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Fracaso total de la huelga feminista de izquierdas

Redacción




Editorial.

El año pasado, en tanto que huelga, fue un completo fracaso. Pero este año ya de partida el fracaso es estrepitoso. La pretensión del feminismo totalitario actual es imponer a la sociedad unos criterios estúpidos, desde una tiranía para buscar el enfrentamiento y respaldas las expectativas electorales de la izquierda, y presentar la estupidez del feminismo de izquierda como el consenso social y la verdad absoluta, mediante el griterío y la censura.

Esto ya no lo han logrado. Las estomagantes tesis feministas contenidas en un manifiesto infumable, propio de indigentes mentales, donde se habla del «orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista y depredador con el medio ambiente», como un cutre sucedaneo del marxismo, no forman parte de ningún consenso social. La postura clara y firme de Vox ha roto con esa ficción. Es un mérito que es de justicia reconocerle a la formación política de Santiago Abascal.

Saliendo de la infamante corrupción ideológica a la que le llevó Mariano Rajoy, el Partido Popular ha decidido no asistir a la manifestación del 8 M. Es un pleno acierto de Pablo Casado, que demuestra de esa forma que estamos ante un cambio real en el PP. Se había llegado al absurdo de que la derecha no tenía representación, pues el PP asumía las tesis de la izquierda, incluso en sus niveles de mayor estupidez. El nuevo líder del PP dio una lección de sensatez y de convicciones, indicando: «creo en un feminismo que lo entendemos como tal: la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, pero no intentar colectivizar por sexo». No existe el colectivo mujeres, como tampoco el colectivo hombres, porque la responsabilidad es personas, y esa mentalidad colectivista es totalitaria y sin base real.

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Casado ha explicado que el PP se desengancha -¡ya era hora!- de la tiranía del feminismo de izquierda «porque el manifiesto presentado es sencillamente inadmisible». A su juicio, el texto habla de «un país que no es reconocible». El PP, ha añadido, no puede aceptar que «se hable da capitalismo o de comunismo cuando tiene que ser la reivindicación de un día de las mujeres. No penalicemos la concordia, no dividamos la sociedad y no hagamos más demagogia ante la incapacidad de algunos«.

Con mucha mayor tibieza, Ciudadanos ha marcado algunas distancias: Albert Rivera asistirá a la manifestación pero no comparte el manifiesto. Lo coherente, en tal caso, sería no acto de presencia, pero pedir coherencia a Ciudadanos es un esfuerzo inútil, es literalmente como pedir peras al olmo.