AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Federico lleva al borde de la muerte a su ‘amigo’ César Vidal

Redacción




Reproducimos a continuación un capítulo del libro «La gran traición» del que es autor Enrique de Diego, a la venta en Amazon, y que narra las peripecias que motivaron la salida del gran César Vidal de Es Radio y Libertad Digital:

A medida que nos vamos internando en el río de esta historia, crece el interés sorprendido, dentro y fuera de España. No soy ajeno a ello. A mí también me interesa cada vez más y mi capacidad de sorpresa se ve superada de día en día. El 12 de julio de 2013, viernes, César Vidal se despidió de la audiencia. Estas cosas pasan, pensé; se produce un desacuerdo, divergen las líneas que hasta el momento han corrido en paralelo; nuevos planes; nuevos proyectos; imponderables personales.

Lo que nunca pude imaginar, porque resulta casi inimaginable, es que César Vidal hubiera sido el sujeto paciente de un mobbing en toda regla, inmisericorde y constante, en Es.Radio, la empresa que él ayudó a crear y poner en marcha, y de la que era una referencia refulgente. Porque durante mucho tiempo para todos, para mí el primero, Federico Jiménez Losantos y César Vidal se confunden, son un tándem o más que un tándem, son una misma cosa. Ya hemos visto como Federico firma cuatro libros sobre historia de España que escribe César Vidal. Mas también publican un libro de conversaciones entre ambos, lo cual da idea del nivel de sintonía.

Luis Herrero, Federico Jiménez Losantos y César Vidal. El libro que sostiene Losanto no lo escribió él.

Ese libro tiene también su pequeña historia. Lo editó César Vidal, porque, como confesó Losantos, ni tan siquiera se había molestado en leer el texto final ya corregido por César Vidal. Una vez más, en este caso, Losantos fue fiel a sí mismo, fue ruin, como es su hábito. Las conversaciones, grabadas durante un fin de semana, fueron moderadas por Nuria Richart, a la que se menciona en el prólogo dándole las gracias porque se empeñó César Vidal, puesto que Federico no quería hacerlo, sin ser capaz de aportar un criterio razonable; máxime cuando ella, que sigue en Es.Radio, infravalorada, se lo tomó de una manera muy profesional. Nuria Richart fue la número 2 del programa de Luis Herrero, que procuró hacerle la vida imposible, como es en él costumbre.

Antes de que lleguemos a los rápidos del río, a las aguas turbulentas, es preciso recordar de nuevo que César Vidal ha quemado sus naves, que ha rechazado firmar un nuevo y suculento contrato con la COPE por 2 años más y que desembarca en Es.Radio con muchos ánimos y con la confianza de que Es.Radio iba a ser una radio de corte liberal e independiente que informaría correcta y verazmente a la vez que presentaría una línea editorial y una opinión que proporcionara luz a los oyentes en medio de los chorros de negrura de otros medios.  Poco a poco se va percatando de que no es así y – lo que es peor – que jamás será así.

Hubo sus buenos momentos, en los primeros tiempos; los primeros meses fueron de mucha emoción porque poner en pie una radio en un verano es una proeza. César Vidal es lo más alejado de la mujer de Lot. No le gusta mirar hacia atrás. Para él, salir de Es. Radio – o de COPE – no fue el abandono del paraíso.  En ambos casos, hizo lo que pensaba que tenía que hacer y nada más. Estoy seguro de que no añora lo más mínimo ninguno de los dos sitios aunque tuvo momentos bonitos en los dos. Es altamente probable que le dé pena lo que pudo ser Es. Radio que nunca lo fue y, con certeza, nunca será.

NO TE LO PIERDAS:   Carta al tarugo Kun Agüero: No vas a volver a jugar, haz algo digno y denuncia esta patraña

Es.Radio sí pudo ser al menos la antesala del paraíso. Una radio libre, respetuosa de la independencia de los profesionales, si hubiera estado bien gestionada, con riesgos calculados, con humildad y fortaleza. Pero Losantos es incapaz de hacer algo noble; acumula demasiados complejos, se ha ejercitado demasiado en la mezquindad. Al principio, el ensamblaje no fue complicado porque Federico Jiménez Losantos se llevó a quien quiso, sin problemas; no fue así en el caso de César Vidal, para el que las cortapisas y las zancadillas fueron tempraneras, desde la misma línea de salida: sólo pudo llevarse una redactora de cultura.

De la ilusión se pasó pronto a la frustración, que fue creciendo porque Federico Jiménez Losantos era un ejemplo paradigmático de casi todo lo que criticaba en otros: el nepotismo, la ocultación, el favoritismo, la incapacidad de razonar sin sectarismo…Inútil esperar de él un análisis serio. Sus diatribas no lo son, por lo general. Escuchas a Losantos hablar de política internacional y no tiene ni idea de lo que habla. Más allá de que el comunismo es malo – que no hay que ser un genio para saberlo – da vergüenza ajena escucharlo porque no sabe ni lo que dice. Y para colmo, siempre estuvo esa paranoia de soñar despierto con volver a COPE.

Que a César Vidal se le hiciera la vida imposible en Es.Radio es –como diría Roberto Centeno, ese al que, según Losantos, había que matar- de aurora boreal; es una alucinación de pesadilla, casi para que te pinchen y no sangrar. No tiene sentido. Los ejecutores de la tosca maniobra, como ya hemos visto, son dos nulidades, que consiguieron, en parte, sus objetivos: Dieter Brandau primero consiguió dirigir –y hundir- la televisión, cuestión que Losantos no le tuvo en cuenta, y luego ha conseguido aposentarse en la tarde, aunque no obtuvo el premio mayor que buscaba de hacerse con la franja horaria de la noche. Dieter Brandau y Javier Somaloel dúo de la pelota de las 12 h– lograron romper ese tándem que a todos nos parecía –desde fuera- sólido y permanente, y de esa manera monopolizar la relación con Losantos, aunque, como decía Quevedo, “no hay lisonja sin puñalada” y este par ha lisonjeado mucho. Entre Losantos y el dúo de la benzina hay una simbiosis parasitaria.

Por el comentario obsceno que Federico espeta, en un análisis de frenopático, tras la salida de César Vidal, de que ahora –con César fuera- le resultará más fácil volver a la COPE, se deduce que Losantos es el jefe de la conjura de los necios, cuanto menos tolera el mobbing, seguramente lo promueve, pues, como los inmaduros irresponsables, tiende siempre a ser muy generoso en exculparse y a situar la culpa en los demás. Hete aquí que César Vidal que pudo quedarse dos años en la COPE, y no quiso, fue poco menos que la causa de la salida de Losantos. ¿Está loco?

Hay un episodio que ilustra muy bien el trato que le daban a César Vidal en Es.Radio y que tuvo lugar en las Navidades de 2012. Una señora que es víctima del terrorismo y que se tuvo que marchar de las Vascongadas le envió una cesta de Navidad. Cuando se lo comunicó, le dijo que no debía haberlo hecho, pero ya estaba mandada. Durante días y días esperó que llegara la cesta y la mujer le llamaba para preguntarle si ya la tenía.  Finalmente, le dijo que había ido a reclamarla a la mensajería y que le habían dado el día y la hora en que la habían depositado en Es. Radio.  Con esos datos, fue a hablar con el de seguridad de la entrada que se puso muy nervioso – hasta entonces le había negado que hubiera llegado – y, al final, confesó que el jefe de escoltas de Losantos se la había llevado.  Naturalmente, se fue a por el sujeto que se puso pálido y que le dijo que se la había llevado para que le lonchearan el jamón y que tardaría un par de días en traérsela. Como es fácil imaginar, César Vidal le inquirió que quien le había dicho que le loncheara el jamón y por qué se había tomado esas libertades con algo que no era suyo. Al cabo de dos o tres días, apareció con la cesta y con un jamón envuelto en plástico que vete tú a saber si era el de César y que, desde luego, era mucho menos que cualquier jamón normal.  Le dijo entonces educadamente que esperaba que no se repitiera y el sujeto, con tono chulesco, le espetó: “Pues a lo mejor sí, don César, a lo mejor sí”.  El que el sujeto fuera un ladrón y además le tratara con esa falta de respeto hizo que César Vidal fuera a ver a Federico Jiménez Losantos y contárselo. No hizo nada.  Es decir, como siempre, volvió a dejar de manifiesto que a él la amistad le dura hasta donde le llega la conveniencia.  ¿Cuántas cosas pudieron robarle sin que se enterara porque no habían llegado por mensajería? La anécdota se eleva a categoría a tenor de la impunidad ante tal clase de comportamiento referido a César Vidal. La verdad es que, visto con perspectiva, no es fácil comprender por qué no se marchó mucho antes.

NO TE LO PIERDAS:   Sociedad de manipulación asquerosa y nauseabunda

A César Vidal le preocupa, al tiempo, cada vez más el desastre de gestión que percibe, y del que nadie se hace responsable ni da explicación. Hay cuestiones que rayan en el absurdo y lo superan: cada salida patrocinada de Federico con su programa fuera de Madrid, que se supone que es para obtener beneficios, se salda con pérdidas. Es la punta de un iceberg monstruoso. Vidal se mueve para vender las cinco licencias de TDT a TNB por más de tres millones de euros. Y cuando, sin haber pedido ni recibido comisión alguna por la gestión, sólo solicita una mejora a los sueldos más bajos, y se le niega, y cuando piensa que ese dinero servirá para dar viabilidad a la empresa, lo que se difunde por Libertad Digital es que Federico y sus mariachis, Dieter Brandau y Javier Somalo, se han concedido un bonus, y el dinero ha sido dilapidado. Vidal, por cierto, no sabe a estas alturas que Luis Bárcenas, con la caja B del PP, ha comprado acciones de Libertad Digital, por más de 400.000 euros, en la primera ampliación de capitales. Losantos ya tiene secretos muy oscuros e inconfesables. Incluso su denuncia de la corrupción política es otra manifestación de una hipocresía tan grande como su ego, tan inmensa como su vanidad herida.

Ayanta Barilli. /Foto: antena3.com.

El cúmulo de vejaciones, de puñaladas traperas, de zancadillas, de frustraciones en este mobbing inmisericorde y terrorífico, empiezan a pasar una factura muy elevada a la salud de César Vidal, hasta que está a punto de darle un ictus que le hubiera dejado impedido para el resto de su vida. Federico ha llevado al borde la muerte a su ‘amigo’ César Vidal, al que ha tratado como lo hubiera hecho su peor enemigo. En ese punto de la historia aparece de nuevo Ayanta Barilli, siempre Ayanta, la Pompadour de Losantos.