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Pedro J Ramírez, acabado, hace el más soberano ridículo con la página más negra del periodismo español

Redacción




Luis Bru.

Ha pasado el 15 aniversario de la terrible masacre de Atocha y Pedro J Ramírez, un periodista acabado, y por lo visto en la cruel parodia de sí mismo en «Todo es mentira» de Risto Mejide, un hombre declinante, sigue sin aportar lo más mínimo que justifique lo que, de manera altamente irresponsable, iniciando la página más negra del periodismo español, dijo el 27 de agosto de 2005 en unas jornadas veraniegas de El Mundo en Palma: «Cada vez más indicios apuntan a que el 11-M se gestó en el seno de los aparatos policiales y los servicios del Estado democrático».

Pedro J Ramìrez. /Foto: los genoveses.net.

Este pobre hombre, cuyo digital es una ruina del que huyen en manadas los suscriptores, se ha refugiado ahora con Federico Calamidad Jiménez Losantos y Luis del Timo, en los exabruptos espirituosos de un comisario-madame, que es posible que prendiera fuego a un rascacielos, en los que unas cuantas pocas de más una serie de vergüenzas policiales hablan de marroquíes y franceses. Hay que agarrarse a un clavo ardiendo y ese clavo de alto voltaje y mucha mierda es Villarejo. Penoso. En cualquier caso nada que ver con las monsergas y las mentiras evacuadas durante 15 años, cuyo sentido es bien preciso: un golpe de Estado mediante una masacre perpetrada por policías españoles. Después de esta inmunda metedura de pata, una sociedad con vitalidad expulsa de la vida pública a gente como Pedro J.

El 4 de septiembre de 2006, Federico Jiménez Losantos -otro que tiene su chiringuito marchando decididamente hacia la quiebra- escribió en El Mundo: «¿Y qué parece hoy el 11-M? Pues exactamente lo que dice Trashorras: un golpe de Estado perpetrado desde los servicios de Inteligencia españoles y en el que se utilizó traficantes de drogas y explosivos de Asturias controlados por la Policía, y traficantes de drogas y coranes de Lavapiés controlados por la Guardia Civil como mano de obra poco cualificada o simple pantalla«. En su desquicie, Losantos terminaría acusando a toda la cúpula policial del Partido Popular.

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Y Luis del Timo: «El atentado habría sido ejecutado por los propios servicios de seguridad del Estado, que habrían planificado antes del mismo todo lo necesario para poder sacar con rapidez una serie de pruebas que convencieran a la opinión pública de que se trataba de un atentado islamista«.

Es decir, lo que Pedro J Ramírez lanzó y luego no ha sabido cómo parar es que una masacre llevada a cabo por españoles, por policías españoles y miembros del CNI, y lo demás es comentario. Y esa inmensa falsedad se lo llevará por delante, como está sucediendo a ojos vista. Al margen de los comentarios de café de Villarejo y su troupe de cloaquistas, lo único que ha sabido decir Ramírez es que:  “Yo estoy convencido de que Jamal Zougam es inocente“. Con tres testigos directos situándole colocando las mochilas en los trenes, con una condena de 42.922 años, y tras volver a ser detenido como el jefe de Daesh en las cárceles, con planes para asesinar a funcionarios de prisiones, el convencimiento de Pedro J Ramírez -quien en la escena de «Todo es mentira» parece no estar muy cuerdo- importa una higa y es una simple muestra de degeneración moral. Zougam es culpable. Era un integrista ya antes de la masacre y lo sigue siendo. Igual que Pedro J Ramírez es un mentiroso compulsivo, acompañado por Federico Calamidad Jiménez Losantos que es un mentiroso patológico.

Pedro J Ramírez mintió, lleva quince años mintiendo y, al parecer, lo seguirá haciendo mientras no cierre su digital, que al paso que va no durará mucho. Podría pedir perdón pero a estas alturas no piensa en desmentirse. Craso error. Eso todavía le podría salvarse.