Virginia Montes.
Los republicanos aseguran ya su mayoría en el Senado al conseguir la mayoría absoluta con el senador número 51, mientras los demócratas cuentan con 42 senadores, mientras quedan siete puestos por dilucidar, lo que puede permitir que los republicanos amplíen la distancia que tenían hasta ahora que era de 51 frente a 49. En las elecciones, los republicanos ponían en juego 9 de sus escaños, mientras los demócratas se veían obligados a revalidar 26.
Especialmente significativa ha sido la victoria de Ted Cruz en el Estado de Texas, venciendo al demócrata Beto O’Rurke, que había batido todos los récords de obtención de fondos para su campaña. También es relevante la victoria del excandidato presidencial Mitt Romney en el Estado de Utah, lo que representa su retorno a la política. Los demócratas tuvieron a primera de la noche dos importantes derrotas en Indiana y Dakota del Norte.
Esta victoria clara rompe una de las estrategias más obsesivas de los demócratas y de los medios de comunicación liberales de ir al impeachment de Donald Trump. Además, los senadores que han salido elegidos por el partido republicano son los más proclives a Trump y sus políticas, mientras que los más críticos han sido los derrotados. Trump se afianza en el despacho oval.
Los demócratas se imponen en la Cámara de Representantes
Los demócratas obtienen la mayoría absoluta en la Cámara de Representantes, lo que les permitirá un mayor control sobre la agenda política de Donald Trump. Será la Cámara con mayor diversidad racial y religiosa, y también la más femenina, con 111 elegidas, dos musulmanas entre ellas, Rashida Tlaib e Ilahn Omar, con la representante más joven, Alexandria Ocasio-Cortez por Nueva York.
Nancy Pelocy, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, declaró en su discurso que vamos a «conservar los valores constitucionales. Con esta nueva mayoría demócrata vamos a honrar los valores de nuestros padres fundadores», insistió la congresista por California, al subrayar la necesidad de «restaurar el control y la división de poderes» en EEUU, tras dos años de control absoluto republicano en la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso. «Todos hemos tenido suficiente división».
Es, en cualquier caso, una tradición, desde Franklin Delano Roosvelt, que en las elecciones Midterms el partido del presidente pierda escaños, como una apuesta por los contrapoderes a la presidencia.