Virginia Montes.
Es una mujer coraje, que ha huido de Arabia Saudí para evitar un matrimonio concertado y tras sufrir graves malos tratos. Ha renunciado al islam como una liberación. Está refugiada en Bagkok, Tailandia, y si es deportada teme que su propia familia la mate. Por ahora Rahaf Mohammed al-Qunun ha conseguido que su deportación sea paralizada. Está encerrada en la habitación de un hotel cercano al aeropuerto de Bangkok para no ser deportada de vuelta a Arabia Saudí, su país de nacimiento. La joven, de 18 años, huyó de su familia en un viaje a Kuwait tras rechazar un matrimonio concertado y renunciar al islam, y lo hizo rumbo a Australia previo paso en Tailandia. En Bangkok, las autoridades asiáticas la detuvieron con la intención de deportarla de vuelta este lunes.
Video from @rahaf84427714 just sent from her hotel room at the #Bangkok airport. She has barricaded herself in the room & says she will not leave until she is able to see #UNHCR. Why is #Thailand not letting @Refugees see her for refugee status determination? @hrw #SaveRahaf pic.twitter.com/3lb2NDRsVG
— Phil Robertson (@Reaproy) January 7, 2019
La joven denuncia que su vida en Arabia Saudí estaba basada en maltratos «físicos, emocionales y verbales». Al-Qunun llevaba «meses» recluida en casa, ademas de negársele cosas tan básicas como la educación, conducir o viajar. «Mis hermanos, mi familia y la embajada saudí me estarán esperando en Kuwait. Me matarán», «mi vida corre peligro. Mi familia amenaza con matarme».
Desde Amnistía Internacional se ha emitido un comiunicado expresando «claros temores por su seguridad si regresa con su familia, y podría ser perseguida penalmente en Arabia Saudí por desobedecer las leyes sobre tutela masculina. Tiene derecho a una salvaguarda justa y efectiva contra la deportación y a la protección internacional».