Editorial.
Los resultados de las elecciones andaluzas no dejan lugar a dudas respecto a un rechazo rotundo a la agenda socialista, que ha tratado de imponer, desde la presidencia del Gobierno, una delirante política de puertas abiertas o sin fronteras. Esa inmigración invasiva, africana y musulmana, debe ser frenada de inmediato. Hay que dejarse ya de manipulaciones como las que rodean a los muy conflictivos menores no acompañados. Los polideportivos andaluces no pueden estar ocupados por inmigrantes ilegales, que deben ser devueltos de inmediato a sus países de origen o al lugar desde el que salieron hacia España. Tienen que empezar cuanto antes las deportaciones. Es, claramente, la voluntad popular.