Javier de la Calle.
La joven de 18 años que fue salvajemente violada por una jauría de marroquíes fue secuestrada y arrastrada hacia la nave donde se perpetró la violación al menos por tres de los inmigrantes ilegales que llevan ocupando la nave, con la tolerancia del Ayuntamiento de Sabadell, a pesar de las denuncias de los vecinos de la inseguridad que generaban en la zona y de que la semana anterior se había producido un incendio provocado.
A medida que se conocen detalles, se trata de una historia espeluznante que no se puede ocultar y que debería hacer saltar todas las alarmas. Ese Sabadell oficial que se definía como «ciutat acollidora» se ha dado de bruces con la realidad.
La joven fue arrastrada por un magrebí (marroquí, en concreto) de 1.70 metros, que vestía con ropa oscura y unas zapatillas marrones, según la declaración de la víctima. Éste la había estado acosando con total descaro en el bar Sbadebidoo, donde la joven celebraba con unos amigos un cumpleaños. Ella, española y vecina de Sabadell, pidió a un amigo italiano que la acompañara a casa, cuando se sintió ya segura siguió sola. En ese momento el depredador marroquí, que nunca debió estar en España. protegido por las políticas laxas de la izquierda, se abalanzó hacia ella y la arrastró hacia la nave, donde en esa situación de violencia fue salvajemente violada por tres de los marroquíes, mientras otros tres miraban sin hacer nada. Los mossos han detenido a otro marroquí, con lo que los detenidos son siete, de edades comprendidas entre los 21 y los 53 años. Dos de ellos tienen antecedentes penales. Todos son inmigrantes ilegales, a los que no se expulsó y las consecuencias son gravísimas.
A pesar de la conjura de silencio de los medios, Sabadell se está despertando en medio de una pesadilla. Unos transeuntes localizaron a la joven tirada en el suelo, a la altura de la ronda de Ponent, medio desnuda, cubriéndose con un abrigo y llorando. Uno de los marroquíes merodeaba alrededor de ella y salió huyendo. La chica, brutalmente agredida por la jauría, a penas si podía hablar. Los marroquíes se creyeron con derecho a raptarla y usarla para su disfrute sexual. Fue violada en una estancia amplia, abandonada, muy sucia, con colchones tirados y graffitis en las paredes. Ella no les conocía de nada. El depredador eligió a su víctima española en el bar y la raptó.
La joven apareció después tirada en mitad de la ronda de Ponent, donde habría sido abandonada por uno de sus agresores. Con la descripción realizada por la víctima, la policía local acudió a una nave abandonada de la calle Germans Fargell, en el número 36, en el barrio de Can Feu, donde recordaban que vivía un grupo de sintecho magrebíes. De hecho, a finales de enero ya tuvieron que acudir junto a los bomberos tras el incendio provocado por una hoguera.
Los agentes encontraron en el interior a los seis hombres, cuya descripción coincidía con la facilitada por la víctima. También estaban las pintadas de un color rosa muy intenso en varias paredes. La nave fue clausurada y en uno de los accesos los policías encontraron un preservativo usado. Los agentes lo guardaron para su análisis en el laboratorio.
Los inmigrantes ilegales de la nave abandonada, que actualmente es propiedad de Solvia, del Banco Sabadell, eran habitualmente atendidos por los servicios sociales del Ayuntamiento. Estos les daban todo tipo de ayudas.
Hay muchas preguntas que exigen respuesta: ¿por que se ha permitido la estancia en la nave abandonada de esa jauría de magrebies? ¿qué ha hecho el Ayuntamiento, con la Policía Local, durante este tiempo para frenar la ola de inseguridad ciudadana que provocaban los inmigrantes ilegales? ¿por qué no se procedió a su expulsión? ¿por qué se ha ocultado hasta ahora la nacionalidad de los salvajes agresores? ¿cuántas jaurías más hay en España esperando a provocar agresiones?
Carta a Juli Fernández, alcalde de Sabadell: Eres un inútil y un completo irresponsable
http://ramblalibre.com/2019/02/04/que-inmensa-verguenza-de-medios-de-comunicacion/
El Ayuntamiento de Sabadell recoge las violaciones que ha sembrado