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Por el Sur de Francia, Beziers y alrededores. Golf en Lamalou les Bains

Redacción




Loreto Román. Periodista y escritora.

Imaginaros durante tan solo un momento ir de vacaciones a un destino en el que tenéis a su izquierda, Oeste/Suroeste, Carcasona, así para arriba, hacia el Norte, el campo de golf de Lamalou-les-Bains, y a su derecha, Oeste/Noroeste, Montpellier. Sí sí, estoy hablando de Beziers, al Sur de Francia, en el Departamento de Hérault, visita aconsejada para los que recorren la región de Languedoc-Roussillon, con su catedral, el puente viejo, el escenario de los poetas, las esclusas del Canal du Midi… Vamos allá, mucho que ver. Lo reconozco, el francés nunca ha sido mi segundo idioma, en mis estudios era el inglés. Pero en el desarrollo de estos maravillosos días de vacaciones me he lanzado con aquello del bonjour, bonsoir, bona nit, tan utilizados continuamente por todas las calles, campos de golf y demás lugares por sus habitantes. Buena señal. Como en anteriores artículos, seguidme, conoceremos un poco más de esta parte de Francia,  Hérault y alrededores, tanto que ver y disfrutar. Las fotos ayudan.

Beziers.

El primer día visitamos Beziers, sus sinuosas callejuelas en la que van apareciendo antiguas tiendas de recuerdos, de libros, locales para tomar algo, una ciudad con un gran patrimonio histórico que habla de su intenso y lejano pasado, el Puente Viejo de la Época Medieval, la catedral de Saint Nazaire de estilo gótico con inmensas vidrieras del siglo XIII, el Jardín de los Obispos, la iglesia de Saint-Madeleine … Y nos acercamos a comer y pasar la tarde a Sérignan, hacia la costa mediterránea. Ciudad pequeña y tranquila, sorprendente su patrimonio histórico y cultural, playas con mucho encanto y destino turístico de muchos.

Beziers, panorámica.

Al día siguiente nos acercamos al Campo de golf de Lamalou les Bains, en el mismísimo corazón del Parque Natural de Haut-Languedoc. De camino podemos observar extensos terrenos de viñedos con sus bodegas de buen vino. En el momento en el que te adentras en el parque natural te sorprende toda la belleza de las montañas, el verde intenso, con sus pequeños y pintorescos pueblos. Llegamos al campo de golf, con tienda y restaurante.

Campo de golf de 9 hoyos, par 35, 2600 metros, adecuado tanto para jugadores debutantes como avanzados. Es muy técnico ya que cuenta con muchos obstáculos de agua y árboles en el recorrido de las calles que debes evitar. Vamos a entrar en detalle con los hoyos:

Hoyo 1, par 4, de 345 metros, calle recta donde la mayor dificultad es evitar golpear con la bola el muro de piedra que se atraviesa por la calle. El green lo tenemos elevado, o sea que, cuidado con ese approach.

Hoyo 2, par 4, con un tee de salida elevado, 245 metros de calle, con dogleg a la izquierda. Y contamos con el mismo muro que en el hoyo 1 pero ahora con más altura. El buen golpe de salida con un drive hacia la derecha para así abrir el ángulo de ataque a green. El lado izquierdo está defendido por un nogal tupido que dificulta el golpe por debajo de sus ramas.

El hoyo 3, par 3, hoyo de 155 metros. El “Hoyo de la fama”, con el tee de salida elevado y frente a la terraza del restaurante. De un muy buen golpe puedes llegar a green, con los correspondientes aplausos de los jugadores en la terraza del restaurante, y si el golpe no es tan bueno, al bunker que tiene delante, evitando el estanque de agua a su derecha. El segundo golpe a green. En green ya depende de cómo patees.

Hoyo 4, par 5, de 455 metros. Tee de salida elevado. Debes hacer un drive bastante limpio para pasar por una ventanilla de 15 metros entre 2 árboles situada a 150 metros. Segundo golpe con un hierro para así posicionarnos y un tercer golpe por encima del agua. Cuidado con ese bunker situado a la derecha de green con 2 pequeñas plataformas que dificultan embocar la bola.

Hoyo 5.

Hoyo 5, par 4, de 254 metros. Con dogleg hacia la derecha y sin demasiada dificultad. A la derecha contamos con un estanque de agua. Green bastante grande.

Hoyo 6.

Hoyo 6, par 3, de 185 metros. Hoyo largo. Green elevado estrecho pero largo, defendido por un profundo bunker en su parte izquierda. En 2 golpes podemos estar en green.

Hoyo 7, par 4, de 249 metros. Configuración recta, calle estrecha rodeada de árboles. En 2 golpes podemos estar en green si logramos evitar un pequeño riachuelo que atraviesa la calle. Green hacia la izquierda, lanzaremos la bola hacia la derecha para abrir el ángulo de ataque. De costumbre la bandera del hoyo se sitúa detrás de un árbol.

Hoyo 8, par 4, de 270 metros. Dogleg hacia la izquierda en cuesta arriba, calle estrecha rodeada de árboles y con el mismo riachuelo del anterior hoyo pero en este con un canalete de piedra estrecho y profundo. Mantener la bola en el centro de la calle. Green elevado y defendido por 2 bunkers.

Hoyo 9, par 4 de 348 metros. Tee de salida plano con green al fondo en línea recta, con calle muy ancha. Hoyo que no presenta mayor dificultad.

Ya terminada la primera vuelta nos vamos tomar la cervecita correspondiente a la terraza del restaurante del mismo campo de golf. Ahí disfrutaremos de esa cerveza, de la compañía de otros jugadores que van apareciendo y de ese “hoyo de la fama”, el 3, desde el que se juegan todos y cada uno los aplausos de los que estamos ahí observando y cervezeando. Pasamos a comer al restaurante, acogedor, con buenos platos y vinos, bien atendido. Por la tarde hacemos otra vuelta y así disfrutaremos más del campo. Lamalou tiene ese encanto de los campos de golf que no están en carreteras generales, llenas de tráfico ni nada parecido, sino todo lo contrario, en lugares tranquilos, con una naturaleza sorprendente, de protagonista, en los que disfrutas de tu juego y de ese silencio maravilloso.

Al día siguiente nos acercamos a Carcasona, donde visitaremos la impresionante fortaleza que rodea la ciudadela militar. Aunque su historia se remonta al siglo VI a.c como asentamiento celta en la colina en la que se encuentra la fortificación, posteriormente fue ocupado en el siglo I a.c. por los romanos, y en el IV se convirtió en un pequeño castillo. Con periodos de ocupación de visigodos y sarracenos, en el siglo VIII se incorporó al reino franco. Tal y como la conocemos en la actualidad, fue construida a principios del siglo XIII, época en la que Carcasona sufre el ataque de la Cruzada contra los cátaros ordenada por el papa Inocencio III. Tras la rendición, la ciudadela pasa a manos del jefe militar de la cruzada para ser cedidas al rey de Francia. La fortaleza queda aislada en lo alto del promontorio. Tras el Tratado de los Pirineos en 1659, la ciudadela pierde su función de puesto fronterizo. En el siglo XIX la fortaleza tiene una importante restauración y es nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es muy complicado intentar resumir la historia de la fortaleza de Carcasona, y es inevitable comentarla. Visitarla supone estar muy atentos a todas las demostraciones de su pasado que se han desarrollado durante muchos años y de una forma muy intensa.

Otro de los días nos dirigimos hacia la costa, a disfrutar de paseos junto al mar mediterráneo, por la zona de Valras Plage, con sus tiendas y locales con terrazas para disfrutar de las vistas y la consumición.

Visita turística pero al mismo tiempo cultural, las esclusas de Fonséranes del Canal du Midí. Impresionante lo que consiguió Pier Paul Riquet, esas 6 esclusas que salvan casi 14 metros, aunque inicialmente era 8 para salvar los 21 metros hasta el río Orb. También Patrimonio de la Humanidad. Es necesario visitarlas para ser conscientes de la grandeza de toda esta construcción.

Y el último día para finalizar la estancia vamos a jugar al campo de golf de Narbona, un pitch & putt de 18 hoyos. Campo de golf sencillo, lo debo reconocer, no estoy acostumbrada a solo utilizar los hierros con golpes muy técnicos. De todo se aprende

De regreso para casa, satisfacción por todo lo vivido y conocido. Me ha quedado mucho por comentar, y me aseguran en la zona tanto o más por descubrir y conocer. En estos viajes acumulas fotos y sensaciones, llegas a casa con una borrachera inmensa de recuerdos. Siempre digo, las fotos son imprescindibles, porque las sensaciones las guardas para ti e intentas reflejarlas de la mejor forma. Espero haberlo conseguido.