Enrique de Diego.
Te tenía por un buen analista y estaba equivocado. Como el personaje de «El hombre tranquilo» te pongo en mi lista negra. No eres más que un acomodado lacayo del sistema. Todo maestro puede echar un borrón, pero el tuyo es demasiado grueso y te inhabilita. Has publicado en ese panfleto de Soros que quieren que Soros les compre para dar el pelotazo, que es El Confidencial, un penoso artículo titulado «Vox y las lentejas».
Voy a empezar ordenadamente por el principio, aunque ruego que el lector llegue hasta el final donde se desvela la trampa que este sistema corrupto y degenerado está preparando y que pasa por el engaño que representa Ciudadanos. Empiezas, José Antonio Zarzalejos, partiendo de lo obvio: que para «el cambio en Andalucía es necesario el respaldo de Vox» porque sus doce diputados «podrían bloquear la situación y obligar a que se convoquen nuevas elecciones«. Es lo que no han tenido en cuenta, de manera asombrosa, ni el PP ni Ciudadanos, ni tú, Zarzalejos. En un sistema proporcional como el nuestro, constitucionalmente establecido así, los doce diputados de Vox tienen la sartén por el mango, tienen lo que se llama la llave de la gobernabilidad. Sin ellos, no se puede hacer nada (salvo que el PSOE se abstenga y se autoaniquile).
¿Y cuál es el precio de esos doce votos? Según tú, en plan lumbrera moderada, ninguno. Son lentejas, si quieres las comes y si no las dejas. Es decir, que Vox tiene que soportar ser insultado, despreciado, pero tiene que votar a los que le insultan de manera tan sañuda y hacerlo de manera altruista y gratuita porque algunos de la casta como tú así lo habéis decidido. Lentejas. Pensaba que no tenías ni un pelo de tonto, pero es que simplemente estás calvo. Nunca había asistido a un planteamiento político más estúpido. En un sistema proporcional el que manda es el minoritario. Lentejas. Y ese es Vox. Es Vox, los doce diputados de Vox, los que mandan. Las lentejas las cocina Vox.
Haciendo de charamita -el que toca la chirimía- te pones altanero ordenando a PP y Ciudadanos que «no deben alterar ni una sola línea del pacto que han suscrito en aspectos que signifiquen adquirir mercancía programática sensible del partido populista». Pues entonces, listo Calixto, está de más que les pidan el voto. Son PP y Ciudadanos los culpables si hay elecciones anticipadas. ¿Qué tipo de negociación es esa en la que se insulta al interlocutor, se le ofrece un programa contrario a sus ideas y se le exige su voto? Nunca se ha visto tanta estupidez unida a tanta osadía.
Aceptar que se erradique la ideología de género lo consideras «inadmisible» porque entraña objetivos «irrenunciables en una sociedad democrática«, así que esos cuatrocientos mil que han votado a Vox quedan de inmediato fuera de la democracia. Claro que en un doble salto mortal haces una extraña diferencia entre no sé qué objetivos, vendiendo mercancía muy averiada como lo de la brecha salarial, que es una auténtica patraña (entre Ana Patricia Botín y yo hay una manifiesta brecha salarial y no aduzco discriminación de género ni de número ni de caso), y lo que sería la auténtica ideología de género que trata de «borrar la diferencia ideológica entre el hombre y la mujer«, pero, pontificas, que ni PP ni Ciudadanos «militan en esas ideas«. La verdad es que Ciudadanos no se sabe en qué ideas militan, porque cambian, como la veleta, según va el viento, y en su honor, hay que decir, que fueron pioneros en plantear cambiar la ley contra la violencia de género por otra contra la violencia intrafamiliar, pero luego han vuelto a cambiar. Y el PP es un manojo de complejos respecto al marxismo cultural que Pablo Casado representa en grado idéntico o superior a Mariano Rajoy. En realidad, PP y Ciudadanos son dos partidos amorfos, sin ideas ni convicciones, satelizados respecto a la corrección política.
De fondo, lo que están son 1.793 millones de euros de botín hasta 2021 para cosas como imponer la «coeducación». ¿Por qué? Por ideología de género. La coeducación es rechazada por colegios del Opus Dei o próximos y de otras instituciones católicas y evangelistas cuyos padres quieren educar a los varones en unos colegios y a las mujeres en otros. Es su opción. Muy legítima. Hay, por cierto, muchos estudios de que se consiguen mejores resultados académicos. ¿Tiene esto algo que ver, por cierto, con el maltrato a las mujeres o con los asesinatos? En principio, en esos ambientes, entre los que se forman en esos colegios, no se ha dado ningún caso de asesinato. Suelen ser gente muy respetuosa y a los varones se les forma en el estricto respeto a las mujeres. Habría, más bien, que copiar su ejemplo y dejarles en paz, por supuesto.
Aunque vas de moderado, cuando te tocan las lentejas bramas anatemas. Llamas a Vox «organización integrista» y sigues con lo de las lentejas, que deben ser las tuyas, porque los de Vox dejaron claro desde el principio que no querían lentejas, ni puestos, ni cargos. Pero tocar una sola tilde del acuerdo de gobierno entre PP y Ciudadanos «sería un auténtico disparate«, se produciría una «convulsión en el sector templado«. ¡Ay de los moderados, son la peste de nuestra tiempo, la causa de nuestra decadencia! Lo que está sucediendo ante nuestros ojos es que un número creciente de gente se ha hartado de las mentiras de los que se autotitulan moderados, porque perciben que esa moderación no hace otra cosa que demoler las bases de la sociedad, hundir a las familias y llevar a las personas al hambre y la miseria, adobados con altas dosis de indignidad. Porque esa falsa moderación no oculta otra cosa que intereses económicos. Lentejas.
Pero aquí viene la clave. En el estado de psicosis paranoica en que te encuentras, Zarzalejos, como los de la casta infecta a la que siempre has pertenecido hay un plan en marcha para que puedan gobernar, no en Andalucía sino en toda España, Ciudadanos y PSOE; no es sólo que Ciudadanos pretenda heredar al PSOE, es que esas dos formaciones han de confluir, casi ser una sola, en este remedo deforme del macronismo ibérico. He aquí la clave que desvelas. Ciudadanos es una trampa, es la gran trampa, es la gran mentira, es el as en la manga de los globalistas para destruir moderadamente a España y a su sociedad. Lentejas. Las lentejas de la casta pasan por ese gran engaño, en el que Inés Arrimadas empieza a parecerme una mera coartada.
Por supuesto, Vox no debe entrar en ese pacto en el que no se le ofrece otra cosa que desprecio y aniquilación. Y estoy seguro que no entrará. Como es altamente probable que el PSOE no se abstendrá porque sería su muerte en Andalucía. Así que lo más previsible es que ni el Partido Popular ni esa escombrera en que ha degenerado Ciudadanos se vayan a comer las lentejas. Pero hay que estar sobreaviso y alerta porque la trampa es saducea.