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Vox ficha a la ‘arribista’ perfecta

Redacción




Josep Sansano.

Cuando el 10 de abril, los comensales, militantes y simpatizantes de Vox, se repusieron de la sorpresa de ser recibidos en la puerta del restaurante Casa Riquelme (C/ Vázquez de Mella, 17), especializado en arroces y paellas, como anfitriona por Margarita de la Vega, esposa de José Joaquín Ripoll, imputado en el caso Brugal, quien les pedía los 35 euros que costaba el cubierto, empezaron a preguntarse quién era aquella otra mujer, cuya vestimenta era dos tallas menos y que dejaba poco espacio para la imaginación, que se sentaba en la mesa presidencial, al lado del general Manuel Mestre y de la coordinadora provincial, Ana Vega.

Marta García, miembro del Cuerpo Nacional de Policía, como recién salida de la teleserie “Servir y proteger”, portavoz de la Policía en Alicante, no era a finales de marzo militante de Vox, no había pagado ni una sola vez los 9 euros mensuales preceptivos, nunca había sido vista en ninguna de las mesas informativas, ni en ninguna de las reuniones del partido. Sin embargo, en los últimos días había sido vista zascandileando en lugares preeminentes. Había estado en la presentación de candidatos en la Cantera y también en el Hotel Meliá.

Mario Ortolá, el factotum de Vox Alicante.

A los pocos días, la rutilante zascandil caída como una paracaidista aparecía como la número 3 en la lista de Vox al Ayuntamiento de Alicante. En el mitin de Vox en el polideportivo ‘Pitiu Rochel’ había sido vista como inseparable de Mario Ortolá, bien pegada a él, aunque en ese momento nadie sabía las relaciones que tenía con el partido de Santiago Abascal, ese que en los prolegómenos del autogolpe interno de la Asamblea General el 23 de febrero establecía una dialéctica perversa entre los ‘patriotas’ y los ‘arribistas’, dispuesto a cerrar la puerta a estos últimos. Ya se ve que, al margen de que los arribistas estuvieran ya dentro y hayan perpetrado purgas contra los ‘patriotas’ de primera hora, también Vox las dejó entreabiertas para esos ‘arribistas’ de la ensoñación del amado líder: Marta García tiene méritos históricos suficientes para aspirar al título de la arribista perfecta.

Toni Cantó. /Foto: abc.es.

En torno al año 2008, Marta García empezó la búsqueda de poder y notoriedad. Lo hizo a través de UPyD. Primero se pegó a una de las mujeres emergentes del partido en Alicante pero pronto trasvasó su fidelidad al actual candidato de Ciudadanos a la Generalitat, Toni Cantó. Las funciones más evidentes y públicas que desarrolló en aquellos entonces Marta al servicio del actor-político fue las de chófer para todo. “Le traía y le llevaba. No le dejaba ni a sol ni a sombra. Había quedado a comer con Toni y apareció con ella al volante”, rememora un exmilitante de UPyD, quien resalta que “ha debido tener una fuerte evolución ideológica, porque UPyD no dejaba de ser un partido de izquierdas, aunque coincidiera con Vox en la unidad de España”. Era, describe, “una mujer resultona y tanta cercanía a Toni Cantó dio que hablar”.

Marta García, ataviada con la camiseta de Ciudadanos. En el centro, Marta Martín.

No es la única vez que Marta García ha dado que hablar. Después se aproximó a Ciudadanos, con cuya camiseta posó ataviada junto a Marta Martín Llaguno. Posteriormente Marta García se justificaría aduciendo amistad con la diputada de Ciudadanos y catedrática de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Alicante. Pero calzarse la camiseta sugiere militancia y adhesión.

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José Manuel García-Margallo y Marta García, sólo amigos.

El 14 de octubre de 2016, Marta García fue protagonista, a su pesar, de una publicación en El Español, de las más delirantes que se recuerdan, cuya finalidad era desmentir que la Policía fuera amante del entonces ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, un reconocido mujeriego casado en segundas nupcias. “No soy amante, solamente amiga”, un tipo de declaración que siembra más dudas de las que aclara. “He coincidido con él en muchos actos y obviamente tengo una amistad. Pero de ahí a que seamos amantes hay un trecho muy grande. Nos hemos visto, hemos ido a comer, a cenar, pero con más gente. Nos hemos conocido en un acto antes de que empezase la campaña. Es un hombre encantador, cualquier persona que le conozca puede corroborarlo. Y, además, yo conozco a muchísima gente en Alicante y tenemos muchos amigos en común, y por eso me han podido ver con él, pero ya está. Sí soy amiga suya, pero no tengo nada sentimental con él”.

Marta García escanciaba algunas dosis de mentiras, a tenor de su actualidad como candidata de Vox: «Yo soy policía nacional, no tengo ni quiero ningún futuro político. Nunca he tenido un cargo orgánico, precisamente porque soy policía. Y yo me dedico a mi trabajo”. Retornaba a la cuestión Marta Martín: “Sí es cierto que Marta es amiga personal y la he acompañado toda la campaña. Soy amiga personal de Marta y en quien ha confiado y la he acompañado en los actos, pero nunca he tenido ni tengo ningún cargo en Ciudadanos». En realidad, todo indica que la arribista perfecta que parece Marta siempre ha querido tener un futuro político, con quien fuera, con quien se pusiera a tiro. De García-Margallo se deshizo en elogios, casi como una portavoz informal: «Yo deduzco, que si viene a Alicante es porque es cabeza de lista y diputado por Alicante. Porque en la anterior legislatura no era cabeza de lista y a lo mejor no venía por eso. Pero es mucho más morboso pensar que ahora viene porque tiene una amante.Tiendo a relativizar lo que no puedo controlar. Pero me parece muy rastrero y que se actúa con una mala fe manifiesta. Sobre todo para una persona que lleva muchos años en política y que jamás se le ha podido achacar nada. Me parece que dado el historial profesional de esta persona intentar tocar un tema personal para el descrédito me parece de una bajeza brutal«.

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Ana Vega Camos y Mario Ortolá, con su benefactor Javier Ortega-Smith.

Marta García es, a lo que se ve, una mujer bien dotada para la amistad. Amiga de Toni Cantó, de Marta Martín, de José Manuel García Margallo y ahora íntima de Mario Ortolá, quien supuestamente contraerá matrimonio con Ana Vega en la fiesta nacional del 12 de octubre, ésta, Marta, divorciada de un Policía Nacional, pero bien dispuesta a defender los valores cristianos que dice representar Vox, parece estar al inicio de un sueño que ha perseguido con tanto ahínco de manera infructuosa, hasta que se cruzaron en su camino Vox y Mario Ortolá, tocado ahora por la erótica del poder. Al fin y al cabo, todavía queda mucho para el 12 de octubre.