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Nuestra Señora de la Paz: «Estoy muy triste por tantos hijos que ya no tienen fe»

Redacción




Sor Emmanuel Maillard.

Mensaje de la Reina de la Paz del 2 noviembre 2018, en Medjugorje.

«Queridos hijos, mi corazón maternal sufre mientras miro a mis hijos que no aman la verdad y que la esconden; mientras miro a mis hijos que no oran con los sentimientos y con las obras. Estoy muy triste mientras hablo a mi Hijo de tantos hijos míos que ya no tienen fe y que no lo conocen a Él, mi Hijo. Por eso los invito a ustedes, apóstoles de mi amor: traten de mirar hasta lo profundo del corazón humano y allí ciertamente encontrarán aquel pequeño tesoro escondido. Mirar de esta manera es la misericordia del Padre Celestial. Busquen el bien también donde domina el mal, traten de comprenderse los unos a los otros y de no juzgar. Esto es lo que mi Hijo les pide y yo, como Madre, los invito a escucharlo. Hijos míos, el espíritu es más poderoso que el cuerpo y, con amor y obras, supera todos los obstáculos. No lo olviden: mi Hijo los ha amado y los ama. Su amor está con ustedes y en ustedes cuando son una sola cosa con Él. Él es la luz del mundo y ninguno ni nada logrará detenerlo en la gloria final. Por eso, apóstoles de mi amor, no teman testimoniar la verdad. Testimónienla con entusiasmo, con las obras, con amor, con su sacrificio y sobre todo con humildad. Testimonien la verdad a todos aquellos que no han conocido a mi Hijo. Yo estaré a su lado; yo los fortaleceré. Testimonien el amor que nunca pasa, porque proviene del Padre Celestial que es eterno y que ofrece la eternidad a todos mis hijos. El Espíritu de mi Hijo estará a su lado. Nuevamente los invito, hijos míos, a orar por sus pastores. Oren para que puedan ser guiados por el amor de mi Hijo. Les doy las gracias».

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Mirjana comentó que la Virgen estaba triste y que había bendecido a las personas que se habían reunido para asistir a la aparición y a todos los objetos de devoción. Después, tal como la Reina de la Paz lo desea, los sacerdotes presentes igualmente bendijeron a la asamblea y a los objetos religiosos.