Enrique de Diego.
Segovia ha dado algunas mujeres bravas como María Coronel, la esposa de Juan Bravo, y nieta de Abraham Seneor, pero palidece ante ti, Silvia Clemente, nueva condesa de Romanones con perfumes de Al Capone. ¡Vaya prenda que ha fichado Ciudadanos! El 6 de septiembre de 1967 viniste al mundo, Silvia Clemente, en esa zona maravillosa de la sierra segoviana, en Velilla, a 2 kilómetros del casco urbano de esa joya que es Pedraza. No nos perdamos por el hermoso paisaje, que toca ahora tratar al paisanaje.
Eres una prenda, Silvia, azote de los topillos y reina de los pucherazos. Todos sabíamos que las votaciones telemáticas esas que ha montado Fran Hervías tienen más agujeros que un queso de gruyere y son más falsas que un Judas de plástico, pero tenías que llegar tú, con esa cara acartonada que parece un homenaje al botox, para que lo de los votos oliera que apesta a chamusquina. La verdad es que Silvia tú vales para un roto y para un descosido, porque funcionaria del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, has sido consejera de Medio Ambiente, de Cultura y Turismo y, por fin, de Agricultura y Ganadería. Vamos que eres la Leonardo da Vinci segoviana, de la mano de Juan Vicente Herrera. Y para redondear, presidenta de las Cortes de Castilla y León, que no son las que vivieron y soñaron Juan Bravo y María Coronel, sino una mandanga con mucho más peligro para el contribuyente que los pobrecitos topillos.
Pero vamos al escándalo de los votos. Resulta que has ganado las primarias con 561 votos, frente a los 526 de Francisco Igea y otros 7 de una tercera candidata. Total: 1.094 votos. Pero resulta que han votado 1.013, es decir que hay 81 votos de más y los 81 -¡oh maravillosa sorpresa!- son todos a favor tuyo. ¡El conde de Romanones tenia más estilo y repartía duros entre los votantes! Esos 81 votos de vellón se colaron el sábado con «un patrón extraño«. Vamos que hubo un pucherazo escandaloso. Igea, que es un ingenuo que cree en la democracia interna y en las primarias y en el sistema telemático del mago Hervías, está dispuesto a denunciar y a ir a los Juzgados y va a ser un escándalo nacional que se va a llevar por delante a Albert Rivera, porque esto no hay por donde cogerlo. Ese sistema telemático de Hervías no tiene ningún sistema de control, pero aquí a alguien se le ha ido la mano.
Silvia Clemente Municio, por donde pasas, contigo va el escándalo y el estropicio. Verte apoyada por José Manuel Villegas y por Luis Fuentes, los de Libertas, añade al brebaje componentes putrefactos y estomagantes. Lo de Girauta, con tal de sobrevivir, es capaz de cualquier cosa. Total que hay que hacer un rastreo informático y hacer público quien ha sido el del pucherazo, porque este escándalo ya no hay quien lo pare.
Pero es que Silvia, expandes perfumes de Al Capone. Hete aquí que tu pareja, que no es de la Guardia Civil, Javier Meléndez se dedica al lucrativo negocio de las subvenciones, sobre todo cuando tu pareja está de consejera. ¡1,9 millones de euros del contribuyente le diste Silvia a Javier Meléndez con su empresa Patatas Meléndez, que más podría llamarse Churros Meléndez! Porque le diste subvenciones como churros: 1.906,970 euros, concretamente, que da para un pasar y unas cirugías estéticas. Total que la Consejería de Agricultura, osea tú, Silvia, le diste a Javier una subvención de 598.000 euros, y el Instituto Tecnológico Agrario, osea tú, Silvia, le diste otra subvención por similar cantidad y por el mismo proyecto. Eso ya no es Patatas Meléndez, ni Churros Meléndez, eso es Chorizos Meléndez, y con mucho peor gusto que los maravillosos de Cantimpalos, aunque sarna con subvención no pica. Asi que cuanto te fuiste de presidenta de las Cortes de Castilla y León -nunca Castilla había caído tan bajo ni tú llegado tan alto- se paraliza la subvención. Y Javier Meléndez se coge un rebote, porque a ver quien os tose a vosotros, par de dos, y se va a los tribunales para exigir la pasta y cuando el Juzgado inquiere por las subvenciones que tú, Silvia, le has dado a tu pareja, resulta que los expedientes han desaparecido de los archivos, han sido borrados del sistema informático, y eso ya apesta a Al Capone y lo rarito, Silvia, es que todavía estés dando la murga en la vida pública y no andes en los banquillos de los acusados, que, a este paso, todo puede presuntamente andarse.
Vamos, Silvia, que eres la regeneración prometida por Ciudadanos con patas, baronesa de Velilla, condesa de Romanones, princesa de Chorizos Meléndez.