Susana Navarro.
Lunes 8 de octubre de 2018. En su programa matinal, en la sección que comienza a las 8h, Federico Jiménez Losantos reprocha a Inés Arrimadas que prefiera salir siempre en La Sexta y lleve uno o dos años sin pasar su casa, según él para evitar preguntas incómodas. Y continúa:
¿»Qué pasa con eso del timolingüismo, qué es eso del trilingüismo? Aah … Es desagradable. ¿Por qué Ciudadanos no pide firmas para Hablamos Español? Recuerden, hispanohablantes.com. ¿Y por qué no lo hace el PP? ¿No dicen que están a favor de la libertad de elección de lengua? Demuéstrenlo, apoyen la acción popular. Pero a propósito de Vox…»
(https://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2018-10-08/federico-a-las-8-abc-sigue-sacando-plagios-de-sanchez-en-la-tesis-128995.html. A partir del minuto 14:50)
La asociación Hablamos Español promueve una iniciativa legislativa popular y recoge firmas en toda España para que se garantice la libertad de usarlo en todo el territorio nacional. Pretende que se pueda estudiar en toda España, que en las autonomías con dos lenguas también se emplee el español en la sanidad, en los edificios y documentos oficiales, en la información turística o en las señales de tráfico; que podamos rotular nuestros negocios en la lengua que queramos y que ser hispanohablante, en definitiva, no sea un obstáculo para circular o establecerse en cualquier lugar de España. No debería ser necesaria una ley para desarrollar lo que ya declara el artículo 3 de la Constitución, que todos los españoles tenemos el deber de conocer y el derecho a usar la lengua castellana pero, como tantas cosas en ese texto legal, no se cumple. La asociación dice:
«… no importa el color del gobierno, todos los partidos que alcanzan el poder dicen que para promocionar la lengua cooficial hay que eliminar el español de la visibilidad, de la cultura, y en mayor o menor medida, también de la educación. En Cataluña ya no se puede estudiar ninguna asignatura en español. En el País Vasco se entorpece la elección de la línea en nuestra lengua. En Baleares, Galicia, o Comunidad Valenciana, se aprueban normas que la eliminan de asignaturas clave, disfrazando esta imposición bajo nombres como “trilingüismo” o “plurilingüismo”. Quienes llevamos tiempo trabajando en esto sabemos que detrás de la promoción y conservación de estas lenguas hay intereses políticos y también económicos (…)
Si vienes a cualquiera de la comunidades autónomas con cooficialidad, por vacaciones, o por cualquier otro motivo, es muy probable que no veas tu idioma en un hospital, ni en un ayuntamiento, ni en una señal de tráfico, en muchos casos ni siquiera en la información turística.
No se trata solo de una mayor o menor dificultad para comprender el otro idioma, hablamos de principios, de respeto, de permitir que nuestro idioma comparta espacio en el ámbito oficial con la otra lengua, porque detrás de la falta de respeto que supone su eliminación, que en ningún país con bilingüismo en su territorio se consentiría, hay una intencionalidad que abre la puerta a otras restricciones. Las personas que se trasladan a vivir aquí desde otros lugares de España por motivos personales o de trabajo, algunos ellos obligados a un traslado forzoso por su profesión, no pueden escolarizar a sus hijos en español. A veces les permiten no tener que examinarse de la asignatura de lengua autonómica los dos primeros años, pero habrán de estudiar en esa lengua muchas asignaturas o incluso todas.
Para lograr nuestro objetivo proponemos que se apruebe una ley que garantice nuestros derechos. Tenemos que entregar 500.000 firmas acreditadas, ante el Parlamento. Una vez hayamos presentado el texto de la ley, tendremos 9 meses para reunirlas.» (http://hispanohablantes.es/que-queremos.php)
Tienen razón. Ningún partido con representación parlamentaria apoya esta iniciativa de la sociedad civil y los medios de comunicación evitan informar sobre ella, salvo excepciones como Libertad Digital y EsRadio, sobre todo en el programa de Losantos y en el de Luis del Pino.
La pregunta del famoso locutor es oportuna. En efecto, ¿por qué? ¿Qué intereses tienen el PP y Ciudadanos en que en España no se pueda hablar libremente español? ¿Por qué no colaboran con los voluntarios que están recogiendo firmas por todo el país? ¿Por qué sus líderes no reparten folletos, ni hablan de esto con la prensa, ni se hacen la foto firmando?
La respuesta es muy sencilla. Estos partidos, al igual que el PSOE, Podemos y los separatistas, colaboran por acción y por omisión, abierta o disimuladamente, en el plan mundialista para disolver España en quince o veinte naciones separadas por las lenguas y sometidas a las oligarquías globalistas que mandan en la burocracia de Bruselas. En ese plan, España debe desaparecer no sólo como Estado soberano, sino como pueblo y como nación. Para llevarlo a cabo, es preciso perseguir y marginar a los hispanohablantes y conceder subvenciones, poder y privilegios a los que usen solo lenguas locales, que es precisamente lo que esa iniciativa quiere combatir. Federico lo sabe, Luis del Pino lo sabe, pero prefieren callarse, de modo que apoyan la campaña, sin contar a los oyentes toda la verdad. Hay una zona prohibida que no traspasan nunca. Losantos deja la pregunta en el aire y, en vez de seguir la pista, cambia de tema y se pone a hablar de Vox. Luego, en la tertulia, afirma tan fresco que el PP y Ciudadanos son defensores de España y de la Constitución y que deben unirse electoralmente a Vox, partido que, a diferencia de los otros dos, sí apoya oficialmente a Hablamos Español.
Libertad Digital lleva muchos años traicionando a su audiencia, a España y a los principios en que se fundó. La mala gestión económica quizá no sea más que una consecuencia de esa traición. Sin mentir, no dice la verdad y distrae al oyente o lector para que no llegue al fondo de las cosas. Para quien esto escribe, que los siguió y admiró durante mucho tiempo, se acabó Luis del Pino el día que le oyó decir que un español tiene más en común con un tunecino que con un finlandés. Y guarda luto informativo por Federico desde la mañana en que desayunó oyéndolo tachar al coronel Pedro Baños de «sicario de Putin«. Ciertamente, como periodista puede y debe criticar las opiniones del militar, pero que reaccione llamándolo «asesino asalariado«, que es como el Diccionario de la Real Academia define al sicario, significa que aquel ha violado ese recinto prohibido que tan fieramente guarda el aragonés. Tan tabú es la pregunta sobre la campaña de Hablamos Español que él mismo, como Inés, no se atreve a responderla.