Editorial.
Ante la incapacidad absoluta del presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, y del Partido Popular, para negociar, los taxistas han cumplido su octavo día de huelga, con cortes en la Castellana, concentrándose ante la sede de Génova para llamar corruptos a los del PP, y llamar la atención sobre las «puertas giratorias» por las que han sido colocados gran número de políticos, como Xavier Cima, esposo de Inés Arrimadas, en Uber y Cabify.

Por la tarde, gran concentración en la emblemática Puerta del Sol, coreando «PP y VTC, la misma mierda es». El desgaste para el PP de Pablo Casado está siendo brutal. La Generalitat catalana ha resuelto el conflicto con mucha más facilidad. Ángel Garrido parece querer doblegar a los taxistas, a los que no ofrece nada y lo que ofrece empeora la situación. Ha declarado que los «van a poder todo o por nada, pueden quedarse en nada«. Una actitud impropia de un político que debería ser dialogante.
Los taxistas están dando un ejemplo a toda la población española de capacidad de lucha y de unidad. Taxistas de toda España, del País Vasco, de Valencia, de Sevilla, Burgos, Valladolid, etc., se han trasladado a Madrid para mostrar su apoyo y solidaridad a sus compañeros, en una lucha en la que se juega el futuro del taxi, de los taxistas y las familias, frente a la agresión de las megacorporaciones globalistas.
La pretensión de presentar a los taxistas como gente violenta está resultando un fracaso. No hay más que dos heridos, uno atropellado por una VTC, y otro víctima de la brutalidad policial, que se ha empleado a fondo para ofrecer imágenes para las televisiones manipuladoras.
Los taxistas llevan toda la razón en sus justas reivindicaciones. Rambla Libre quiere mostrar su pleno apoyo a esta lucha llena de dignidad. En España todavía queda gente con valor y dignidad, como están demostrando los taxistas.