claro si dos o tres. Se alojaron en una casa de las afueras de Porto Vecchio. Parece que antes habían estado en Sassani. Le comentaron a un taxista que buscaban terrenos para alquilar y tratar de instalar un campamento de prueba para alojar a unos cientos de pateros. Hace falta ser idiotas  (ríe por lo bajo) contarle la cosa a un taxista corso. ¿Te acuerdas que todos son confites al mes a la Unione Corse?

Por supuesto que me acuerdo. Y me sorprendo. Efectivamente, hace falta ser mirlo blanco para indagar algo en Córcega preguntando a los taxistas. Bueno, a los taxistas y a cualquiera. Porque en Córcega y Cerdeña hasta los gorriones son confites de la Unione Corse. Ríanse ustedes de los napolitanos.

Él también apura su refresco mientras le contesto.

.- Quizás es que los chicos de Soros enviaron a sus becarios a Córcega.

.- No me jxxx con tus ironías  – sigue sonriendo – que ya nos conocemos. ¿Sabes cómo convencieron a los de la Open de que las islas no son buen sitio para “welcome refugees”?

.- ¿Pillaron a uno y lo devolvieron luego con menos dedos?

.- Casi  – baja un poco la voz, aunque estamos solos en esa parte de la terraza –  pillaron a uno, le dieron la paliza de su vida y lo devolvieron con media oreja menos. “Bye bye, refugees”.

.- Y un mes después el Acuarius bordeó las islas. No desembarcó a nadie allí…

.- Por eso… y porque en la comandancia del puerto de Cagliari se recibió una llamada que dijo en francés e italiano que si el barco amarraba en las islas sería echado a pique con los ilegales a bordo y el gobernador de la isla que lo acogiera atado a la barandilla. Comprenderás que hay avisos que es mejor no ignorar. 

Hago una señal a la camarera.  El sol está a punto de dar calor donde nos encontramos y decidimos mudarnos a otra cafetería.

.- ¿Y no se publicó nada en los medios?  – me extraño – era una ocasión perfecta para victimizar a los emigrantes y las mafias…

.- Al contrario  – concluye antes de que venga la camarera a cobrarme –  No se publicó nada por el temor de Open Society a que la gente comprenda que se les puede parar por la fuerza. Es un ejemplo que no puede cundir. Ellos tienen dinero, pero a otros no les importa volar lo que sea por los aires y llevarse por delante a cuantos haga falta para proteger sus negocios. Acuérdate de lo del barrio aquél de Marsella. Los críos argelinos recién llegados que comenzaron a asaltar a gente por la calle y a robar en tiendas,  y al cabo de una semana aparecieron atados al pie de una torre de alta tensión es Saint Roch, golpeados y degollados de oreja a oreja. Éstos no juegan ni con las cosas de comer ni con los negocios. Pocas bromas.

También recuerdo aquello. No salió en los medios franceses. Faltaría más. Y le costó el cese a un subinspector que cobraba más sueldo de la mafia marsellesa que del estado francés. No fue encausado por si se decidía a hablar y comprometía la “paz marsellesa”.

Caminamos por la avenida, dirección a una clásica cafetería de la ciudad que, por la hora, ya tendrá la terraza en sombra. Si la temperatura se mantiene agradable, veremos si comemos allí.

Continuará.