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Recuerdo de Analia Gadé

Redacción




Fernando Alonso Barahona. Crítico de Cine.

Tuve el privilegio de conocer a Analía Gadé en 1998 con ocasión de la Exposición Homenaje a Rafael Gil. Inaugurada en Madrid se paseó después por diversos lugares de España sirviendo de merecido recuerdo a uno de los grandes directores de cine español. Aquel encuentro se repitió después en una comida de cumpleaños de Fernando Vizcaíno Casas en la que el popular novelista se rodeó en la mesa de mujeres como la propia Analía o la bella María José Cantudo.

Gil otorgó protagonismo a Analía Gadé en numerosas películas destacando La duda 1972, adaptación del texto de Benito Pérez Galdós con Fernando Rey en una de sus mejores interpretaciones.

Analia además intervino en otros títulos del director como la excelente Nada menos que todo un hombre 1972 , adaptación de Unamuno protagonizada por Francisco Rabal, El mejor alcalde el Rey, 1974, (Lope de Vega) y  Tu y yo somos tres 1962, (Jardiel Poncela). Tambien con Gil brilló en “ La mujer de otro “ 1967 adaptación de Torcuato Luca de Tena su bien en esta ocasión la protagonista absoluta fue Martha Hyer, actriz norteamericana que acababa de trabajar nada menos que con John Wayne en Los cuatro hijos de Katie Elder, de Henry Hathaway . Adaptaciones literarias, estilos diversos y dos notas en común, el talento de Rafael Gil detrás de la cámara y la belleza y encanto de Analía Gadé conquistando la pantalla con sus ojos fascinantes y con su elegancia y atractivo personal .  

De manera un tanto exagerada se ha calificado a Analía como “ musa de la transición “ , cuando lo cierto es que su debut se produce en los años cincuenta y en en los últimos sesenta y primeros de la década de los setenta cuando logró su mayor popularidad y sus mejores trabajos en el cine.

Nacida en Córdoba (Argentina) el 28 de octubre de 1931, María Esther Gorostiza Rodríguez era su verdadero nombre. Hija de padre vasco, quería ser artista a toda costa cuando estudiaba en un colegio de monjas. Teniendo dieciséis años se escapó de ese centro para inscribirse en Buenos Aires en un concurso de belleza. Fue el inicio de su carrera hacia el estrellato. Y en ello fueron decisivos tres títulos del gran Fernando Fernán Gómez ( el gran amor de su vida junto a Vicente Parra ): La vida por delante, 1958, La vida alrededor  1959 y Solo para hombres 1960. En las tres la actriz demostró su talento para la comedia costumbrista y desde luego la química junto a Fernán Gómez que se repitió en numerosos títulos juntos. Desde Ana dice si, 1958 de Pedro Lazaga   , a Viaje de novios, 1956 de Leon Klimowsky y en un interesante cambio de registro la notable La fiel infantería , 1959, novela sobre la guerra civil de Rafael García Serrano  filmada por Pedro Lazaga con Arturo Fernández en el personaje protagonista.

 En 1969 volvió con el actor en la película de Jose María Forqué , La vil seducción ( una comedia algo más amarga y sarcástica ). Forqué acentuó ese cambio de imagen en 1970 : El monumento, en la que Analía añadía erotismo a su imagen muy al gusto de la época.

Pero sin duda fue el citado Jose María Forque el que cambio la imagen de mujer dulce y algo pizpireta de las comedias de los años cincuenta y sesenta dirigiendo a Analía en varios títulos atrevidos para la fecha de su estreno y que alimentan esa leyenda de musa de la transición a la que antes hacíamos referencia . Y ello aunque algunas se remonten a 1968: Pecados conyugales , con Arturo Fernández  o La revolución matrimonial , 1974 con Jose Luis López Vazquez e Ismael Merlo. En 1976 Rafael Romero Marchent incrementó la tensión erótica con Tu Dios y mi infierno, historia de las relaciones ilícitas de una mujer con un sacerdote . El protagonista fue John Philip Law . Y Jorge Grau tras desnudar a María José Cantudo en La trastienda , presenta a Analía en la escabrosa Cartas de amor de una monja, 1978.

 No hay que olvidar a la Analía Gade actriz de teatro, sobre todo en sus últimos años profesionales donde destacaron trabajos arriesgados como  Las mujeres  sabias (Moliere, 1984 ) o Dulce pájaro de juventud ( 2001 , Tennesee Williams ).  Y tampoco podemos pasar por alto la televisión con la prestigiosa serie de 1976 : La señora García se confiesa, de Adolfo Marsillach.

Analía Gadé tenía encanto y talento. Un pedazo glorioso de la mejor historia del cine español, esa que algunos escasamente documentados creen que ha comenzado con Almodóvar pero que sin embargo ha sido generosa en grandes películas a menudo postergadas o simplemente desconocidas.