Miguel Sempere.
No estuvo muy afortunada la todavía vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo cuando, tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros, calificó de «inconstitucional» a Vox. Ese anatema suena hueco a la vista de los resultados electorales andaluces en los que el gran triunfador es el partido de Santiago Abascal y Francisco Serrano. No sólo obtiene 12 escaños, muy por encima de todas las expectativas y proyecciones (la más elevada les daba 7 escaños), también recibe el auténtico premio gordo que es la llave de la gobernabilidad.
El nuevo gobierno lógico sale de la suma de PP, Ciudadanos y Vox, con 59 escaños. Vox tiene, por tanto, la posibilidad de romper cualquier aislamiento y de imponer aspectos fundamentales de su programa. Sería muy difícil de entender que esas tres formaciones no llegaran a un acuerdo que implica la salida del PSOE del gobierno de la Junta de Andalucía donde ha estado desde el inicio de la democracia.