Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Es bastante común – y en ello tiene parte de culpa la inconsistencia de buena parte de la crítica convencional – que una ristra de malas críticas, algunas incluso sangrienta , no solo no afecten a la carrera comercial de una película, sino que provoquen el efecto contrario y llenen las salas de proyecció .
Venom es un personaje ficticio del universo Marvel, creado por David Michelinie y el artista canadiense Todd McFarlane para la editorial Marvel. Ahora la productora Sony ofrece una especie de nueva versión del personaje, lo desliga de Spiderman ( de quien era una especie de cara negativa ) y trata de crear una nueva saga con el personaje. La película está dirigida por Ruben Fleischer con Tom Hardy en el papel protagonista y Riz Ahmed, Michelle Williams y Jenny Slate encabezando el reparto .
El argumento es el siguiente: Eddie Brock (Tom Hardy) es un periodista de investigación que trata siempre de cultivar la verdad. Un día se topa con una importante empresa en apariencia altruista que está haciendo experimentos con criaturas alienígenas, simbiontes que se fusionan con el cuerpo de sus huéspedes.
Algo original y diferente en apariencia con buenas intenciones. Pero aunque de cara a la opinión pública la corporación de Drake experimenta con material biológico alienígena para mejorar la raza humana y erradicar enfermedades , en realidad esconde propósitos comerciales y además y utiliza a mendigos como cobayas humanas. Cuando Brock intenta destapar estas irregularidades, el reportero acaba despedido, desacreditado y abandonado por su novia. Hasta que, por una serie de circunstancias, un extraño ser alienígena anida dentro de él. Esto le convierte en invulnerable y le permitirá enfrentarse al malvado dueño de la Corporación.
Se trata de una línea argumental que desde luego pasa por alto el origen de Venom en los cómics Marvel, íntimamente relacionado con Spider-Man y su traje negro de los noventa. A cambio se crea un nuevo tipo de antihéroe, un hombre dubitativo y con el alma partida por dos personalidades.
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Desde luego la propuesta tiene interés por lo que supone de análisis de la dualidad humana, casi el doctor Jekyll y Mr Hyde anidando en el mismo cuerpo. Y de hecho este hombre/monstruo mantiene en varias escenas diálogos curiosos. Pero en esa virtud radica también su debilidad. El problema es que la indefinición se traslada al tono general de la película y eso en una película de acción es grave, por más que la respuesta del público al menos hasta el momento esté resultando positiva.
Lo peor de Venom es su puesta en escena desquiciada, inconsistente y con una mezcla de comedia y acción (en la línea de Dead Pool ) que bordea en ocasiones el ridículo. Al final la filosofía deja paso a los efectos especiales y al ritmo frenético de la segunda parte, si bien para ese momento el interés humano de personajes y diálogos se ha ido desinflando.
Con todo, la película se puede dejar ver por el público entusiasta de los cómics desmadrados, aunque en todo momento se eche en falta a Spìderman y se tenga la impresión de que los autores de Venom no se han tomado la obra suficientemente en serio. El propio Tom Hardy ha declarado que en la sala de montaje se quedaron algunas de sus escenas favoritas. Claro que esto tiene que ver con el cambio de tono final para favorecer la taquilla, ya que la primera visión de la película ponía demasiado el acento en aspectos desagradables y era más oscura, demasiado tal vez para el público a quien va dirigida la nueva franquicia.