Luis Bru.
Pedro J Ramírez ha resurgido con su presencia en TVE en la mesa de comentaristas del debate y de la noche electoral, dos momentos, sin duda, estelares y de gran proyección. Se ha mostrado como un analista sólido, de altura, bien documentado, con argumentos racionales y capacidad pedagógica.
La apuesta de Ramírez por Ciudadanos y Albert Rivera es conocida y sin fisuras y el panorama actual se ha movido en la línea por la que ha venido apostando el riojano: un Gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos. Ramírez se posicionó con claridad a favor del cordón sanitario a Vox, partido hacia el que ha mantenido una de las líneas más críticas.
Ramírez brilló sobre los demás compañeros de mesa. Explicó con datos que el gran activo de Pedro Sánchez había sido convocar las elecciones siendo presidente del Gobierno, aunque la mini legislatura hubiera parecido agónica. No parece que los contertulios de izquierdas le vean con agrado. Todos, a pesar de sus claros esfuerzos, le sitúan en la derecha estricta y a sus argumentos como “falacias de la derecha”. El gallego Anton Losada se mostró especialmente molesto con su compañía: “No, no hubo golpe de Estado. No utilices esa retórica que acaba de salir perdedora de las urnas”, le espetó, y también que “Ciudadanos debería pensar si se puede gobernar España siendo irrelevante en Cataluña y Euskadi”.
Losantos, que ha llevado vida profesional paralela con Ramírez, está cada vez más hundido. Está pasando los peores momentos de su vida profesional y empresarial. Su odio al PP, del que ha recibido tantas mercedes, ha ido creciendo hasta ser incapaz de controlar su agresividad en la entrevista a Pablo Casado. Da la impresión de que ha llegado a creerse las proyecciones entusiastas de Fernando Sánchez Dragó respecto a Vox.
La suya es la voz de la desesperación. La sensata postura de la CEOE a favor de un gobierno de centro izquierda con PSOE y Ciudadanos, le hace arremeter contra el empresariado: «Tienen pasta pero no tienen vergüenza. ¿Cuándo les ha importado a ustedes España? Nunca. Ustedes son los que financian el Izvestia. Dejen de financiar a El País y laSexta. ¿Ya se han olvidado del matón del debate que plagió la tesis doctoral? ¿De cómo envió al Marqués de Galapagar a negociar los presupuestos con un golpìsta en la cárcel? Dejen en paz en Rivera.»
Llamar a El País, Izvestia, entraña el ligero problema de que hoy en día seguramente casi nadie sabe qué es el Izvestia, periódico que se sigue publicando. Losantos se ha quedado fuera del tiempo y fuera de juego. La noche electoral en Es.Radio fue un peor que un funeral.