Luis Bru.
Eduardo Inda presenta a OK Diario como el “diario digital más atrevido de España”. Pedro J Ramírez a El Español como “plural, libre e indomable”. Inda no rehúye nunca la polémica, la provoca. A Ramírez no se le percibe en el momento presente como indomable ni como un león, no da rugidos, sino leves gimoteos.
El modelo de OK Diario, en su maquetación y estilo, está inspirado en el Bild alemán. No le importa abusar de las mayúsculas, lo que en internet se interpreta como griterío. Se define con facilidad. Busca y ha conseguido un lector que se sienta cómodo en las posiciones que adopta. Su target ideológico es de centro derecha, muy pegado al Partido Popular, y crítico y combativo con el PSOE, Podemos y separatistas. También es muy del Real Madrid, al viejo estilo. Es, para bien y para mal, un medio partidista.
Entre sus errores, tiene excesiva dependencia de Eduardo Inda. Aunque Carlos Cuesta le cubre muy bien las espaldas. No trabaja mucho los contenidos multimedia (vídeos, audios, podcast, etc.). La web presenta algunos problemas de adaptación al tráfico móvil. Uno de los aciertos de El Español es el nombre: un dominio que siempre será relevante (por el tema del idioma, nacionalidad, etc. Además, Pedro Jota sigue teniendo acceso a grandes cuentas publicitarias (que irán, poco a poco, a la baja).
Los errores de El Español son acumulativos, prácticamente todos: plantilla desmesurada, planteamiento elefantiásico, copia del modelo de trabajo del papel, estrategia errada para Internet, atribución de más influencia de la que tiene Pedro Jota realmente.
El mayor error es su indefinición, su insustancialidad ideológica. Es un medio que, entre bambalinas, se sitúa en las posiciones de centro y liberales de Ciudadanos. Albert Rivera es un habitual del despacho de Pedro J. Pero El Español se ha quedado en terreno de nadie. No ha definido bien su target. No se atreve con Pedro Sánchez, no es crítico con el PSOE. No tienen una posición beligerante contra los separatistas. Es insustancial para un medio nacional. Es como si fuera un digital de provincias. Hace demasiados guiños a la izquierda, cuando Pedro J nunca será aceptado por la izquierda. Ha adoptado posiciones altamente favorables a la ideología de género, seguramente por influencia de su actual esposa, Cruz Sánchez de Lara, feminista e icono de la Federación de Mujeres Progresistas. Por un lado, a Pedro J le pesa demasiado su historia y por otra está siendo infiel a su trayectoria. En propiedad, no tiene línea editorial. Intenta ser una especie de progresista, ecologista y feminista de centro. O sea, la nada más absoluta. Se ha quedado en terreno de nadie.