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Alfredo Perdiguero: «Ignacio Cosidó ha sido el peor Director General de la Policía de la Democracia»

Redacción




Miguel Sempere.

Ignacio Cosidó se ha puesto en evidencia como un político con muy pocos escrúpulos. Ha producido un grave estropicio en los restos del Estado de Derecho, pero antes ya provocó numerosos conflictos en la Dirección General de Policía y actuó sin respeto a las leyes propiciando y amparando el golpe de mano dado por tres desaprensivos para acabar con el sindicato SIPEPOL y con su secretario general, Alfredo Perdiguero, al que sometió a una inmisericorde y arbitraria persecución. Perdiguero no duda en calificar a Cosidó como «el peor Director General de Policía de la democracia».

Ignacio Cosidó, en su etapa de Director General de la Policía. /Foto: elplural.com.
  •  Ignacio Cosidó se ha hecho famoso por su wathsapp sobre el  control de la Sala Segunda del Supremo. ¿Qué opina usted de Ignacio Cosidó, al que conoció como director general de la Policía?

Siendo portavoz de Interior del Congreso por el PP se preocupaba por la Policía, sus medios y lo que nos pasaba. Cuando fue nombrado director general de la Policía, las cosas fueron de mal en peor, ha sido la etapa en la que más “líos” policiales ha habido y cuando más politizada ha estado la Policía, por su inacción o por su mediación en según qué casos.

  • ¿Cómo definiría su paso por la Dirección General de la Policía? ¿Cuál es su balance? ¿Qué hitos destacaría?

Mala, el peor director general de la Policía de la democracia. Con respecto a los hitos, todos los que le supusiera salir en la foto.

  • Si me lo permite, le diré que la operación contra usted y para acabar con SIPEPOL da toda la impresión de ser una operación política montada desde la Dirección General de la Policía. ¿Me equivoco mucho?

No se equivoca nada. Desde que tomó posesión del cargo, su persecución fue implacable. Lo primero que hizo fue ponerme durante mucho tiempo a la Unidad de Asuntos Internos detrás de mí con mis teléfonos pinchados y seguimientos de compañeros, como un delincuente. Imputándome, sólo por hablar con periodistas, revelación de secretos cuando no tenía acceso a ningún secreto por mi puesto de trabajo. La jueza archivó penal y administrativamente. Aun así él, y ante la no apreciación por parte del instructor de Régimen disciplinario de alguna conducta sancionable, me impuso la primera falta grave de su mandato. Luego la siguieron 10 más por otras declaraciones.-

  • Usted denunció a Ignacio Cosidó ante los tribunales. ¿Por qué? ¿Cree que perpetró una venganza?

Así es, soy el único policía que ha denunciado a un Director General de la Policía hasta en tres ocasiones. Le denuncié por la concesión de las medallas rojas, que en la oposición lo denunciaba como una irregularidad, por malversación de fondos y prevaricación, al dárselas en su mayoría a jefes y en casos excepcionales a policías, y que sabiendo que es una Ley del año 64 no quiso modificar.

También le denuncié por persecución sindical al archivar el expediente el instructor de régimen disciplinario, tras el archivo de la jueza. Volvió a ordenar que se reabriera, y el instructor tomó declaración a las partes y volvió a archivar. Y ordenó volver a abrirlo, a lo que el instructor se inhibió y él, me metió su primera falta grave, 15 días de empleo y sueldo y que posteriormente me dio la razón el contencioso administrativo y condenándole en costas. Pero claro, él no pagaba, pagamos todos. Por tanto una venganza en toda regla al saber que, ni yo ni ninguno de los representantes del SIPE, se plegarían a sus dictámenes ni se arrodillarían para conseguir “prebendas” y que yo no lo haría a pesar de las sanciones. 

  • ¿Molestaba usted o molestaba SIPEPOL?

Evidentemente el que salía en los medios de comunicación y daba la cara era yo, por tanto la figura a batir era yo. Y en su defecto, los Delegados del SIPE lo sufrían en sus unidades con amenazas veladas incluso suspensiones o una expulsión al Secretario Provincial de la UIP de Las Palmas, que luego ganamos en contencioso. Por tanto molestaba lo que representaba SIPEPOL, sindicalismo y defensa de la corporación sin liberaciones y sin vendernos a ningún precio.

  • ¿Por qué traicionaron y qué consiguieron los traidores?

Pues por cuatro miserables liberaciones de servicio, quitar del medio al único sindicato que hacía sindicalismo sin liberaciones, no permitir que nos presentáramos a las Elecciones al Consejo de la Policía de hace tres años y llevarse las cuotas de los afiliados que a día de hoy puede superar el montante de 100.000 euros.

  • ¿Qué tiene SIPEPOL que no tengan los otros sindicatos policiales?

Coraje, valor, defensa de la profesionalidad, valentía y conocimiento del medio al trabajar hombro con hombro con los policías estando uniformados en nuestros puestos de trabajo, sin liberaciones, sin miedos a represalias, con el único fin de mejorar las condiciones laborales de los compañeros en las diferentes Unidades y como colectivo. Asistiendo a reuniones o las diferentes televisiones cuando el servicio lo dejaba, SIN COBRAR NI UN Euro, y en mi tiempo libre.

  • ¿Cuál es la situación actual de SIPEPOL?

Pues SIPEPOL sobrevive con sus representantes y su Ejecutiva. Tenemos presentada la denuncia en el contencioso administrativo, e interpuesta una denuncia contra la DGP por vulneración de los Derechos Fundamentales, en la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional. Pero yo llevo suspendido de empleo y sueldo cuatro meses y me quedan otros dos. Al frente mientras se resuelve el tema, está el Secretario de Organización como marcan los Estatutos.

  • El informe del abogado del Estado es claro respecto a que usted es el secretario general legal de SIPEPOL. ¿Por qué no se ha hecho caso a su dictamen?

Después de varios informes de los servicios jurídicos de la División de Personal a favor de mi persona, lo encarga el Subdirector de Recursos Humanos, pensando que como no se la daban en Personal, se la iban a dar en la Abogacía del Estado. Y no solo no se la da, sino que es contundente contra ellos diciendo que la DGP no puede entrar a resolver los conflictos internos de un sindicato y lo estaban haciendo y poniéndose de parte de los golpistas liberados en la UFP, por tanto el primer revés es gordo, y en el punto cuarto de las conclusiones, que si persisten haciendo lo que estaban haciendo de no cobrarme la cuota como todos los Policías por nómina, cualquier medida, aun cautelar, que se adoptare unilateralmente en este ámbito redundaría en perjuicio de la libertad sindicalreconociendo pues que podían estar cometiendo un delito solo por perjudicarme. Y aun así, quitándoles la razón de pleno, han seguido amparando a la UFP y permitiendo que el inspector orteguita, uno de los implicados, pidiera como un energúmeno desquiciado (así lo han definido en la División de Personal), mi cabeza en las reuniones de Personal.