AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Un Pedro Sánchez indigno llegó a patrimonializar las agresiones sexuales

Redacción




Miguel Sempere.

El momento más bronco del debate de Atresmedia se produjo en torno a ese mantra de la violencia de género, cuando un arrogante y manipulador Pedro Sánchez asumió la representatividad de todos las mujeres y patrimonializó las agresiones sexuales, muchas de las cuales, por cierto, son consecuencia de la política laxa en inmigración que practica la izquierda.

Todas “las manadas” que han perpetrado violaciones en grupo están compuestos por extranjeros, la mayoría en situación ilegal, mientras la única manada nacional, la de Pamplona, simplemente practicó sexo en grupo consentido y, hasta lo que se nos alcanza, promovido por la joven. Casi todos los crímenes de violencia machista son perpetrados por población extranjera. Sánchez y el PSOE, a golpe de subvenciones, han generado una quimera, que administran a su antojo, en la que dan a entender casi que los demás protegen y alientan a los violadores.

La desfachatez fue de tal calibre, que Pablo Casado tuvo que saltar: «Porque soy hijo, marido y padre de una hija no diga que el PP no defiende a las víctimas de la violencia de género«, Y también lo hizo Albert Rivera: «No voy a permitir a un sucedáneo de presidente como Sánchez me tire a la cara la violencia de género. Me indigna. No tiene superioridad moral porque es incompetente en su gestión».

Fue uno de los momentos, junto al que centró el debate en la inmigración, que resultó vaporoso, en el que se echó de manera más clara a Vox para denunciar el negocio de la ideología de género y la existencia de más de un millón seiscientas mil denuncias falsas.

NO TE LO PIERDAS:   La proposición de ley de amnistía desacredita e inhabilita a tres ministros, magistrados en servicios especiales

A pesar de la indignación mostrada, Partido Popular y Ciudadanos se mantienen en el falso y degradante consenso de la ideología de género.