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Carta a Dani Mateo: Eres un simple lacayo tocapelotas

Redacción




Enrique de Diego.

Después de ultrajar a la bandera, lo cual es un delito penado en el Código Penal, has ofendido directamente a los payasos, esa gente encantadora que se dedica a hacernos reír. Montando el show delante de los Juzgados de Plaza Castilla, has declarado, Dani Mateo, que “estamos llevando a un payaso frente a un juez por hacer su trabajo”. Ese plural mayestático indica que no andas bien de la cabeza, Dani, y te lo tendrías que mirar.

Tú no eres, en ningún caso, ni en ninguna de sus acepciones, un payaso. “Dicho de una persona: De poca seriedad, propensa a hacer reír con sus dichos o sus hechos”. Tú no has hecho reír en la vida. Tú te dedicas, desde la amargura, a la ofensa. “Artista de circo que hace de gracioso, con traje, ademanes, dichos y gestos apropiados”. Los payasos son gente entrañable que forman parte de la realidad de una infancia feliz; hacen reír a los niños. Tú no has hecho reír en tu vida. No tienes imaginación, ni gracia; careces de humildad y de inteligencia.

Tienes algo de bufón, desde luego, que es “personaje cómico encargado de divertir a reyes y cortesanos con chocarrerías y gestos”. Tú, Dani, formas parte de la corte, eres un lacayo al servicio de los poderosos y te dedicas a a divertir a tus amos ridiculizando y criminalizando a quienes osan poner en riesgo sus privilegios; formas parte de una farsa. Pero los bufones, de vez en cuando, se permitían decir algunas verdades a los poderosos y tú chapoteas en la mentira y tienes buen cuidado de dedicar tus estúpidas diatribas a quienes no pueden defenderse. Eres muy débil y acomodaticio con los fuertes y fuerte con los débiles. Tú estás al servicio de las megacorporaciones, de las que formas parte, alimentándote de las migajas que caen de su mesa, con sus mismos tics de la casta a la que sirves, montando sociedades instrumentales para esconder los pisos con los que te premian.

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No, no eres un payaso, pues exudas la hiel de tu amargura y no eres capaz de sacar una sonrisa; tampoco eres un bufón, pues nunca hay nada de verdad en ti, ninguna crítica a los que de verdad mandan. Eres, sí, un lacayo adiestrado. Pero, en el fondo y en la forma, eres un simple tocapelotas.

Prim, con los voluntarios catalanes, en la carga de Castillejos.

El 1 de enero de 1860, en las campas de Castillejos, el general Juan Prim se dirigió a los bravos voluntarios catalanes, entre los que habría alguno de Granollers, tu patria chica, con la siguiente arenga: “¡Soldados!  Vosotros podéis abandonar esas mochilas porque son vuestras,  pero no podéis abandonar esta Bandera porque es la de la Patria. Yo voy a meterme con ella en las filas enemigas… ¿Permitiréis que el Estandarte de España caída en poder de los moros? ¿Dejareis morir solo a vuestro general? ¡Soldados! ¡Viva la Reina!”.

A ti, en un insustancial banalidad, esto no te dice nada, pero a millones de patriotas españoles nos dicen mucho. Vete a Bélgica con Valtònic y Puigdemont. Eso sí sería un circo y a lo mejor podrías hacer carrera empezando a ser algo digno: payasos.