Virginia Montes.
Una inmensa manifestación recorre las calles de Caracas plebiscitando al nuevo presidente encargado de Venezuela, el hasta ahora presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ingeniero industrial de 35 años. El espaldarazo de Donald Trump y de la Administración norteamericana al nuevo presidente puede ser decisivo, por cuanto entraña una promesa o cuanto menos una posibilidad de protección puesto que «todas las opciones están en la mesa si Nicolás Maduro emplea la represión o la cárcel contra Juan Guaidó o los miembros del nuevo Gobierno«. Y entre esas opciones está la intervención militar que pondría en una situación muy difícil a la cúpula militar venezolana que se ha dedicado a corromperse y a reprimir al pueblo venezolano.
Tras el paso dado por Trump, se han sumado el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y también os gobiernos de Colombia, Perú, Ecuador y Costa Rica. Canadá también anuncia su reconocimiento. El Gobierno español, a través de ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha adoptado una posición evasiva refiriéndose a la necesidad de una postura unitaria de la Unión Europea que hasta estos momentos no se ha pronunciado.

Nicolás Maduro, que ha llevado a Venezuela al desastre económico, al hambre y a los venezolanos a la emigración forzada, ha adoptado una posición bélica: «¡Aquí no se rinde nadie! Aquí vamos al combate, a la victoria!» y ha atacado al «imperialismo gringo«.
Venezuela puede estar a punto de encontrar una salida al atolladero del chavismo y a la depredación por parte de una élite corrupta.