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El «jefe de campaña» de Vox en Alicante se presenta como un fontanero de José Joaquín Ripoll y dice que Vox es «una dictadura»

Redacción




Josep Sansano.

Cuando se baja en el partido Vox parece un partido salido de una escombrera o de un tebeo. Se está difundiendo un vídeo, al que ha tenido acceso a Rambla Libre, en el que Mario Ortalá, candidato a la alcaldía de Alicante, amante de la candidata a las Cortes Valencianas, Ana María Vega, presenta a Eduardo Martínez Fuster como «coordinador» de Vox y «jefe de campaña», «el hombre más importante de Vox» en la provincia.

Luego se reproducen unas declaraciones suyas en lo que parece una conversación en las que afirma «yo soy socio de Ripoll en algunos negocios». Afirma que «mi relación política con él viene de hace muchísimos años» y en relación con el exvicepresidente de la Generalitat y expresidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, imputado en el caso Brugal por las contratas de basuras y la planta de tratamiento de residuos de la Vega Baja, Eduardo Martínez se define como «uno de sus fontaneros en la sombra», porque «no me he separado de él ni un milímetro».

Eduardo Martínez, en un lenguaje chabacano y cutre, indica que en Vox le han buscado porque «conozco la politología» y define su misión «como los ojos y los oídos» del Comité Ejecutivo Provincial de Vox. «Voy a 4 municipios y tú fuera, tú fuera, tú fuera», porque lo que dice el CEP va «a la puta Misa«, término que no parece muy coherente con un partido que se pretende cristiano. Martínez asevera que Vox no es un partido democrático, ni lo va a ser, porque es «una dictadura». Ese es el nivel del partido de Santiago Abascal.