Miguel Bernad, Secretario General de Manos Limpias.
Unos datos relevantes demuestran las impurezas del sistema electoral español, tanto en las elecciones Autonómicas, Municipales, Generales y Europeas.
El primer dato relevante, es el referente de como los partidos independentistas y nacionalistas con un índice de votos infinitamente menores a los partidos nacionales obtienen muchos más escaños.
El segundo dato, lo representan los tránsfugas paracaidistas que aterrizan en otras formaciones para seguir viviendo de la política.
El tercer dato, lo representan aquellos candidatos, que se presentan como candidatos en todas las listas electorales, por si les cae la lotería de alguna forma.
El cuarto dato, es que se permite formar parte de una candidatura aunque tenga sus residencia a miles de kilómetros.
El quinto dato, es el de aquellos candidatos que les toca la lotería en dos procesos electorales y luego eligen el que mejor le conviene a él, no a los que lo han votado.
El sexto dato, la representa la enorme diferencia de trato en los diversos medios de comunicación.
El séptimo dato, la financiación con dinero de todos los españoles a formaciones políticas que el ciudadano no ha votado.
Todo esto, le importa un comino al ciudadano, que vota con unas reglas del juego, que permite al régimen electoral español las impurezas reseñadas.
Se trata de una ruleta con trampas pero esas trampas son aceptadas por los votantes y por consiguiente no vale con posterioridad protestar. El ciudadano conoce las reglas del juego y las acepta.
El chiringuito de nuestros políticos, supone que para obtener un puesto retribuido o en Europa, o en una Comunidad Autónoma, o un Municipio, vale todo y en ese vale todo la Ley Electoral les da cobertura jurídica.
El noveno dato, lo representa la posibilidad de formar parte de una candidatura aunque esté en prisión.
El décimo dato lo representa que vale un juramente ilegal e ilícito.
Un último dato lo representa el hecho de que el PSOE cede 5 Senadores a PODEMOS para que estos puedan tener grupo propio y cobrar subvenciones. Todo un ejemplo de indecencia.