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¿Hubo metralla en las bombas del 11-M?

Redacción




José Donís.
Es uno de los bulos más extendidos, que no había metralla en las bombas de los trenes, a diferencia de la hallada en la comisaría de Vallecas. Esa es la razón de ser del bulo, presentar una duda razonable sobre la única bomba desactivada e inferir que a partir de tal hipótesis se demuestra la falsedad de todas las pruebas.
Para demostrar tal afirmación los teóricos de la conspiración cuentan con un solo apoyo: las declaraciones de la Directora del Instituto Anatómico Forense de Madrid, Carmen Baladía. Efectivamente, esto es lo declarado por Baladía: «¿En los cuerpos de las víctimas del 11-M había metralla, clavos, tornillos?» «Nada, nada en absoluto. De los 191 cuerpos solamente creo que en uno se encontró un fragmento metálico, que debía ser, lógicamente, de los trenes. Pero ni clavos, ni tuercas, ni tornillos. No había metralla entre nuestros 191 muertos».
Sorprendente, ¿verdad? Hay empero un pequeño problema con esta afirmación: nunca se hizo en sede judicial durante el proceso del 11M. Corresponde a una entrevista realizada por Luis del Pino el 23 de enero de 2008. El juicio había terminado y se dictó sentencia el 31 de octubre de 2007.
Imagen de la masacre islamista de Atocha. /Foto: RTVE.es.
Posteriormente, Pedrojota Ramírez, Federico Jiménez Losantos y Luis del Pino impulsaron una querella contra el comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, y contra la perito jefa del laboratorio Tedax, mediante la Asociación Ayuda a las Víctimas del 11-M. Fue admitida a trámite en julio de 2009 en el El Juzgado de Instrucción nº 43 de Madrid con la malograda juez Coro Cillán de presidente, y archivada en 2016, sin cargos y sin haber probado nada. Desconozco el porqué Carmen Baladía declaró estas cosas dos años después del juicio, y no lo hizo cuando tocaba, solo podemos especular y entonces caeríamos en la misma trampa que los conspiracionistas, juzgar intenciones, deseos, hipótesis, patrañas.
¿Pero había o no había metralla en el resto de bombas, aparte la de Vallecas?
Recordarán ustedes que la bolsa de deportes de Vallecas no fue la única bomba que no explotó en los trenes. Se encontraron dos. La otra, esta sí una mochila, se halló en el tercer vagón del tren de la Estación de El Pozo. Se procedió a intentar desactivar el explosivo, sin éxito, la bomba estalló. El Tedax nº 65255 estuvo en ambos escenarios, el del Parque Azorín donde abrieron la bolsa de Vallecas, y en El Pozo donde intentaron desactivar la mochila. Declaró lo siguiente ante el Juzgado de Instrucción (Auto de Procesamiento, pgs 54 y ss):
«Procede a realizar un dibujo explicativo de la mochila, que se acuerda unir a las actuaciones. También procedió a la recogida de los vestigios correspondientes, que fueron trasladados al Servicio Central de Desactivación de Explosivos para su análisis. En la actuación del Parque Azorin apreció que el continente era una bolsa de deportes, mientras que en El Pozo era la mochila de la que ha efectuado el dibujo; respecto al resto del artefacto explosivo, era coincidente con el que vio en El Pozo. incluida la bolsa de color azul y el cordón amarillo».
Fiscal: «¿Por qué, en el dibujo, dibujó usted tornillos y clavos?»
Tedax: «¿Metralla?»
Fiscal: «Sí, metralla».
Tedax: «Porque es la que apareció en el vagón número 3 incrustada».
Fiscal: «Apareció en uno de los escenarios de las explosiones».
Tedax: «Sí, enfrente del foco, el cráter… al intentar su neutralización se fue y dejó un cráter de medio metro por veinte centímetros y, lo que es enfrente del vagón número tres, apareció llena de clavos».
Uno de los vagones con el impacto de la bomba. /Foto: YouTube.com.
Para una mente conspiracionista ninguna prueba es válida, y menos aún si se trata de un testimonio que les contradiga. Podrían pensar que el tedax nº 65255 se equivocaba, o mentía, o se volvió loco… pero es que tanto la Policía como la Guardia Civil hicieron un informe pericial conjunto sobre esa mochila que explotó, con fecha 24 de junio de 2005 (Auto de Procesamiento desde la página 74), y en la página 85 los técnicos de ambos cuerpos confirman:
«La onda explosiva produjo, además, daños poco significativos en el vagón que se encontraba enfrente (vagón n° 3), consistentes en perforaciones en la chapa por las proyecciones de la metralla que incorporaba el artefacto, y rotura de varios cristales».
Es decir, en las dos bombas recuperadas había metralla. Pero, ¿era la misma metralla en todas las bombas? Conocemos los de la mochila de El Pozo, y también los de la bolsa de Vallecas según consta en ese mismo informe conjunto (Auto de Procesamiento, página 88): «640 gr de tornillos y clavos que, a modo de metralla, se encontraban embutidos en la masa explosiva».
¿Y en los focos de explosión en el tren? Tenemos la respuesta en el  informe de Tedax añadido al Auto de Procesamiento (pg 100): «En cuatro de los artefactos se recuperaron clavos y tornillos incorporados a la masa explosiva a modo de metralla»: en la bolsa de Vallecas que no explotó, en la mochila de El Pozo que se hizo detonar, en el vagón nº 1 de la calle Téllez: «Entre los restos de la explosión, se recuperaron clavos y tomillos, utilizados como metralla en el artefacto explosivo», y en el vagón nº 5 de la calle Téllez: «Entre los restos de la explosión, se recuperaron clavos y tomillos, utilizados como metralla en el artefacto explosivo». ¿Y el resto de focos? El mismo tipo de metralla que se halló en la mochila de Vallecas, se halló “en cada uno de los focos“. Así consta en el Auto de procesamiento, página 120: Informe pericial sobre material susceptible de ser empleado como metralla en los atentados del 11 de marzo de 2004 de la Unidad Central de desactivación de explosivos y NRBQ, 7 de diciembre de 2005 se encontraron hasta 14 elementos distintos entre “clavos y tornillos de diferentes tipos y tamaños, que formaban parte de los artefactos con la función de metralla”, y que fueron “recuperados en las proximidades de los puntos donde se produjeron las explosiones”. Dos páginas después explica que se hallaron “en cada uno de los focos” y que son idénticos a los encontrados en la bolsa de Vallecas o número 13.
¿Era necesario buscar más clavos y tornillos en los focos? Primero no tenía sentido, no servía de nada, y segundo nadie podía pensar entonces que se montaría una teoría de la conspiración poniendo en duda los testimonios de decenas de agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Durante el juicio conocimos también el origen de esa metralla. Según la declaración del El Gitanillo, cuando estaban en Mina Conchita recogiendo los explosivos, Trashorras recordó a El Chino que no olvidase «coger las puntas y los tornillos, que estaban unos 15 metros más adelante». Así que, sabemos el origen y sabemos que hubo más o menos metralla en todas las explosiones, por lo que deberían verse sus efectos entre las víctimas. Cabe resaltar que la metralla se busca en heridos, con los fallecidos la orden era principalmente identificar los cuerpos. Así que, para hacernos una idea de los efectos de la metralla podemos leer el informe “Experiencia asistencial en el 11-M del Hospital Gregorio Marañón” realizado por los doctores J. Navia, E. García de Lucas, J. E. Guerrero, L. Fernández-Quero, del Departamento de Anestesia, Reanimación y Cuidados Intensivos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid:
«Las lesiones que presentaban los heridos, con sus porcentajes sobre el total de pacientes atendidos hasta las 14,00 horas, están representadas en las tablas II y III, todas ellas fáciles de entender por el efecto mecánico y térmico de la onda expansiva de la explosión que provocaron lesiones primarias. Las debidas a la proyección de esquirlas y metralla (acribillamiento) y las más importantes secundarias a la onda expansiva, tanto a nivel general como a nivel pulmonar con producción de hemorragias intraalveolares, hipoxemia, enfisema, neumotórax y cortocircuitos alveolocapilares».
Y sigue el informe detallando las lesiones:
Lesiones más relevantes atendidas el 11-M (Gregorio Marañón):
Quemaduras de primer y segundo grado 45 (20%)
Fracturas (diversas localizaciones) 44 (20%)
Heridas difusas por metralla 89 (38%)
Traumatismos craneales 29 (12%)
Lesiones por onda expansiva 97 (42%)
Rotura de tímpanos 99 (42%)
Daños de vísceras abdominales 12 (5%)
Lesiones encontradas en 243 pacientes evaluados entre los 312 atendidos en el HGUGM de Madrid el 11-M270
Peral J, Turégano F, Sanz M et al. Crit Care Med 2005; 33:S107-12.
Lesiones Pacientes evaluados Pacientes críticos
TOTAL (n = 243) (n = 27)
Metralla (partes blandas): 89 (36%) 23 (85%)
Metralla en Cabeza-cuello 53 (21%)
Metralla en Tronco 11 (4%)
Metralla en Extremidades 25 (10%)
Para finalizar, hay infinidad de testimonios de víctimas de aquel atentado describiendo sus lesiones por metralla, pero baste con el de José Luis Sánchez, miembro de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que acudió a Ifema en busca de su mujer pues no aparecía en las listas de heridos: “Me acerqué a ella y le quité un clavo incrustado que tenía en la cara. ¿A mí me van a decir los de la teoría de la conspiración que no había metralla en los trenes?”