AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Los taxistas tienen toda la razón y son nuestros ‘chalecos amarillos’

Redacción




Editorial.

Desde Rambla Libre queremos mostrar todo nuestro apoyo al sector del taxi, a los taxistas y a sus familias. Tienen toda la razón en sus justas reivindicaciones. Es lamentable la falta de respuesta adecuada tanto por parte de la Generalitat como de la Comunidad de Madrid.

Nuestra postura es clara: las VTC deberían estar prohibidas o tener claramente una posición subsidaria respecto al taxi. No pueden ser en ningún caso su competencia. Podrían entenderse relacionadas con empresas como las de seguros de automóvil, pero no en la captación de clientes que corresponden al taxi.

Los taxistas reivindican el cumplimiento de la Ley en la relación 1/30, que está siendo incumplida. También establecen reivindicaciones en relación con la precontratación, captación de clientes, recorridos mínimos o modelos de vehículos.

El sector del taxi está luchando de manera unida y gallarda contra las megacorporaciones. Están defendiendo sus puestos de trabajo y el futuro de sus familias. Es un empeño y una lucha que merecen reconocimiento y el nuestro lo tienen de manera completa, sin la más mínima reserva mental. Si se cede ahora, el final del taxi es seguro. Las megacorporaciones transitarán de inmediato por los coches autónomos y la destrucción de un tejido humano productivo.

Los taxistas prestan un servicio público en condiciones taxadas por el poder político mediante licencias, y el poder político no puede, en ningún caso, cambiar las reglas del juego y deteriorar y expropiar el patrimonio de los taxistas. No puede ni debe ponerse en la misma balanza a los trabajadores de las VTC, empleados de élites globalistas.

El sector del taxi es un gremio con unidad y fuerza, lo que falta en nuestra sociedad. Por eso, en Rambla Libre contemplamos a los taxistas como la vanguardia de la sociedad digna. Tienen número, tienen objetivos y tienen ímpetu y peso específico para conseguirlos. Pero es una batalla en la que a todos nos va mucho y por eso lo lógico es que sean vistos con el máximo de simpatía por el público en general. Su lucha es la nuestra, es por un modelo de sociedad humano, en el que los pequeños empresarios tengan cabida, en el que las clases medias no sean depredadas por élites globalistas que tienen a los políticos comprados y al dictado. Las VTC son la consecuencia de la corrupción de la burocracia de Bruselas y de la corrupción de la clase política española.

NO TE LO PIERDAS:   Taxistas: Héroes sociales luchando contra el esclavismo

Los taxistas son nuestros ‘chalecos amarillos» y nos parece altamente significativo el gesto emblemático de los taxistas de Barcelona de ponerse esa seña de identidad que está removiendo los cimientos de la política francesa y también de su sociedad, que está saliendo de su sopor y enfrentándose al saqueo de la casta.

A nadie le gusta la violencia, y menos que a nadie a los taxistas. Los medios de comunicación están intentando desacreditar las reivindicaciones mostrando escenas de violencia. Hasta el momento no hay ningún herido, sino meros daños en coches VTC. Hay que tener en cuenta que el sector del taxi está luchando por su supervivencia y los taxistas por la de sus familias. También parecería que los políticos son los que provocan esa violencia desatendiendo cualquier reivindicación cuando se produce por vías pacíficas. Es significativo que los taxistas hayan recibido en la estación de Atocha a Albert Rivera, recién convertido al globalismo y a la sumisión a las élites, con gritos de «eres un traidor» y «eres un golfo«. Ambas expresiones tienen todas las trazas de ser verdad. Pero lo mismo podría predicarse del conjunto de la clase política.

No es cuestión de competencia, no compartimos los falaces mantras liberales; los taxistas ya representan suficiente competencia entre sí. Es una pugna patriótica entre taxistas españoles y megacorporaciones globalistas extranjeras. Los taxistas deben hacer valer su fuerza y ganar. Tienen toda la razón y tanto la Generalitat catalana como la Comunidad de Madrid deben dar una completa respuesta a las justas reivindicaciones de los taxistas.