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Martín Saénz de Ynestrillas (ADÑ): «Si no actuamos, Europa camina hacia la autodestrucción»

Redacción




Enrique de Diego.

He aquí al candidato identitario para las elecciones al Parlamento Europa: Martín Sáenz de Ynestrillas. He aquí a un buen, espléndido candidato, de ADÑ, la candidatura identitaria. Una entrevista a fondo donde Martín da muestras de su gran talla intelectual, de su fuerte bagaje ideológico, de su clara visión de una Europa que camina hacia la autodestrucción, proceso ante el que es urgente actuar y la primera forma de actuación salvadora es votar a ADÑ el 26 de mayo.

  • En primer lugar quiero agradecerle que me conceda esta entrevista. Le adelanto, don Martin, que cuenta usted con mi voto. ¿Qué es lo que define a ADÑ como candidatura a las elecciones al Parlamento europeo, qué es lo que la diferencia?

Gracias por su confianza. No le defraudaremos. ADÑ es la única candidatura española que cuestiona el modelo de la Unión Europea tal y como está construida. No es, en absoluto, la única de Europa, pero sí la única de España. Todas las demás juegan con los términos euroapasionados, euroexigentes, euroconvencidos. Sólo ADÑ se plantea una Europa fuerte, unida, identitaria, cristiana, de moral objetiva y sin relativismos. De derecho romano y cultura griega; una Europa de las patrias, frente a una Unión Europea que castiga a los disidentes, los expulsa – más del 40% de los europeos está fuera de la unión, por suerte para ellos – una Europa de los contubernios económicos y de poder a la sombra de los poderosos Bannon y Soros. Solo ADÑ se postula con un euroescepticismo activo que pretende una Europa social, hogar de millones de europeos que nos hemos ganado el derecho al bienestar, como artífices de toda una civilización hoy puesta en duda y en grave peligro de extinción. España jugó un papel incuestionable en la forja de esa Europa a la que no podemos renunciar. Frente al hereje arriano y protestante; frente al turco, frente al moro, construimos y defendimos una Europa con cultura, fe, códigos de conducta e identidad propias que hoy están en duda en ese artificio llamado Unión Europea, cuyo único objetivo son los mercados, la competitividad y los bajos costes de producción con importación de mano de obra semiesclava e incompatible con nuestros modelos éticos e identitarios.

  • ¿Qué le ha llevado a usted a dar un paso al frente?

Dos cosas: mi firme resolución de estar siempre donde se me solicite en la batalla política y la extrema necesidad de dar esa batalla antes de la extinción como pueblo soberano y como artífice de una cultura. Siempre me he considerado un soldado, en el frente, en retaguardia o donde se me requiera. Se me ha requerido para poner cara y ojos al proyecto y no me cabe mayor honor ni mayor responsabilidad. No cabía negarse.

  • ADÑ es una coalición electoral de La Falange, Falange Española de las JONS, Democracia Nacional y Alternativa Española. Entiendo que es un esfuerzo unitario en un momento de emergencia nacional. ¿No es así?

Efectivamente es una coalición electoral. Un requerimiento muy antiguo de buena parte de las bases de nuestras formaciones, que pocas veces han entendido la enorme diáspora que conforma el social patriotismo español. Y especialmente fuera de las grandes capitales esta diáspora era todavía peor entendida. No negaré que hay matices de trazo fino que justifican, o al menos explican, la larga lista de formaciones distintas existentes, pero se nos pidió, se ha trabajado como probablemente nunca antes y se ha hecho un esfuerzo soberano de entendimiento ante la necesidad acuciante de responder, de no dejar que nuestro espacio político sea invadido al son de banderas, himnos y cánticos comunes, por otros pretendidos patriotas cuyo discurso apesta a liberalismo neoconservador, a recortes, a modelos de pensiones mixtos, a entreguismo paneuropeo, a renuncia de valores morales y de defensa de la vida, amparados en el mal menor, en el supuesto bien posible o en simple oportunismo electoral. Ese hueco existe, estaba huérfano y no podemos abandonarlo. Nos sentamos hasta comprenderlo y seguiremos haciéndolo en el futuro. Personalmente espero que no hayamos terminado aquí. Que seamos capaces de incrementar y crecer en este movimiento social cristiano e identitario que nace con ADÑ pero que tiene mucho sitio libre aún. No es mala noticia, no obstante, que miembros o no de esta alianza, la práctica totalidad de movimientos, grupos, asociaciones, partidos y colectivos de carácter socialpatriota, así como la práctica totalidad de la radio y prensa digital alternativa hayan dado su apoyo explícito a este proyecto y a mi candidatura. Aumenta mi responsabilidad, me enorgullezco aún más con ello y comprometo todo mi esfuerzo y el de la alianza en ser también su voz en Europa. La Europa social disidente y real.

  • ¿Cuáles son las principales amenazas en el momento presente a la identidad de España?

Creo que son dos, y no es nuevo. España se ve amenazada por un enemigo interior y por un enemigo exterior. Ambos declarados y evidentes. Las formas son variadas, pero parten de la implantación de un relativismo moral que permite cuestionárselo todo: la vida, la sexualidad, el género, la cultura, la identidad, la raza, la fe, el territorio, las fronteras, la familia, la reproducción y hasta el derecho o los derechos de los hombres y mujeres. Todos al servicio de un mundialismo globalista que se sabe más fuerte cuanto más débil es la identidad de su enemigo. Y su enemigo es la civilización occidental. Su enemigo es cualquiera que sitúe al hombre en el centro del proceso y que considere todo lo demás como herramientas a su servicio. Nada más lejos de la intención del mundialismo. Nos necesitan rotos, desarmados moralmente; enfrentados entre regiones, entre sexos, entre clases, aunque ahora esas clases se les desdibujan porque tampoco les viene bien para su modelo global. Es la lucha entre identidad y globalidad. Entre las rentas del trabajo y las rentas del capital. Yo diría que los dos grandes agentes son separatismo, dentro, y multiculturalismo globalista de importación, fuera.

  • El globalismo, el mundialismo con su oferta disgregadora del multiculturalismo tienen muchos medios y una extraordinaria fuerza de manipulación. ¿Qué postura tiene ADÑ sobre ellos? ¿Con qué medios cuenta?

Ya lo creo. Y no se esconden además. Basta leer acerca de las sociedades abiertas de Georges Soros, o de las políticas de los referentes de Trump y ahora de Bardají, como Steve Bannon, para darse cuenta de que el hombre, para ambos, es un elemento más de la cadena de producción y la competitividad, como lo son un alquiler, un kilovatio o un tornillo. Y además poseen los medios de comunicación masivos en su práctica totalidad. Incluso ahora son los dueños de la maquinaria electrónica de recuento de los procesos electorales. ¿Cuál es el riesgo? Que los seres humanos normales no estamos acostumbrados a semejante despliegue de medios. Que suena a ciencia ficción y preferimos no creernos estas cosas. Y las ignoramos, las pasamos por alto o las consideramos conspiranoicas. Pero están ahí, explicadas abiertamente por sus protagonistas sin empacho ni decoro alguno. Contra ello solo contamos con tres cosas: una fe inquebrantable en nuestro sistema de valores, una disposición a la defensa de esos valores caiga quien caiga y, por último, y no menos importante, el papel modestísimo, pero imprescindible, que hacéis los medios informativos digitales asistémicos. Rambla, Correo, Tribuna, Radio y Diario Ya y otras decenas de medios que, por ahora, creen en un modelo de libertad e información distintos que nos permiten afirmarnos en nuestra mejor herramienta: nuestra identidad como pueblo, como cultura, como raza, como portadores de valores y de una fe, no solo verdadera sino netamente española, europea y occidental. Como depositarios de una misión para con nosotros mismos y para con el resto del mundo. España siempre ha sido así y lucharemos para que siga siéndolo.

  • ¿Qué beneficios y qué perjuicios ha tenido nuestra incorporación a la Unión Europea?

Me cuesta trabajo encontrar los beneficios. Se nos ha vendido que, sin la Unión Europea, sin la moneda única, sin el control económico del Banco Central europeo y su fábrica de billetes, sin sus tipos de interés y sin los rescates y políticas monetarias comunes, España habría sufrido mucho más de lo que lo ha hecho, pese a todo, que ya es decir. Se nos coloca la falacia de que nuestro sistema de pensiones, nuestra curva de natalidad y de población dependen de la ingente cantidad de inmigración que, como puerta sur y oeste de Europa, soportamos. Se nos ha vendido la panacea universal, el bálsamo de fierabrás, de la PAC, el sistema de subvenciones, a la postre, de la denominada Política Agraria Común. ¡Incluso se dice que la UE es la responsable directa de no estar inmersos en una tercera Guerra Mundial y que por ello hay que estar agradecidos!

Y como todos los partidos del sistema del 78 lo repiten como loros, lo aceptan como religión y lo difunden por su imperio informativo amorfo, el español medio ha comprado este discurso y hace varias abluciones diarias ante él, en agradecimiento al sistema. Y si lo cuestionas, el raro eres tú. El tarado, el que no sabe nada. Pero lo cierto es que todo lo antedicho es mentira. De la A a la Z. Lo explicaré:

En sus 20 años de pertenencia a la UE, España – y no solo España – ha perdido en PIB 224 mil millones de euros. Italia 4´3 billones de Euros; Francia, 3´5 billones de euros y así un largo etcétera que solo deja en positivo a dos países, Holanda y, sobre todo, con 1´9 billones de euros Alemania, verdadera capitalizadora de esta UE en la que unos somos esclavos y otros señores.

España ha destruido decenas de miles de industrias, cepas, cabezas de ganado, olivos y otro largo etc. amparándose en el pan para hoy y hambre para mañana de las subvenciones, de las PAC, de las ayudas a la parálisis total de un pueblo trabajador, sustituido por otro mendicante.

España es el perjudicado inmediato de los Tratados de Libre Comercio que la UE ha firmado para que potencias ajenas a la Unión puedan colocar sus productos en Europa. Productos cuyos mayores productores somos los españoles. Así, la cereza del Jerte, la lenteja de Cuenca y en general toda la legumbre castellana, el cítrico levantino, la chufa tan valenciana… se pudren en los campos de labor, en los lagares o en los almacenes, si con suerte y mano de obra semiesclava se han podido recoger, aunque nunca distribuir en los mercados. Ahora la legumbre es canadiense y argentina (que han convertido en intensivos sus cultivos bajando precio y calidad), la naranja y el cítrico en general, son turcos y marroquíes, la chufa, de calidad pésima, es africana… y los empresarios que lideran esas industrias son españoles, o eso dice su carné de identidad, pese a que con sus estrategias contribuyen al enriquecimiento personal, pero a la destrucción del tejido agrario español. Ahora crean empleos de bajo coste en origen, mientras nuestros agricultores aspiran a convertirse en camareros para contribuir a la construcción de este gran geriátrico vacacional en que se ha convertido España.

España ha tenido que asumir como propias, pues la Unión impone también legislación supranacional, todas las imposiciones jurídicas de la ideología de género, contrarias a la vida, especulativas con la maternidad y el sexo, que tan estupendamente maneja Soros abiertamente, sin tapujos y sin negarlo en absoluto. Como consecuencia de ese relativismo moral, nuestras tasas de natalidad son extraordinariamente negativas en España y en Europa, sirviendo de perfecta excusa para la invasión, para la apertura de fronteras disfrazada de solidaridad con los refugiados y que en realidad se corresponde más con la importación de mano de obra semiesclava que permita abaratar costes, inestabilizar regiones y aumentar beneficios de entidades que jamás han creado un euro con trabajo personal y sí con rendimientos de capital, mientras engordan simultáneamente las arcas de los traficantes de esclavos.

Pero además lo hacen masivamente con culturas exógenas, que entran en abierto conflicto con nuestra forma de concepción de la vida, la verdad, la justicia, el bienestar, la fe, la familia, la maternidad. Porque todo ello configura unos pilares sociales que son en sí mismos, el constructo de Europa. Tienen que derribarlos para malear nuestra sociedad, mientras asistimos como becerros a cánticos de multiculturalidad, riegos de subvenciones y precarización en derechos y empleos.

Y podemos seguir horas explicando por qué tememos que construir una Europa distinta de naciones soberanas. Un último ejemplo: el 40% de los europeos jamás ha estado en el euro. Y han navegado las procelosas aguas de la crisis con muchas más herramientas y resultados eficaces que los que sí lo estamos. Los más listos, como los hijos de la pérfida Albión, estuvieron en la Unión, pero no en el euro, que hasta ahí podría haber llegado la tontería.

Europa nunca fue un espacio político adecuado para la moneda única, según las más autorizadas voces de economistas internacionales nada sospechosos. No es este espacio para explicarlo, pero baste decir que jamás cumplió con los requisitos para serlo.

La moneda es una herramienta de las naciones para controlar su economía, tal y como lo hace hoy Mario Draghi, sólo que lo hace para toda Europa y con un único beneficiario, intencionado o no, como ya hemos visto. Ya no se corresponde, hace muchos años, con un patrón oro, sino que es una “ciclostil”, una churrera. Se fabrica o destruye moneda, se aprecia o deprecia, en función de las necesidades del espacio económico. Pero si esas necesidades son distintas, como ocurre claramente con los miembros de la UE, e incluso con los que, siendo europeos, no son UE, el resultado de esas políticas es también dispar: muy negativo en el caso de España.

Tampoco me quiero extender en esto, pero baste decir que los conceptos de “elasticidad” que regulan o deberían regular los ajustes monetarios, aconsejan a todas luces la recuperación de una monda propia, apreciada o depreciada según los intereses de España, no de Angela Merkel.

En resumen, si cabe esa expresión en tan larga exposición: La UE tiene que ser replanteada con criterios que garanticen la soberanía e independencia de los miembros. O es así, o no será.

Martín Saénz de Ynestrillas.
  • ¿Cuál es la postura de ADÑ sobre la inmigración?

La inmigración es un fenómeno social y cultural que tiene muchos factores. Y también muchos riesgos. Las migraciones se han producido a lo largo de la historia en todas las direcciones y se van a seguir produciendo en el futuro. Negarlo sería estar ciego. Pero permitir y asumir que otros decidan cómo ha de resolver el problema asociado cada nación, con criterios únicos impuestos desde el mismo sitio donde la presencia de mano de obra barata ha sido el principal factor de éxito económico -reconocido por ellos mismos – y aceptar como dogma la responsabilidad infinita de los europeos y por extensión, de lo españoles, para beneficio del globalismo mundialista neoconservador y neoliberal es un trago que ADÑ no solo no acepta, sino que lo combatirá con todas sus armas, como por otro lado están haciendo ya muchas naciones del mundo, con independencia de sus ideologías.

España tiene una vocación histórica de universalidad innegable. Ha llevado su civilización, ciencia, su fe, su idioma y su cultura por todos los rincones del planeta. Ha liderado y lidera la solidaridad mundial y ha sido y es referente en la entrega a los demás a cambio de nada. Pero siempre ha tenido una condición: las reglas para esta práctica las ponemos nosotros. No nos las impone nadie. Y cuando esas reglas no se cumplen, dejamos de jugar. Y cuando históricamente los jugadores ya estaban en casa y dejaban de cumplir las reglas, como toda nación soberana, hemos invitado a marchar a esos jugadores, por las buenas o por las malas.

España ha sido la antítesis del colonialismo que practican todavía hoy algunos de los que pretenden darnos lecciones de solidaridad y exigirnos cuotas de migrantes impuestas. Donde quiera que España llevó su mensaje amplió su abanico a nuevos leales compatriotas que recibían nuestros derechos y nuestras leyes y que participaban de nuestras instituciones. Durante mucho tiempo, los únicos migrantes que recibíamos eran los Procuradores en Cortes, en representación de nuestras nuevas provincias. Nunca pretendimos la explotación organizada ni su uso como pseudoesclavos. Ese es nuestro modelo. Toda la colaboración, toda la ayuda, toda la solidaridad y toda la entrega que nos sea posible para que, siguiendo nuestro modelo, desarrollen sociedades más justas en sus lugares de origen.

Pero en nuestra casa, nosotros abrimos y cerramos puertas y grifos según nuestras necesidades y conforme a nuestras reglas y prioridades. Atendiendo y ordenando primero nuestro patio trasero, antes de construir jardines para los demás. Y sin permitir tampoco que el hambre y la necesidad conviertan a esos migrantes reales, a los que necesitan comer, en nuevos esclavos que solo logren socializar la pobreza y el hambre, a beneficio de las multinacionales, los bancos comerciales y las grandes fortunas como la del multimillonario húngaro Soros, llevándose también por delante el empleo y el Estado del Bienestar que los españoles nos hemos ganado con creces.

Y desde luego será asumiendo nuestro sistema de valores y creencias. No hace falta declararse confesional o profesar determinada fe, para entender que el sistema de valores europeo y español tienen un origen concreto. Que distinguimos el bien y el mal gracias a ese sistema de valores y que ese sistema de valores es ni más ni menos, que el cristianismo.

Otros modelos sociales, ideológicos y mucho peor, religiosos, ya han demostrado lo que son capaces y lo que les importamos los “infieles”. Son incompatibles con la sociedad occidental. No existe la moderación en esto. Sus reglas pretenden nuestra destrucción como sociedad y como conjunto de valores. Solo difieren en el ritmo o en el método, pero todos reniegan de una convivencia que no esté basada en la conversión forzosa. ¡En nuestra tierra! ADÑ no puede permitir que Europa sea invadida ni física ni culturalmente. Nuestras fronteras, nuestros espacios de convivencia y nuestros sistemas de creencias son prioritarios. No hay hueco para quien no lo acepte.

  • ¿No se ha deteriorado el sentido de pertenencia y de nacionalidad?

Es uno de los virus que inocula este multiculturalismo disfrazado de solidaridad. Mi patria es el mundo; soy ciudadano del mundo, solo existe una raza universal… y todas esas zarandajas teledirigidas por los mismos a los que hemos venido citando. Cuando se pierde el sentimiento de grupo, se pierde también el de corresponsabilidad, el de obligación, el de entrega a un colectivo que supone una entidad de orden mayor. Se vuelve uno egoísta y deja de contribuir con su esfuerzo y su dedicación a la tarea colectiva. Deja de proteger a los más débiles y los abandona a su suerte, y se hace a sí mismo mucho más vulnerable. Eso va en contra de la naturaleza humana desde que el hombre está sobre la faz de la tierra. Solo hay que leer un poquito para entender esto.

Por eso los identitarios, los que sí entendemos que existen fórmulas de organización naturales que nos hacen fuertes, menos vulnerables y corresponsables de los problemas de los nuestros, nos resistimos con uñas y dientes contra ese consciente desdibujado de identidad. Conceptos como Nación, Patria, y en niveles inferiores, Sindicato, Municipio, Familia, están íntimamente ligados a nuestra forma de ser y de sentir, pero, sobre todo, están ligados a nuestra supervivencia como pueblo. Y por eso se trata de desdibujar continuamente con mensajes globalizadores. Aquí, no obstante, han dado en hueso con ADÑ.

  • ¿Hay un peligro de islamización en Europa y en España?

¿Peligro? Hay una realidad constatable y consentida. Yo creo que las razones han quedado claras a lo largo de esta entrevista, pero quizá falta señalar algunas evidencias. Ya no se trata solo de la imposición de preceptos, fiestas y costumbres islámicas; Se trata incluso de exigencias normativas. Se dicen ofendidos por nuestra cultura. Solo voy a señalar un par de ejemplos: Que alguien se mire la lista de candidatos de Podemos al ayuntamiento de Salt, en Gerona. Y que luego ponga en duda mi afirmación. O que alguien busque la noticia que dice que Marruecos enviará a Europa, durante la celebración del próximo Ramadán, que empieza ahora, una nutrida cantidad de imanes para dirigir la celebración. España es ya el tercer país por número de marroquíes musulmanes. Nos tocan más de 50 imanes.

Las costumbres de países como Alemania, Reino Unido, Francia, Holanda y tantos otros ya se han visto transformadas. Muchos de estos imanes se jactan de estar llevando a cabo una invasión incruenta con un ejercicio responsable de natalidad que asegura las nacionalidades de segunda y siguientes generaciones que se tragarán la decreciente tasa de repoblación cristiana de Europa. Hay colegios, barrios, municipios enteros en que han sido decretadas sus leyes y en los que las policías de los diversos países ya no se atreven a entrar. Si no hacemos algo, Europa camina hacia su autodestrucción y el paso previo será la proclamación de un nuevo Califato de Córdoba.

  • ¿Cuáles son los partidos de otras naciones europeas a los que se siente cercana ADÑ?

El panorama tras las elecciones va a estar movedizo. El euroescepticismo avanza imparable pero no todos con el mismo signo ni tampoco con los mismos objetivos. Se confunden intencionadamente, con ese uso del lenguaje partidario que hacen los medios del sistema, a unos euroescépticos con otros e incluso con quienes solo son euroexigentes. Hemos visto como partidos o líderes internacionales de tradición social se han felicitado por diversos triunfos parciales de grupos neoconservadores que nada tienen que ver con los postulados de esos mismos líderes. Habrá que permanecer atentos a la nueva configuración de la cámara y los movimientos de bloques, pero puedo afirmar con rotundidad que Roberto Fiore en Italia y su Forza Nuova y Udo Voigt en Alemania, con su NPD, son sin duda nuestros aliados y amigos más antiguos e importantes. Ambos son europarlamentarios y con ellos, no ha mucho, visitamos la cámara europea y, pese a las negativas, logramos convocar una rueda de prensa en el Parlamento Europeo para explicar nuestra propuesta.

  • ¿Qué opina ADÑ de las autonomías?

Que son el origen de todos los males que acosan España desde el interior, como ya señalé. Supuestamente nacieron para descentralizar la administración y acercarla al ciudadano, pero la realidad es que ha sido el vehículo oficial de la guerra contra España por parte de todos sus enemigos y de paso la herramienta política más vomitiva del régimen del 78. Un régimen que naturalizo el sistema concediendo luego ciudadanías de primer y segundo grado en función de la autonomía de origen, que construyó un entramado de financiación, corrupción y colocación de estructuras políticas ingentes a cargo de los contribuyentes y que consagró uno de los principios reales de nuestro régimen, pese a lo que dice el articulado constitucional: La desigualdad de todos los españoles en todos los aspectos y, por supuesto, ante la ley.

Que son 17´2 reinos de Taifas que sirven solo para garantizar la manduca a manadas enteras de políticos sin vergüenza alguna, con 19 administraciones paralelas y completas asociadas a ellas, y que su coste político, militar, económico, jurídico y de todo orden es insostenible, sobre todo cuando están en riesgo temas tan básicos como el Sistema de Pensiones.

Pero, sobre todo, que son herramientas de concesión de poder y financiación a una buena parte de los declarados enemigos de España, a otra no declarada pero igual de ineficaz y perversa y una tercera parte de parásitos locales sin más proyección que su propia continuidad.

Y que, por lo tanto, tienen que desaparecer, aunque sabemos que esa batalla se juega en un territorio en el que, de momento, no estamos.

  • Alguien podría pensar que su espacio lo ha ocupado Vox, pero ese partido es una escisión del PP, es un partido liberalconservador y ustedes son identitarios. ¿Cuáles son las diferencias?

Lo piensan quienes no gastan un minuto en entender qué defendemos cada uno y bajo qué criterios y banderas. Y es lógico. La derecha española durante años de centralidad, de reformismo, de neoliberalismo conservador centrado; en definitiva, de Aznarismo, Celiavillalovismo, Arriolismo, Cifuentismo, Gallardonismo, Feijoismo, Marianismo etc. trató de ocupar el mayor espacio político posible, convirtiéndose en una anomalía en Europa. Las corrientes conservadoras, derechistas, democristianas, liberales, etc. que conforman el centro derecha de cualquier país europeo, aquí confluían en un único partido que, tocado por el poder y las mayorías absolutas, mantenían controlado el corral, porque, de todos es sabido, quien se mueve no sale en la foto. La frase es socialista, pero el aserto es válido para todo partido sistémico.

Eso fue posible gracias al abandono paulatino, silencioso, sistemático y continuo de una serie de valores que, tradicionalmente, habrían correspondido y sido territorio de la derecha, como los asuntos sociales habrían sido, antes de su conversión al liberalismo económico, igualmente, de la izquierda dominante (PSOE).

La defensa de la vida, de ciertos valores cristianos, de la unidad territorial y tantos otros de trazo grueso, cabía suponerlos en la derecha que, sin embargo, desertó, traicionó y abandonó en la cuneta a todos y cada uno de ellos, con enormes sangrías, por cierto, de carácter personal. Derechones, pero decentes, que alguno había. No muchos, tampoco. El, poder, no obstante, y el sempiterno miedo a la izquierda radical de reminiscencias prebélicas, que la propia izquierda se empeña en exaltar para ocultar su mencionada conversión al neoliberalismo euroapasionado, mantuvieron durante mucho tiempo atada a esa derecha, que decía de sí misma actuar a nariz tapada, cuando, por ejemplo, estallaron por doquier los escándalos sin precedentes de la corrupción.

Así las cosas, los únicos que permanecimos fieles a los principios de unidad nacional, identidad, cultura, etc. fuimos los socialpatriotas que, supuestamente, debíamos coincidir con la derecha en la defensa de esos valores mientras que era más probable que coincidiéramos con la izquierda en los planteamientos de carácter social y de defensa de los desfavorecidos.

Ninguna de las dos cosas se cumple ya, como hemos dicho, pero el fenómeno de la aparición de Podemos, reivindicando la parte abandonada por el PSOE (y por ellos mismos enseguida) hizo visible que el bipartidismo de bloques había fenecido y recordó a la derecha que era posible volver también a la defensa de los valores nacionales y culturales y abandonar el centro reformista. Y eso ha sido Vox.

Ahora vuelven a coincidir, a brochazos gruesos, en algunos aspectos como la bandera y la defensa de la unidad con nosotros, pero lo que nunca harán es renunciar a sus postulados neoliberales. Lo que nunca harán es denunciar el putrefacto régimen del 78, los males inexorablemente unidos a una Constitución de la que se declaran defensores o a defender a ultranza aquellos valores culturales y morales que definen nuestra identidad, porque discutir sobre ello resta probablemente votos y ellos, como todo el Sistema, está a seguir viviendo del erario.

Ellos proclaman las leyes de 85 para el aborto, la privatización de los rescoldos de las empresas públicas esenciales como AENA y RED Eléctrica, los postulados neoliberales de Steve Bannon y Rafael Bardají, el copago en las pensiones, la sumisión a la banca comercial… en definitiva un modelo neoliberal conservador antitético con el nuestro y coincidente, eso sí, con los elementos patrióticos del trazo grueso. Y en Europa se declaran euroexigentes, es decir, que nos venderán la vieja idea de cambiar las cosas desde dentro, que hemos oído ya tantas veces, mientras se acomodan al Sistema una vez más. Nada de exigir la recuperación de nuestra soberanía, de nuestras fronteras, de nuestra moneda. Eso queda para los euroescépticos que sí somos nosotros.

Pero eso el votante de Vox lo sabe. Sabe que, en realidad, mucho de su voto es prestado por el socialpatriotismo, durante las generales, por no tirar el voto a la basura – ese era su sentimiento – o no perder la oportunidad de enderechar al Partido Popular haciéndolo volver a sus posiciones preaznáricas. La ausencia de listas socialpatriotas a las Generales con garantías de éxito, si quiera testimonial, dejó el camino expedito para que este préstamo se produjera con un notable éxito de 24 escaños.

Pero ahora ya no tienen excusa. Y además se han cuantificado. Saben que sólo el regreso del 10% de los votos prestados llevarían a Europa a ADÑ. Saben que cuanto mayor sea el regreso, mayor será la presencia socialpatriota en Europa y más eurodiputados me acompañarán a Bruselas. Saben que ahora la responsabilidad no se diluye y que el voto útil es el que de verdad les representa sin tener que taparse la nariz.

Estoy convencido de que muchos hijos pródigos están deseando verse representados no por un candidato prestado procedente de filas falangistas (de la auténtica, como el número 1 de Vox), sino por su candidato, el que en su fuero interno sienten como propio y al que pueden exigir un grado de compromiso ideológico que jamás podrán pedir al candidato prestado. Estoy seguro de que no se querrán ver la noche del recuento diciéndose a sí mismos que los poquísimos votos que faltaron para tal o cual resultado, fueron precisamente los suyos. Los socialpatriotas identitarios no van a cometer ese error.

  • Supongo que ustedes precisan apoyo. Si un lector quiere ayudar a ADÑ ¿qué tiene que hacer? ¿cómo puede entrar en contacto?

Todos los apoyos son pocos. Pero déjeme decirle: no sólo para esta campaña a la que nos enfrentamos, sino para construir una alternativa de futuro, con independencia de que en estas elecciones obtengamos uno, dos o más representantes. ADÑ nace con vocación de quedarse, de trabajar los próximos años en la construcción de una alternativa sólida, municipal, regional, nacional y, por supuesto, europea. Y eso se hace con el compromiso de todos, con el trabajo diario, la militancia, la financiación y, sobre todo, la fe en lo que hacemos.

¿Ahora mismo? Tres cosas son importantes: la difusión y el proselitismo de todo lo que hacemos y de nuestro mensaje, la colaboración económica para poder llegar a más hogares antes del domingo y finalmente la colaboración con la coalición en calidad de interventores de mesa y apoderados, que son los que, durante la jornada electoral, visibilizan nuestra coalición, preservan que nadie nos la juegue con las papeletas y los recuentos y contribuyen a dar confianza en nuestro proyecto al elector. A recordarle el día de las votaciones, que existimos. Todo ello es fácil de encontrar en redes y webs. ADÑ somos nosotros. Nadie más que nosotros. www.ADÑ.org es la puerta más fácil. Y www.antetodoespaña.es también.

Ricardo Saénz de Ynestrillas.
  • Me va a perdonar…Quizás sea inoportuno. Pero me voy a poner en el 17 de junio de 1986, cuando ETA asesinó a su padre, el inolvidable patriota comandante Ricardo Saénz de Ynestrillas. ¿Qué sintió aquel día? ¿Cómo le ha marcado?

¿Además del dolor y la rabia, supongo? Sentí que la responsabilidad que mi familia, a lo largo de varias generaciones, había soportado sobre sus espaldas pasaba, una vez más, a la siguiente generación y caía sobre las nuestras. Mi padre, Ricardo, era militar y falangista; de esos a los que se les ha negado esa naturaleza porque nació en el 35. Y era hijo de Alfredo, vallisoletano, jonsista de la primera hora, como no podía ser de otra manera. Caballero Mutilado de Guerra, combatiente hasta la extenuación en todos los frentes de nuestra Cruzada, Comandante de Caballería y Usar. También su padre, otro Ricardo a su vez, fue comandante y fue asesinado en Paracuellos. Descansa en el Valle de los Caídos. Había nacido en Nantes, en Francia porque, una vez más, su padre, el general Ramón Ynestrillas se retiró hasta allí acompañando al Pretendiente Rey Carlos, junto al que combatía.

Demasiadas generaciones de servicio y de milicia, como para no entender el precio que pagan los bravos por su lealtad incondicional a España. Así que, junto al dolor, la rabia, el tiempo robado por compartir, quedó solo la responsabilidad. La determinación, la obligación moral de permanecer fiel a unos principios y una España por los que cada generación, en su tiempo, a su modo y con diversas dosis de sacrificio, había dado su sangre. Y el convencimiento de que nadie nos puede arrebatar nada por mucho que lo intenten. ¿La vida? Un privilegio mientras se tiene, para poder combatir por ideales grandes. Nada que te puedan arrebatar los asesinos si entregas la esencia a las generaciones siguientes. En nuestra familia siempre ha ocurrido así: que más allá del dolor terrenal y momentáneo, tan solo queda la confirmación de permanecer en la brecha, frente a los enemigos de España.

  • ¿Qué destacaría de la personalidad de su padre, qué le ha aportado como ejemplo a su vida?

Creo que ha quedado respondido ya; quizá insistir en esa predisposición a la lucha, a estar donde se requiera, a dar un paso al frente sin importar nada; jugándote tu familia, tu hogar, tu confort y tu comodidad sin siquiera reparar en ello, porque no entra en la balanza cuando tomas decisiones. Recuerdo fundamentalmente la parte más convulsa de su vida, la última; aquella que se pasó entre castillos y destierros porque nunca cejó en desear y buscar algo más grande para una España a la que amaba profunda e incondicionalmente. Si soy capaz de mantenerme en la brecha hasta el final, sin desfallecer, llegue cuando llegue, sí habré aprendido algo de él. Mientras tanto estoy en prácticas.

  • ¿Considero cierto eso de que hemos ganado a ETA?

De ninguna manera. Sostengo que hemos sido derrotados sin apenas plantar cara. No los soldados, los ejércitos y las víctimas, sino la sociedad, la clase política, el Régimen miserable del 78. ETA mataba porque consideraba que la muerte trágica y cobarde que practicaba servía a sus intereses de secesión, no porque le gustase hacerlo (más allá de auténticos asesinos que sí disfrutaban con lo que hacían, porque eran unos tarados miserables) y dejó de hacerlo cuando esos mismos intereses, a los que no han renunciado nunca, se alcanzaban sin matar y ante la pasividad y complicidad de un estado cobarde, gobernado por auténticos tahúres de la “democracia”. Hoy están en las instituciones; gobiernan. Se jactan de unos resultados electorales en los que han vencido a sus viejos cómplices políticos del PP y se alían con otros viejos cómplices del PSOE. Son vitoreados, respetados, jaleados y reconocidos como hombres de paz. Han vencido en el relato y en los objetivos. Y van a ir a Europa. Y hasta se especula con que una nueva asamblea con 500 miembros pueda estar rearmándose, descontenta con el ritmo de entrega al que se ha sometido al Estado y que debe parecerles lento. Sin duda hemos perdido esa batalla, pero aspiro a que no la guerra. Pagarán. Algún día sí pagarán efectivamente sus crímenes. No contra las personas, que también, sino contra España. Por ahora me conformo con que tengan que oírme a mí en Bruselas o Estrasburgo, si los españoles tienen a bien llevarme a Europa.

  • Por último, pida usted, por favor, el voto para su candidatura. ¿Por qué hay que votar ADÑ?

Está naciendo una nueva Europa. El modelo actual ha caducado y solo los necios partidos del Sistema creen que aún pueden prolongar su agonía en el tiempo y mantener vivo al paciente. Sin embargo, Francia y sus chalecos amarillos ya no pueden más con Macron y su servilismo mundialista. Lepen se postula como primera fuerza en Francia. El grupo de Visegrado, que reúne a cuatro países centroeuropeos, está en franca rebeldía. En Grecia, Amanecer Dorado y Siriza también se rebelan contra la UE, como ha hecho el Reino Unido y ha amenazado con hacer Finlandia y quizá Dinamarca, Suecia y Holanda (pese a que este último es beneficiario neto de su pertenencia a la UE). En Alemania Merkel se enfrenta al NPD y a Alternativa por Alemania y en Italia Salvini, por un lado y la Forza Nuova, de Fiore, por otro, también son abiertamente euroescépticos. En Austria el FPO está en el gobierno y es también euroescéptico.

Como se puede observar el euroescepticismo es transversal, ideológicamente, y soberanista, cuando no abiertamente nacionalista. Está claro que Europa será distinta o no será y la construirán de nuevo los euroescépticos. Pero ¿será con españoles o sin ellos? Aquí está la clave. Y es que la nueva y euroescéptica Europa solo tendrá protagonistas españoles si estamos nosotros allí. Que va a construirse una nueva Europa es un hecho irrefutable. Que se hará previa destrucción del caduco modelo actual, también. Que solo una formación española se declara abiertamente euroescéptica es también una evidencia y que esa candidatura es ADÑ es innegable. Solo ADÑ.

¿Vamos a dejar que la nueva Europa se construya sin que nadie vele por los soberanos intereses de España? El resto de las formaciones españolas estarán en Europa, sí, pero para tratar de pegar con pegamento los trozos de loza rota de la vieja Europa. No sirven para este nuevo cometido.

Insisto. ¿dejamos que la nueva Europa la hagan Mateo Salvini, Viktor Orban, Sebastian Kurtz y Jaroslaw Kaczynski, con la ayuda de Alexis Tsípras? ¿La dejamos en manos de neoconservadores o marxistas de cualquier lugar de Europa, por muy euroescépticos que sean, o nos empeñamos en aterrizar y dar la batalla en Bruselas y llevar hasta allí nuestro concepto de patriotismo social cristiano, de valores, de soberanía, de auténtico contenido social? ¿Permitimos que Puigdemont y sus aliados campen por sus respetos o les cantamos las 40 en la cara y nos los tratamos de traer a rastras hasta la frontera para que sea detenido por sedicioso, por prófugo y, sobre todo, por cobarde?

Hay un montón de razones para ir hasta Europa. Elige la tuya, porque hemos puesto nuestros mejores recursos en ello y no los desechos de tienta de los partidos del Sistema. Elige pero que no te quede la menor duda. Las razones son muchas, la solución solo una: ADÑ