Luis Bru.
La cruzada puesta en marcha contra Vox contra Federico Jiménez Losantos está adquiriendo niveles de paroxismo. Se nota y mucho. Es el «periodismo prostituto» del que habla César Vidal. Vox tiene que pactar aunque ha de renuncias a su postura contra la inmigración ilegal, contra los menas, contra los privilegios del colectivo LGTBI y contra los de las feministas. Todo para que Ignacio Aguado esté tranquilo e Isabel Díaz Ayuso puede ser aceptable por los pogres. No es suficiente que Vox renuncie a las consejerías. Debe abandonar todo su programa para que Losantos sea un patriota de los de todo por la pasta y un liberal de chequera pública.
A Federico la Patria le importa un pito que está a la última pregunta. Dice Víctor Sánchez de Real que si Federico establece toda crítica «a Vox sobre la forma de las barbas y nos describe como ‘señoritos que hemos venido de domingueros a la política’ creo que estamos haciendo algo bien. Por cierto. No ha criticado todavía nada de los que han mentido e incumplido sus promesas». Hombre, Federico no critica porque no puede o no lo dejan. La oferta se puede ir al traste o reducirse sustancialmente si el pacto no se lleva a efecto. Podría ser que Losantos entrará en suspensión de pagos. Federico está con el agua al cuello y la marea sube.