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Ayanta Barilli, el poder fáctico de Libertad Digital, la Pompadour de Losantos

Redacción




Luis Bru.

Ayanta Barilli, hija de Fernando Sánchez Dragó, directora del programa nocturno esSexo. A pesar de su baja por no decir nula audiencia cobra, según fuentes internas, 60.000 euros. Es una intocable. Un auténtico poder fáctico. Todas las fuentes la sitúan como la ‘amante oficial’ de Federico Jiménez Losantos. Los guardaespaldas de Federico tienen mucho que hablar y lo hacen.

Javier Rubio con Federico Jiménez Losantos.

Es la Pompadour de Losantos. Como dice un redactor de Libertad Digital,cruzarte en el camino de Ayanta es un suicidio”. Ayanta Barilli aparece, según diversas y solventes fuentes, como el factor clave del despido de Javier Rubio, uno de los hechos hasta hoy inexplicados de la historia interna del Grupo Libertad Digital y que entremezclan lo privado con lo público en la trayectoria del chiringuito de Losantos.

Javier Rubio era, en apariencia, el amigo íntimo de Federico Jiménez Losantos; uña y carne, su alter ego; habían estado juntos en Barcelona y en las aventuras políticas de aquel tiempo, la Organización Comunista de España (Bandera roja), un grupo maoísta, y el PSUC. Juntos también habían hecho la evolución hacia el liberalismo. En el año 2000 puso en marcha Libertad Digital. Desde los inicios se puso en contacto con Enrique de Diego para pedirle que colaborara, encargándole a veces dos o tres artículos diarios, para dar solidez y solvencia al proyecto, que Javier Rubio consiguió dotar de prestigio como referencia tanto informativa como de opinión.

Federico Jiménez Losantos y Javier Rubio, en una foto de juventud.

Luego fue nombrado director general del Grupo y puesto al frente de Libertad Digital TV, con las cinco licencias concedidas por Esperanza Aguirre. Javier Rubio se ha descrito a sí mismo como un gestor austero: “Cuando yo trabajaba de director a veces se me reprochaba la austeridad, y todo el mundo pensaba que yo no era bueno para el negocio porque no sería capaz de gastar mucho dinero. Yo siempre he sido rácano cuando gestionaba dinero que no era mío, y sin embargo en las empresas se me miraba con desconfianza porque se pensaba que eso era una limitación mía y que, en un momento determinado de gran rumbosidad, yo no sería capaz de gastar las cantidades ingentes que entonces se gastaba en los medios de comunicación”.

Esa austeridad fue lo que le llevó a chocar con Ayanta Barrilli. Ésta quería a toda costa tener un programa en la televisión en unas condiciones económicas que Javier Rubio no estaba dispuesto a aceptar por desmesuradas. Rubio no pagaba bien: la televisión estaba en sus comienzos y perdía dinero, aunque no el agujero brutal que provocó la dirección de Dieter Brandau. Como sentencia un testigo presencial de aquella situación, “Javier se puso la soga al cuello por no haber cedido”.

De repente, la amistad de años se desvaneció. “A Javier Rubio lo echaron porque Federico Jiménez Losantos la tomó con él”. Se le empezó a segar la hierba difundiendo que no sabía gestionar la televisión y que estaba asustado porque veía el futuro muy negro. A pesar de toda la cercanía que habían tenido, Losantos no se dignó darle una explicación, ni tan siquiera le comunicó personalmente el despido. «Alberto Recarte me comunicó que Federico Jiménez Losantos había perdido su confianza en mí”, estas son declaraciones de Javier Rubio en 2013 a Periodista Digital, tres años después de su marcha en silencio.

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Federico Jiménez Losantos, segundo por la izquierda, y Javier Rubio, primero por la derecha.

Javier Rubio se limitó en 2010 a pedir que le arreglaran los papeles para jubilarse anticipadamente a lo que Alberto Recarte accedió. “Coincidió –rememoró Rubio en su entrevista en Periodista Digital a propósito de un libro sobre Luis Buñuelcon que en aquel momento yo estaba preparado mentalmente para marcharme de la empresa en la que había trabajado, y a la que le había dedicado muchísimas horas durante 11 años. Quizás vi con claridad que mi tiempo en Libertad Digital se había acabado«.

El periodista le inquiere bajo qué condiciones estaría dispuesto a volver a Libertad Digital que, al fin y al cabo, era su criatura, y al discreto Javier Rubio se le escapa lo que piensa de Losantos: es un ‘cabrón’’: “Si algún día Federico fuera capaz de llamarme y decirme ‘hola Javier, ¿cómo va la vida?, ¿qué tal estás? Fui un cabrón contigo’, probablemente se me caerían las lágrimas. Pero como estoy convencido de que Federico Jiménez Losantos tiene una incapacidad absoluta para dejarse llevar por los sentimientos de las personas normales y corrientes, no creo que nunca me llame y me lo plantee. De todas maneras, yo no tengo ninguna voluntad de volver a Libertad Digital”.

Javier Rubio, en Periodista Digital presentando su libro sobre Luis Buñuel. /Foto: periodistadigital.com.

En esa misma entrevista Javier Rubio mostró su absoluta ignorancia sobre los motivos que llevaron a su abrupta ruptura con el amigo de toda una vida: «Cualquier chispa en una atmósfera adecuada produce una explosión. No sé cuál fue la chispa, ni por qué Federico cambió lo que había sido su conducta hacia mí durante 40 años más o menos».

La chispa fue Ayanta Barilli. A Javier Rubio al frente de Libertad Digital TV le sustituyó Dieter Brandau que lo hizo mucho peor y acabó hundiendo la TV, pero siempre ha tenido mucho cuidado de enfrentarse con Ayanta.

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Es probable que no le falte razón a Javier Rubio cuando emitió la sabia sentencia de que “vivir dentro del periodismo no es la vida más envidiable para una persona honrada».