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Navidades con Frank Capra

Redacción




Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.

Frank Capra (Francesco Rosario Capra: Bisacquino, Sicilia; 18 de mayo de 1897 – La Quinta, California; 3 de septiembre de 1991 ) es, sin duda, uno de los grandes creadores del cine clásico, uno de los fundadores de la maravillosa fábrica de los sueños que fue el séptimo arte (junto a Griffith, De Mille, Chaplin, Leo McCarey, King Vidor o Howard Hawks ). Y como ellos su obra está dibujada con valores humanos, una profunda fe en las personas y una visión trascendente de la vida, las relaciones personales y el alma.

Cuando Frank Capra recibió el reconocimiento a su brillante trayectoria por parte del American Film Institute en 1982, dijo que el verdadero secreto de su arte era algo muy simple: el amor de la gente. Vive como quieras, Que bello es vivir, Un gangster para un milagro, prueban la afirmación  en sus mágicas imágenes donde brillan la familia, los valores y un optimismo que brota de las entrañas del ser humano.

Frank Capra.

Desde 1931, con la película «La mujer milagro«, ya se vislumbra  el estilo de Capra. Es una de sus primeras películas y en ella aparecen dos elementos imprescindibles en  su obra:  La fe cristiana  y la gente,  la buena gente. Es una declaración de intenciones del director. La misma que recorrerá buena parte de sus mejores películas: Sucedió una noche, 1934, Vive como quieras, 1938, Caballero sin espada, 1939 , Juan Nadie, 1940, Arsénico por compasión, 1944, Qué bello es vivir, 1946, Estado de la Unión 1948 o Un gangster para un milagro, 1961. Todo un mosaico de vida norteamericana del siglo XX imprescindible para comprender la sociedad de su tiempo y que no ha perdido vigencia en absoluto.

El reciente descubrimiento de parte de sus papeles privados, de relatos personales que hasta ahora estaba ocultos vuelve a poner de actualidad a este cineasta que supo retratar como nadie al hombre medio americano (Gary Cooper o James Stewart) y al idealista enfrentado a la política corrupta (la inolvidable y actual Caballero sin espada). Capra en su vida personal fue un hombre bueno, inteligente y culto, conservador y amante de su patria americana.

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El hallazgo del manuscrito Night voices revela como Capra nunca quiso renunciar a su cine de humanidad y valores positivos, aunque no estuvieran de moda en el cine de los progresivamente descreídos años sesenta. En su autobiografía de 1971, The Name above the Title, explicaba  su trayectoria: “La humanidad necesitaba dramatizaciones de la verdad de que el hombre es esencialmente bueno, un átomo viviente de la divinidad, de que la compasión por los demás, amigos o enemigos, es la más noble de las virtudes “.

https://www.religionenlibertad.com/cultura/914133148/Frank-Capra-conto-en-unas-memorias-ineditas-como-el-diablo-le-tento-a-hacer-un-cine-sin-moral.html 

Pero si Capra permanecerá siempre en nuestros corazones es por esa obra maestra absoluta: Qué bello es vivir, 1946, protagonizada por el gran James Stewart, Donna Reed, Lionel Barrymore, Thomas Mitchell y Gloria Grahame:   En la localidad de  Bedford Falls, la familia Bailey está enfrentada con el propietario del único banco del lugar. Cuando el agobiado hijo mayor, George Bailey, decide suicidarse, para que los suyos cobren la póliza del seguro, baja un ángel del cielo, Clarence, quien tiene que hacer una buena obra para conseguir sus alas, y logra evitarlo. Lo consigue enseñando a George cómo sería el mundo que le rodea sin él.

Toda la película es una maravilla que acaricia el corazón, pero las escenas finales suponen no solo la apoteosis del cine de Capra sino el más emocionado canto al optimismo, los valores positivos y a la persona humana que ha proporcionado el cine.

Cada vida cuenta, los ángeles de la guarda existen porque son lo mejor de nosotros mismos, la conciencia que Dios ha colocado en cada persona. Y la amistad es el auténtico tesoro. En estos tiempos de mediocridad e incertidumbre la visión – una vez más – de esta película maravillosa en Navidad y en cualquier época del año   es siempre una caricia en el espíritu. Nuestro espíritu.