Luis Bru.
Las cosas van mal, muy mal en Libertad Digital SA, y a Losantos ya no le queda dinero para otra ampliación de capitales, que eso de ampliar cada dos años el capital ya apesta y hace tiempo que todas las alarmas están sonando con más fuerza que un coro de chicharras. Libertad Digital SA necesita dinero con extrema necesidad, que diría Abascal, el nuevo icono de Losantos como antes lo fueran Esperanza Aguirre, la non nata Thatcher española, Rosa Díez, Albert Rivera…
El que lo está pasando muy mal es Javier Somalo, porque las cuentas de Libertad Digital SA. no soportan una auditoría; que digo una auditoría, ni un vistazo por encima, con tanto agujero negro, tanto tejemaneje y tanto activo ficticio. Dentro de la empresa se recuerda cuando hubo que llamar a la ambulancia porque a Somalo le sangraba el estómago. Lo suyo con el tabaco es una adicción perniciosa y con tanto estrés y con los problemas de liquidez, Javier Somalo, más conocido en las redacciones del chiringuito liberal como Papichulo, está en situación límite, no le llega la camisa al cuello. Se encierra en su despacho y se mete entre pecho y espalda media lata de Café Creme.
Somalo está tan mal viendo a ver de dónde sale el dinero para la próxima nómina, y sabiendo que de donde llegue será su perdición, que Federico Jiménez Losantos se ve necesitado de insuflarle moral. Que si Somalo por aquí, que si Somalo por allá, que si Somalo es sobrino del obispo Martínez Somalo. Hasta ha llegado a situarle como su referencia mediática. ¡Ni Somalo podía llegar tan alto ni Losantos caer tan bajo! Losantos ya cita a Somalo como una autoridad. Y qué ha dicho Somalo para merecer tal honor. ¿Acaso ha dicho algo digno de Parménides o de Heráclito? Dixit Losantos, que cada vez sabe de menos pero pontifica de todo, eso sí, cambiando cada dos días de criterio: “Ayer recordaba Javier Somalo algunas frases electoralmente suicidas de Falconetti ante ese inmenso sindicato de vagos que la política de claridad y reformas de la nueva Junta de Andalucía, obra de las tres fuerzas diestras, pone ante el temible peligro de acudir al INEM y tal vez, tener que trabajar”. Pues, vaya, no es para tanto, si que está mal Somalo, a secas, como si le conociera media España, para resaltar que ha espetado algunas consabidas obviedades.
La chalupa de Libertad Digital naufraga en los arrecifes pero Losantos ha descubierto el secreto para desalojar a Falconeti: defender a capa y espada la monarquía borbónica. ¡Quién te ha visto y quién te ve, Federico! Desde aquellos tiempos en que te creías la reencarnación o el último discípulo de Manuel Azaña, a estos de cortesano zarzuelero, porque el dilema es “o reino de España o Repúblicas Socialistas Catalanas”. Antonio García Trevijano, que era más sabio que Losantos y Somalo juntos, explicaba que reino de España conducía a Repúblicas Socialistas Catalanas.
El error Somalo, el horror Somalo, amén de los tejemanejes contables que son espantosos, es que ignorantes proteicos como Somalo y Losantos han proyectado las elecciones andaluzas a las generales, pasando de 8 circunscripciones a 52, y con la Ley d’Hondt 2 + 2 no es igual a 4, sino que más bien tiende a ser 2. Y hasta el pobre Federico, que cada 2 días cambia de criterio pero siempre con la misma petulancia, empieza a darse cuenta de que la guerra civil montada en la derecha es un suicidio y que Vox quiere acabar con el PP, lo cual es muy legítimo, más que salvar España desalojando a Pedro Sánchez, porque ambos objetivos son contradictorios, aunque en Santiago Abascal puede más la ofuscación de sus complejos y resentimientos. Pero, bueno, esta guerra civil la ha alentado Losantos, un personaje que tendría que poner orden en Libertad Digital SA antes de pasarse el día dando consejos a los demás. A lo que vamos, Losantos empieza a ver que Vox se va a cargar España y es, como ha dicho Enrique de Diego (cuyo libro “La gran traición” está que se sale en Amazon, después del artículo de Mike Sala, e incluso “Con la verdad por delante” ha pegado un subidón y lo ponen como novedad), “el instrumento perfecto para destruir España”.
Escribe Losantos, inspirado por su nuevo oráculo Somalo, que según algunos hace honor a su apellido, que en el partido de Abascal, quien nunca fue una lumbrera, “hay quienes juegan a ser cabeza de ratón antes que cola de león, pero Abascal cometería un grave error si cree que tras esa derrota y la inmensa decepción consiguiente se abriría ante Vox un camino victorioso”. No hay más que darse un paseo por las listas electorales de Vox por provincias que de lo que se trata es colocar a la tía, Begoña Conde, aunque sea por Orense, y que haga negocio el clan Ariza y su mediocre servidumbre.
Losantos empieza a percibir, además, que con Vox no va a rascar nada y que esta guerra no va a tener ganadores. “Lo que haga Vox en el futuro lo hará con el PP. No se trata de lo que quiera ni de que se quieran. Es que lo hacen juntos o se suicidan”. Pero, Losantos, a este suicidio has ayudado tú mucho.