Editorial.
Las crónicas dicen que el presidente de Vox, Santiago Abascal se dio un baño de masas con jóvenes en el actual Teatro Barceló, antes discoteca Pachá. Novecientos jóvenes que asistieron a la convocatoria de «Cañas por España»; con ese curioso nombres para describirse a las juventudes de Vox. El DJ Santiago Abascal «pinchó» una versión remasterizada del Himno Nacional.
Una reunión que más parecía una convocatoria de hooligan ultrasur que de patriotas conscientes y cabales. Vox ha presumido de que «es el único partido capaz de congregar a 900 jóvenes un viernes por la noche». El Plural titula «vídeos que estremecen«. La izquierda está tratando de movilizar a sus votantes mediante el miedo a Vox, dado que no les funcionó en Andalucía la conjura de silencio. A nosotros no nos estremece, nos da vergüenza ajena. El Himno Nacional debe ser escuchado con el debido respeto y no rozando la falta de respeto en un clima de chabacanería. No fue la modernización del patriotismo, sino una completa horterada.