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El catering de Vox Alicante en el Hotel Meliá fue muy caro, salvo para Ana Vega, que ya tiene un sueldo

Redacción




Josep Sansano.

París era un fiesta, para Ernest Hemingway, pero el Hotel Meliá no lo fue. La noche electoral de Vox Alicante fue fría y desangelada, con un catering inabordable, a 3 euros la cerveza, el refresco o el vaso de vino, y 8 la copa de cualquier bebida espirituosa, que eran gratis para los candidatos y sus asesores, para la familia Vega, que siempre ha habido clases. Los militantes, ya se sabe, están para aplaudir y, sobre todo, para pagar.

Mucho salón para tan poco público. /Foto: ramblalibre.com.

La convocatoria emplazaba a los afiliados a reunirse en el Hotel a las 8 de la tarde para seguir el escrutinio. En la sala del evento -la misma en la que 2 semanas antes se reunieron 300 afiliados para abrir la campaña- apenas hubo 15 afiliados en los momento de mayor asistencia, lo que se produjo entre las 9,30 y 10 de la noche. Pasada esa hora, comenzó el desfile para retirarse a casa.

En la sala había una pantalla gigante con la retransmisión de la jornada sintonizada en la 1 de TVE, un escenario con la bandera de España y un micrófono preparado para las intervenciones de los candidatos. Luego estaba el prohibitivo catering para pudientes.

Falta de respeto total de los candidatos que no llegaron hasta pasadas las 11 de la noche, rodeados solo de sus asesores. Si citas a la gente a las 8 de la noche, se supone que tú tienes que ser el primero, pero estos candidatos de Vox ya son muy importantes. Ana Vega preside el grupo, flanqueada por su padre y por Ana María Cerdá, con la comitiva cerrada por los candidatos para las futuras locales, un desubicado Mario Ortola y David García Gomis. Esas dos nulidades que lo mejor que harían serían no presentarse a las elecciones. Se dan un efusivo saludo ante la presencia de medios, y a excepción del general, Manuel Mestre que, como un caballero, se toma la molestia de saludar a todos los presentes, Ana Vega y compañía se adelantan y comentan en corrillo los resultados. Las caras no muestran alegría.

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Pasadas las 11.30 de la noche, y ante el abatimiento generalizado, deciden no dar ningún discurso, y sin despedirse de los pocos afiliados presentes, los candidatos se retiran a un reservado donde Eduardo Martinez Fuster (fontanero de José Joaquín Ripoll y organizador de todo el evento) les ha preparado una opípara cena, gratis total, que pagan los militantes pagacuotas. Curiosamente ni Ortola ni figuras que sí han conseguido escaño como Ana Cerdá acceden a esa cena privada. El resto de afiliados se retiran a cenar algo donde puedan.