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Juan Carlos Bermejo: «Es Manuel Valls el que parece haber fichado a Ciudadanos»

Redacción




Miguel Sempere.

Referencia del espíritu fundacional de Ciudadanos en directa relación con la sociedad civil y extrayendo de ella su fuerza vital, Juan Carlos Bermejo es una voz independiente y lúcida que tiende a decir la verdad sin ambages. Así, no ha sido Ciudadanos quien ha fichado a Manuel Valls sino Manuel Valls el que ha fichado a Ciudadanos. Su solidez intelectual y esa independencia plena le llevan a apostar siempre por la democracia interna y a mantener posturas como la necesidad de quitar las subvenciones a los partidos políticos.

Manuel Valls, anunciando su candidatura. /Foto: lavanguardia.com.

Fichaje mediático para la candidatura a la alcaldía de Barcelona con Manuel Valls. ¿Cuál es su opinión?

No creo que haya sido un fichaje de Ciudadanos, más bien creo que ha sido Valls quién pretende fichar a Ciudadanos. En mi opinión, Rivera se precipitó hace meses al anunciar que Valls tenía la puerta abierta para ser el candidato a la alcaldía de Barcelona por Ciudadanos, y es posible que en conversaciones privadas el propio Valls se lo hubiera hecho creer y por eso actuó así. Sin embargo, Valls es un animal político con una ambición muy notoria, y no creo que le gustara la idea de estar a las órdenes de Rivera. Tras sus malas experiencias en Francia, es probable que sus planes en España sean mucho más ambiciosos, y por eso ha montado esta candidatura transversal para tratar de atraer los votos socialistas y los de los nacionalistas moderados, lo que le daría una victoria clara y le serviría de lanzadera para otros propósitos.

Según marcan nuestros estatutos, la decisión para integrar a Ciudadanos en esa candidatura no la puede tomar el presidente Rivera, aunque ya ha hecho pública su opinión, sino que debe hacerlo el Consejo General, órgano superior al que compete la idoneidad, o no, de establecer alianzas electorales.

Si hay una región en España dónde la marca Ciudadanos es más poderosa, sin lugar dudas es en Cataluña, y el hecho de no presentarla o dejarla en un segundo plano nada menos que para la alcaldía de Barcelona puede constituir un gran éxito o un completo fracaso que sin duda tendrá consecuencias en toda España.

Yo personalmente creo que Ciudadanos debería presentarse con su marca, no obstante, es una situación idónea para someter esta trascendental decisión a consideración de todos los afiliados del Partido, y de paso demostrar que somos un partido democrático.

No tiene sentido eso de que Barcelona es una ciudad-estado

Manuel Valls se define como de izquierdas y republicano. ¿Eso es la famosa transversalidad de Ciudadanos?

Manuel Valls y yo, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, coincidimos en tres cosas: República, Independencia y Socialdemocracia (real, no la de los demagogos del PSOE). Las dos primeras son parte de la esencia del Movimiento Ciudadano que abanderaba Ciudadanos. No obstante, Valls no ha hecho más que empezar y ya ha lanzado algunos mensajes desconcertantes, como lo de que Barcelona es una ciudad-estado, que, honestamente, no creo que nos ayuden a cumplir los objetivos propuestos.

¿En qué sentido Ciudadanos es fiel o se ha alejado de su mensaje primigenio de representar a la sociedad civil?

En febrero de 2015, cuando yo me afilié al Partido, el espíritu del Movimiento Ciudadano atrajo a una gran cantidad de personas de la sociedad civil, muchas de ellas con un gran nivel profesional e intelectual, con la intención de “cambiar las cosas de verdad”. Sin embargo, también había personas que venían rebotadas de otras formaciones políticas, trepas y palmeros que vieron la oportunidad de ganarse la vida.

Tras la Asamblea de 2017, el Partido dio un giro a un nuevo concepto de liberalismo progresista, que hoy muchos afiliados me confiesan no saber muy bien a qué se refiere, y ello provocó que muchas de las personas que provenían de la sociedad civil abandonaran el proyecto.

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Debo señalar que yo soy un “outsider”. Nunca he estado afiliado a ningún Partido ni nunca he ejercido ningún cargo público.Mi intención es que los valores del Movimiento Ciudadanos queden arraigados en el Partido, y con ello espero volver a recuperar la confianza de todas aquellas personas válidas que nos abandonaron vuelvan con la misma ilusión que entonces y se sumen para poder hacer los cambios que la sociedad civil demanda a gritos desde hace lustros y que todos sabemos muy bien.

Sánchez en el Gobierno y España, al borde del colapso

Usted era partidario de que Ciudadanos no apoyara los Presupuestos de Mariano Rajoy, ¿por qué y cuáles hubieran sido las consecuencias?

En mi opinión, Ciudadanos no debió aprobar los PGE de Rajoy por motivos económicos y por motivos políticos. Refiriéndonos a los términos económicos, las cuentas presentadas por Montoro eran irrealizables, no garantizaban en absoluto la viabilidad de los servicios públicos fundamentales ni tampoco pretendía tapar el inmenso agujero del Sistema Público de Pensiones. Eran unos PGE basados en un crecimiento falso de la economía (hoy ya vemos la desaceleración) y con parámetros erróneos, por ejemplo, considerando un precio del petróleo muy inferior al real y así como los intereses de la deuda. Y lo más grave de todo, se basaban en aumentar la ya impagable deuda pública y en mantener la industria política con los centenares de miles de enchufados, duplicidades, empresas públicas inútiles, subvenciones a partidos y sindicatos, y en resumen, consentir un despilfarro continuado que devasta al país y a sus ciudadanos como metástasis que no paran de extenderse.

En cuanto a los términos políticos, los PGE estaban condicionados por las exigencias discriminatorias del PNV, lo que para un partido como Ciudadanos debe ser inaceptable. Por último, y quizás lo más grave de todo, Rajoy venía incumpliendo reiteradamente los acuerdos de investidura por los que Ciudadanos le dio el apoyo para ser presidente del Gobierno, pero dónde la traición fue mayor fue cuando Rajoy no recurrió al Tribunal Constitucional la decisión del Parlament de Cataluña de permitir el voto de los políticos fugados, lo que permitió el control tanto de la Mesa como de la Generalitat a los independentistas y que Ciudadanos, el partido que había ganado las elecciones en Cataluña, quedara relegado a hacer oposición sin trascendencia en las decisiones importantes de la región.

En ese momento, en primavera de 2018, Rivera tenía razones más que suficientes para no apoyar los PGE a Rajoy y retirarle el apoyo parlamentario, lo que hubiera dejado a Rajoy una situación muy difícil y probablemente hubiera disuelto las Cámaras. Sin embargo, a pesar de que se lo dije en público y en privado, hizo todo lo contrario, y hoy tenemos a Sánchez en el Gobierno y a España al borde del colapso.

«Tengo más avenencias con Albert Rivera que desavenencias»

¿Se considera un crítico tolerado a la dirección nacional de Ciudadanos, y concretamente a Albert Rivera?

Yo creo que Rivera y yo tenemos muchas más avenencias que desavenencias, y más cosas en común de las que parece. Él tiene la tarea difícil de quién toma decisiones, y yo la fácil de criticar, ya sea positiva o negativamente, como afiliado. A mí, personalmente, nadie del Partido me ha llamado nunca la atención por mis intervenciones públicas, muchas de las cuáles me consta que son muy relevantes. Al contrario, muchos me dicen por privado “sigue así”.

Sin embargo, si me llama la atención que muchos de mis artículos en prensa o intervenciones en televisión, a pesar de ser muchas veces los textos más leídos del día o tener centenares de miles de descargas, y eso se traduce en muchos votos de los ciudadanos porque al votante le gusta le objetividad y la libertad, no son mencionados públicamente en las redes por los cargos orgánicos de mi partido, aunque me consta que muchos de ellos comparten mis análisis. No obstante, la crítica, en los Partidos, si es constructiva y respetuosa, es buena y necesaria, y en Ciudadanos es lo que pretendemos, al menos eso dice nuestro ideario.

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¿Qué niveles de democracia interna mantiene Ciudadanos?

Creo que tengo experiencia para opinar sobre ello. A nivel local, las Agrupaciones, al menos las que yo conozco, tienen bastante libertad para hacer política municipal, y aunque al principio el tema económico era complicado, creo que ahora las cosas han mejorado bastante y la presencia de Ciudadanos en la calle y en los medios cada vez es más notoria y profesional.

Yo pertenezco a una Agrupación, Las Rozas de Madrid, que ha tenido muchos problemas, con concejales dimitidos, concejales expulsados e incluso la constitución de una Gestora. En resumen, dudo que haya muchas personas en el Partido que hayan presenciado los problemas que yo he visto, todos ellos derivados de las luchas internas de poder entre los personajes.

Sin duda, creo saber la solución para que estas cosas no ocurran, o al menos se minimice la probabilidad de que se produzcan, y la fundamental es que el Partido no se comporte como los de la “vieja política” y confíe más en los afiliados que vienen de la sociedad civil.

En cuanto a los procesos de Primarias, creo que hay dos aspectos en los que debemos mejorar si queremos presumir de ser los más democráticos y transparentes. El primero, es en establecer un calendario que garantice a los candidatos el tiempo necesario para poder hacer una campaña electoral con garantías de que los afiliados podrán conocer su programa y el candidato establecerá contacto con ellos para tomar la decisión en igualdad de condiciones. En las Primarias a las que me presenté contra Rivera sólo tuvimos un día para hacer campaña y dos para votar. En las más recientes en Andalucía ocurrió lo mismo. Esta forma de democracia interna no parece ser la más adecuada y he sentido envidia del último proceso del PP dónde los candidatos han tenido tiempo más que suficiente para recorrerse toda España para explicar su programa. El segundo, es establecer un método de votación que garantice de forma robusta los resultados ante la opinión pública, ya sea a través del uso de urnas o bien a través de un sistema telemático avanzado y robusto, similar al que usan los bancos, que garanticen que es realmente el afiliado el qué ejecuta el voto.

¿Aspira usted a ser un político profesional? ¿Qué opina de ese biotipo?

No. Mi intención es aprovechar una situación privilegiada en mi vida en la que además de encontrarme en una etapa madura e intelectual adecuada, me respetan la salud, la familia y el dinero, para poder ayudar a mi país y a los ciudadanos.

El biotipo de político profesional es, lamentablemente, el que se ha arraigado en la política durante los últimos veinte años. Por ejemplo, Casado y Sánchez con un ejemplo de esos políticos probeta y que ahora nos deleitan todos los días con una mediocridad sin límites y además incrementan lo que antes ya califiqué como industria política.

Si lugar a dudas, la única forma de acabar con este biotipo es derogando todas las subvenciones a los partidos políticos, sacándolos del aparato del Estado para que se financien ellos mismos y embebiéndolos en la sociedad civil, creando políticos vocacionales en lugar de parásitos profesionales.