Luis Bru.
En la redacción de Rambla Libre se han recibido numerosas quejas de suscriptores de El Español, el digital de Pedro J Ramírez, que quieren dejar de serlo, pero que lo parece un sencillo trámite se convierte, según dicen, en misión imposible. Quienes deciden darse de baja, y no son pocos, tramitan la correspondiente petición a El Español, pero todo son silencios administrativos y dilaciones. La empresa de Pedro J Ramírez sigue girando las correspondientes facturas mientras corre el tiempo.
Hay un recurso sencillo que es dar orden al banco de no hacer frente a las facturas de El Español, pero nuestros comunicantes responden que «no es tan fácil».
No se entiende, porque bastantes lo consiguen. En 2016, según datos oficiales de su contabilidad, El Español ingresó en concepto de suscripciones la cifra de 825.875 euros, mientras en 2017 la cifra de ingresos descendió a 676.791 euros, lo que representa el 18,05% menos. Desde sus inicios, cuando llegó a contar con 12.000 suscriptores, El Español ha perdido el 30%. Se trata de un auténtico descalabro y del fracaso de lo que denominó «financiación mixta».
Poner pegas a los que quieren darse de baja es una mala política de suscripción porque lo que se consigue, sobre todo, es que nadie nuevo se dé de alta, pero parece que en El Español puede más la economía que el respeto a las decisiones libres. «Pedro J se ha convertido en un miserable pedigüeño«, afirma una fuente que lo ha tratado durante tiempo. Rambla Libre ha podido detectar gestiones del director de El Español en el BBVA para conseguir incrementos en la publicidad.