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Moncloa.com deja fuera de juego a Eduardo Inda o la demolición de Villarejo

Redacción




Luis Bru.

José Manuel Villarejo ha dejado de contar con Eduardo Inda, su sicario de cabecera, con el que hablaba todos los días, y que, según declaró en sede judicial, le había prestado algunos servicios. Las escuchas telefónicas legales confirman que la relación era continua. Esa extraña y en sí mafiosa relación pasaba por la protección del Partido Popular y concretamente de Jorge Fernández Díaz, con el que Villarejo llegó a tener bula y a ser una especie de servicio de información paralelo. En el argot tabernario del chantajista Villarejo -un personaje que grababa todas las conversaciones- Eduardo Inda entra dentro de la descripción del comisario de que «la prensa me come la polla». Cuestión extensiva a Manuel Cerdán y a Esteban Urreztieta. Eduardo Inda es una de las víctimas colaterales de esta sucia historia, porque junto a la mafia policial y la mafia judicial ahormada en torno a Baltasar Garzón lo que se está poniendo de manifiesto es la existencia de una mafia periodística y no es menor añadir otro nombre rutilante: Ana Rosa Quintana situada como «asesora» por Villarejo, con el fundamento o la confirmación de que el segundo esposo de la reina de las Sicav fue cliente del comisario para que le llevara a cabo un trabajo sucio contra un antiguo socio.

Si el objetivo de Villarejo es salir de la cárcel o incluso vengarse, la operación puede considerarse tan demencial como fallida. Las grabaciones que va ofreciendo Moncloa.com, proyección empresarial de Merca2 en el ámbito político, porque la demolición de Villarejo está siendo completa. Su estilo y su lenguaje son deleznables, propios del hampa más cutre y sus prácticas manifiestamente delictivas. Hoy lo que se hace público es que Villarejo montó una casa de putas bajo el camuflaje de una «agencia de modelos», de forma que conseguía lo que él llamaba «información vaginal» que «funcionaba como un tiro«. Lo que hacìa era poner a tiro a personas poderosas una «chorbita y se la tiraba» y se iban de la lengua, pero en la historia el Villarejo que se dibuja es un proxeneta chantajeando y grabando ilegalmente. Los delitos se multiplican.

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Pocas veces en la historia del periodismo reciente una fuente se ha hecho el hara kiri ante toda la nación de manera tan burda. Moncloa.com está prestando un gran servicio a la sociedad mostrando el nivel de degradación irrestricta de un servidor público; que se le rieran las gracias soeces palidece ante una figura tan deleznable surgida y crecida en las Fuerzas de Seguridad. De él mismo ha dicho que «soy un tipo paciente. Hay que esperar hasta que pegas la ostia». Dime de que presumes y te diré de que careces. Villarejo nunca debió ser un Policía y quizás tampoco merezca pisar la calle en muchísimo tiempo. España no puede estar bajo los chantajes de un gángster con placa.

Y, a todo esto, qué es de Pedro J. Ese está fuera de juego y acabado.