Enrique de Diego.
Mira, Santiago, si me permites la metáfora, Vox cada día se parece más a una casa de putas y no va por Marbella, donde la candidata de Vox, Rosa María Calvete fue madame de un supermercado del sexo, el club de alterne Milady Palace, de lujo, nada de un chiringuito de carretera, que siempre ha habido clases. Entre 1995 y 2005 fue “encargada de personal” de la empresa Suncres Costa SL y entre noviembre de 2003 y enero de 2004, administradora única; algunas interpretan que testaferro, en cualquier caso la ama del prostíbulo. El curriculum distribuido por Vox señala que Calvete fue una de las asistentes, “persona de confianza”, del multimillonario Adam Kasshoggi. No sabía, la verdad, que eso pudiera ser un activo para Vox ni para nadie. Hemos de suponer que Calvete no se dedicaba a conseguirle chicas al traficante de armas que llegó a amasar una de las fortunas más elevadas del Planeta pero luego cayó en desgracia.
No hay que escandalizarse tanto. Es posible que Calvete esté arrepentida de su pasado de gestora de lupanares. Vox, en su programa electoral, de 2016 estaba contra la prostitución, pero ahora Calvete se dedica a la compraventa de obras de arte. Si pudo gestionar un superprostíbulo, a lo mejor está capacitada para gestionar Marbella. En cualquier caso, decía León Tolstoi, el autor de Guerra y paz y Ana Karenina, puntualizo porque según Fernando Sánchez Dragó no abres un libro, que “¿debemos permitir las relaciones sexuales promiscuas, como muchos ‘liberales’ proclaman? ¡Imposible! Sería el fin de la vida familiar. Para subsanar el problema, la ley del desarrollo ha creado un ‘puente dorado’ en la forma de la prostituta. ¡Imaginen a Londres sin sus 70.000 prostitutas! ¿Qué ocurriría con la decencia y la moralidad? ¿Cómo podría sobrevivir la vida familiar? ¿Cuántas mujeres y niñas permanecerían castas? No, creo que la prostituta es necesaria para el mantenimiento de la familia”. La estrambótica reflexión de Tolstoi podría cohonestar el turbio pasado de Calvete con el programa de Vox y su defensa de la familia. Calvete no sería más que una discípula aventajada de Tolstoi y una defensora sui generis de la familia.
Pero, ¿quién es en realidad Rosa María Calvete? En la militancia de Vox de Marbella nadie tenía ni idea hasta que José Enrique de Lara, presidente de Vox Málaga, lo anunció en una reunión en la que fue abucheado. Calvete no había sido vista en ninguna mesa informativa, en ninguna reunión, en nada de nada. Y no es que el tal Lara quedara contento con los servicios de las chicas de Milady Palace, pues se afirma que es muy católico, es que por toda España en Vox se ha desatado una oleada de amiguismo, nepotismo y caciquismo irrestrictos e infames que están convirtiendo a Vox en una vergüenza nacional y que es, al fin y al cabo, la proyección de tu personalidad.
En la reunión del 2 de mayo, el tal Lara a propósito de Calvete, fue abucheado y el 80% de los asistentes abandonaron la reunión, asqueados de que “desplazaban a personas conocidas y que habían trabajado mucho por el partido”. Se citaron los casos de Marbella, Benalmádena, Vélez, Mijas, Manilva y Torrox. Pero es que lo mismo sucede en Burriana, Valencia, desde donde me informan que “la gente que hemos estado trabajando por el partido, la mayoría marginada. Y los que copan los primeros puestos incluyen a sus mujeres, nepotismo puro y duro”. Y lo mismo me dicen de Mérida. Y de León me comunican que se puede haber llegado a la compraventa de puestos. Es a este berenjenal a lo que me refiero con la metáfora de la casa de putas. Y empiezan las bajas. Sigue así, Santiago, y te vas a quedar con los cargos de sueldo público pero sin pagacuotas, sin militancia.
En Cuenca se han dado de baja Alejandro Martínez Ramos y otros tres fundadores acusando al nuevo presidente de Vox Cuenca de “nepotismo”. Es que eso del nepotismo es la seña de identidad de Vox, y tú marcaste la pauta. Dice en un comunicado Martínez Ramos que «el proyecto de trabajar por Cuenca desde Vox no existe actualmente. Ahora, algunos de los nuevos dirigentes de Vox Cuenca tienen un nuevo objetivo: medrar personalmente, a costa de la ilusión, el desinterés bien entendido, la bonhomía y el trabajo de otros militantes y simpatizantes honrados». Eso no sucede sólo en Cuenca, sino en toda España. No se puede decir sólo de Cuenca sino de casi todas las candidaturas. Así que, machote, guardabosques frustrado de Amurrio, mantenido de Esperanza Aguirre, tú y ese pésimo abogado que es Javier Ortega-Smith os deberías mirar en un espejo y comprobar si no se os cae la cara de vergüenza de utilizar la Patria de esta manera artera y de arrastrar la bandera nacional por este lodazal putrefacto.
Porque el haber dado la cara por tu partido, el habérselo currado en las mesas informativas, en días de frío, ha contado en contra; el ser idealista y patriota ha contado en contra frente a trepas repulsivos que son los que se están encaramando en todas las candidaturas para pillar un sueldo, dando codazos y acuchillando políticamente a los honrados y preparados.
Vox empieza a parecer una especie de casa de putas y al tiempo una escisión del PP más corrupto. En Vox, las putas, como metáfora, sin derecho alguno, encima pagan cuotas: 9 euros mensuales. Da asco.