Josep Sansano.
La conjura del alcalde de Alicante, Luis Barcala, y del presidente local de la capital, Toño Peral, contra el presidente provincial del PP, José Ciscar ha llegado a niveles límites en la elaboración de la lista al Ayuntamiento de Alicante, que fue ofrecida en rigurosa exclusiva por Rambla Libre. Es lógico que la lista lleve el sello de Luis Barcala, pero es que a José Ciscar no se le informó en ningún momento, según apuntan fuentes solventes del interior del PP, de forma que el presidente provincial se entero cuando la vio publicada en Rambla Libre, y posteriormente refrendada en la prensa local adicta. Tan ignorante estaba Ciscar de su elaboración que la tildó de «globo sonda».
«Barcala y Peral ven débil a Ciscar y le están ninguneando», apuntan fuentes peperas. De hecho, en los primeros puestos de la lista no hay personas cercanas al presidente provincial. Sólo Carlos Castillo mantiene sintonía con Ciscar. Éste no ha conseguido liderar al PP provincial ni cumplir sus promesas en firme de reactivación del partido y participación de los militantes. No es el único responsable, desde luego, pero su fracaso en ese terreno es más que evidente.
Al tiempo, se está encontrando con la ambición desatada de Luis Barcala, quien ha borrado etapas enteras de su biografía, como su afinidad con Eduardo Zaplana y el hecho aún más notorio de haber formado parte del equipo de Sonia Castedo como uno de sus hombres de confianza como concejal de Sanidad y Consumo y miembro de la Junta de Gobierno. Barcala ha perdido en estos meses el sentido de la realidad y ha terminado creyéndose que poco menos que obtuvo mayoría absoluta y que era el primero de la lista. La división soterrada en el PP alicantino es cada más intensa y cainita. José Ciscar pinta menos que la Tomasa en los títeres.