Virginia Montes.
Europa marcha hacia su liberación y hay noticias que apuntan a ello con claridad. Hasta los más adictos a la canciller, consideran que Ángela Merkel vive su peor momento político. Lo dicen con claridad las encuestas. La más reciente de Deutschlandtrend da un descenso de 8,5 a la «gran coalición». Los democristianos de la CDU-CSU pierden 5 puntos; los socialdemócratas del SPD, 3,5. Es decir, han pasado de representar conjuntamente el 53,4 a sólo el 45%. Alemania está para elecciones anticipadas y para sustituir a Ángela Merkel, lo que ya está en los cenáculos de Berlín.
Merkel no es ya aquella mujer todopoderosa ni aquella estúpida alucinada que gritó «¡Vamos a lograrlo!» mientras abría las fronteras de Alemania en 2015 a una invasión islámica en toda regla, que ha disparado la inseguridad y las violaciones. Hoy es una política desprestigiada que gobierna sobre una coalición débil. En un gesto inusual en esta prepotente come salchichas esta semana ha dicho «¡Lo lamento mucho!». Nunca algo así había salido de su boca. ¿Qué es lo que lamenta? Merkel montó una cacería de brujas neonazis a propósito de las protestas en Chemnitz, con el objetivo de desprestigiar y aún ir a la ilegalización de Alternativa para Alemania, pero el jefe de la Oficina para la Protección de la Constitución, Hans-George Maassen la echó por tierra. Básicamente, dijo, en el Bild, que todo era mentira. Andrea Nahles, del SPD, pidió su cabeza, el ministro del Interior, Horst Seehofer hizo causa común con su subordinado. Fue relevado, pero haciéndole secretario de Estado y subiéndole el sueldo, de 11.500 euros brutos a 14.000. La bronca ha sido monumental contra la líder socialdemócrata capaz de aceptar un pacto así, de modo que nuevas reuniones y nuevo acuerdo: Hans-George ha sido nombrado «consejero especial para asuntos europeos«, con su mismo sueldo anterior.
Toda una situación ridícula que ha deteriorado aún más a Ángela Merkel que ya tiene fecha de caducidad: 14 de octubre, elecciones en Baviera. El batacazo de la CSU va a ser histórico. Los analistas del sistema esperan que eso conlleve la dimisión de Horst Seehofer y que ello permita respirar a Merkel y pueda terminar la legislatura. Pero esto es notoriamente confundir los deseos con la realidad. Los votos se van a ir hacia Alternativa para Alemania y hacia una nueva formación de derecha conservadora, euroescéptica: Electores Libres. Así que Baviera será un referéndum sobre Ángel Merkel y seguramente su tumba política.