Luis Bru.
Si en algo ha fallado Vox ha sido en su política de comunicación, que ha sido más bien de incomunicación. Es la única autocrítica realizada por Santiago Abascal: “las redes sociales no son suficientes”. Una completa enmienda a la doctrina del vicesecretario de comunicación, Manuel Mariscal, quien todavía no ha tenido la decencia de dimitir.
Las consecuencias negativas de sus torpezas se van a sentir durante mucho tiempo para Vox. En una nota de la Asociación de la Prensa de Madrid se indica que “hemos asistido con preocupación a los límites al libre ejercicio del periodismo que ha impuesto el partido político Vox, recurriendo a vetos y exclusiones de periodistas y medios a los que tachan de enemigos porque no se doblegan a su interés partidista. Recordamos, una vez más, a sus dirigentes que los partidos políticos, como instituciones públicas, deben someterse al escrutinio de la opinión de los ciudadanos, y para ello es necesario ser transparentes y no poner trabas al trabajo de los informadores”.
Manuel Mariscal se ha dedicado a establecer un veto generalizado a los medios. Contra Rambla Libre ha mostrado una especial inquina, pero también ha sido contra La Sexta, El Plural, El Español, El Diario…No ha hecho más que cosechar enemigos contra Vox, que ha dejado de ser un partido con interés informativo. En la noche electoral prohibió la entrada a los medios que consideró oportuno. Es dudoso que esto lo pueda hacer. Toda vez que cobra subvenciones, no puede negarle la entrada a nadie.
Algunos dicen que Manuel Mariscal ha tratado de imitar a Donald Trump, pero el presidente norteamericano se enfrenta a los medios, no los veta. Su twitter es un medio de comunicación en sí, mientras que Manuel Mariscal cuenta con una colección de bots bastante histéricos, sectarios y muy poco racionales. Cualquier parecido entre Manuel Mariscal y Santiago Abascal con Donald Trump es pura coincidencia.
Manuel Mariscal, diputado por Toledo, es un personaje próximo al clan Ariza y parece moverse por muy intensos sentimientos de resentimiento y odio. Ahora Vox va a necesitar a los medios y no los va a tener. Manuel Mariscal no ha agredido a las empresas, sino a los periodistas que hacen su trabajo, y a la libertad de expresión. El fracaso de Manuel Mariscal ha sido colosal.