Luis Bru.
Ha vuelto a hacerlo. Se ha vuelto a ir de prolongadas vacaciones navideñas cuando el panorama político está en plena efervescencia, con Andalucía abierta en canal. Losantos nunca está cuando se le necesita. No perdona ninguna de sus vacaciones, lo cual es más significativo si se tiene en cuenta que no es un empleado sino que es, al tiempo, el comunicador y el empresario, de una empresa altamente personalizada. ¿Quién va a invertir así en una empresa de comunicación altamente deficitaria -1 millón de euros de pérdidas en los dos últimos años- que ha lanzado una nueva ampliación de capitales de 1,5 millones de euros, restringida a los accionistas, de la que nada se ha informado.
Ausente de una radio a la deriva, Federico Jiménez Losantos sí que ha acudido el 6 de enero a su cita en Libertad Digital con un delirante artículo en el que impele a Santiago Abascal a que ceda, ofreciéndole una solución mágica: que le dé a Losantos licencias de radio. El de Orihuela de Tremedal no quiere cambiar el sistema sino heredarlo para seguir con su nefasta gestión. Losantos propone una estrategia gradualista como si la nación tuviera tiempo para afrontar su salvación.
Carta a Santiago Abascal: Vox no puede negociar, está en juego el ser o no ser de la nación