Enrique de Diego.
No salgo de mi estupor. Nunca te he escuchado, Carlos Herrera, salvo cuanto entro a algún comercio en el que tienen puesta la Cope y por lo habitual estás contando chistes malos. Pero tu mano a mano con Jordi Évole te retrata como un frívolo insustancial, como un personaje banal y acomodado, de modo que resulta aterrador que gente tan ignorante como tú tenga tanta influencia.
Eres un apesebrado del PP, puesto en la Cope en comandita por Mariano Rajoy y Barriocanal, y no estás a la altura. ¡Qué incapacidad para el análisis! ¡Qué distancia de los problemas reales de la gente! ¡Qué nauseabundo desdén ante la realidad nacional que no está para tus frivolidades de taberna!
Hiriente me resultó que tildaras de barbaridad una propuesta tan sensata de Vox como que el contribuyente no pague el crimen horrendo del aborto, pero es alucinante, y explica muchas cosas, que un soplagaitas como tú, con tan absoluta falta de convicciones, sea el locutor estrella de una radio presuntamente católica propiedad de la Conferencia Episcopal. Uno puede entender la apostasía y la pederastia ante tanta dejación de funciones, ante tanto sometimiento al vil metal.
Por supuesto no creo que votes al Partido Comunista de los Pueblos de España, pero incluso como chiste calificar de enternecedores a ese reducto de estalinistas, los únicos que sí organizan campamentos de formación militar y guerrillera, te retrata, Carlos, como, en términos coloquiales e intelectuales, un completo gilipollas.
En el fondo, mareaste la perdiz, perdiéndote por los mares siderales, incapaz de decir una frase con enjundia, algo mínimamente interesante que demostrara que tienes algún principio. Merecerías que salieras en estampida a tus oyentes, a los que tanto desprecias.
Puestos en estas, ¡ojalá vuelva Losantos a la Cope! Por lo menos tiene algunos principios claros y es capaz de defenderlos. Losantos, que mentalmente nunca ha abandonado la Cope, te da mil vueltas, Carlos Herrera.