Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
La fiebre de las secuelas continúa relevando el escaso índice de oroginalidad del cine contemporáneo. Se acaba de estrenar Predator, que pretende crear una nueva saga a partir del clásico film de ciencia ficción y terror dirigido por John McTiernan en 1987 y protagonizado por Arnold Schwarzeneger en la cumbre de su fama.
La película contaba la angustiosa historia de la persecución y pelea entre un grupo de soldados y un misterioso extraterrestre en las selvas tropicales. Pletórica de ritmo y acción se convirtió en uno de los iconos del cine de acción de los años ochenta; eran los tiempos de Rambo (George P Cosmatos ) con Stallone, Desaparecido en combate (Joseph Zito, con Chuck Norris) y el inicio de la saga Terminator (dirigida por James Cameron).
Predator 2018 está dirigida por Shane Black y protagonizada por Olivia Munn, Boyd Holbrook, Trevante Rhodes, Sterling K. Brown. Se trata del cuarto episodio de la saga principal y por tanto una secuela de sus predecesoras; Depredador (1987), Depredador 2 (1990) y Predators (2010), aunque su mayor referencia son las dos primeras. Hay que señalar que tras las originales se rodaron derivaciones como Alien contra Predator, todo un torbellino de acción sin límite .
El argumento es simple: El pequeño Rory (Jacob Tremblay) activa accidentalmente un dispositivo, propicia el regreso a la Tierra de los yautjas, desencadenando que los cazadores más letales del universo regresen a nuestro planeta una vez más. Esta especie extraterrestre se caracteriza por convertir en su trofeo la caza de otras especies y consigue su poder a través de la hibridación. Ahora, estos alienígenas han mejorado su ADN y solo un grupo de soldados y una mujer científica podrán evitar que arrasen a los seres humanos. Un nuevo y actualizado yautja será el nuevo Predator, la pesadilla de este improvisado equipo de héroes.
Shane Black no se complica consciente de lo que el público juvenil pide, evoca algunas de las más famosas secuencias de la película original a la vez que la homenajea con la banda sonora y algún que otro guiño cinéfilo. Pero lo fundamental es la acción, los efectos especiales, las apariciones del monstruo y un sentido de la puesta en escena muy eficaz, a caballo entre la serie B y la curiosa mezcla de sustos, desenfado, sentido caústico del humor y por supuesto violencia. En un principio se pensó en Schwarzenegger para una colaboración especial, pero a Arnold no le gustó nada que quisiera relegar a su personaje a un simple cameo y renunció a participar.
Predator 2018 no iguala ni de lejos a la original pero cumple de sobra su propósito de entretener al público juvenil al que va dirigida.
Recuerdo de Burt Reynolds ( febrero 1936- 6 septiembre 2018 )
La muerte de Burt Reynolds a los ochenta y dos años cierra un capítulo de la mitología de los años setenta en el cine americano. Burt Reynolds tuvo la dificultad de tener que servir de puente entre los más veteranos y míticos Charlton Heston, John Wayne, Burt Lancaster que aún alcanzaron triunfos en la década de los setenta, y su relevo generacional en el cine de acción a partir de los ochenta: Stallone, Schwarzenegger, Chuck Norris, Bruce Willis, Mel Gibson. Se quedó a medio camino lastrado por la escasa entidad de muchas de sus películas pero sin embargo su popularidad aunque limitada fue muy grande en aquellos años de transición del cine de Hollywood .
Películas como Los caraduras, Rompehuesos, Los traficantes, Los locos de CannonBall, Un caradura simpático mostraron las mejores cualidades de Reynolds: la simpatía, el buen humor , la ligereza y cercanía de los personajes.
Cometió el error de rechazar nada menos que La jungla de cristal y a partir de la segunda mitad de los ochenta desapareció prácticamente de las pantallas . Su regreso aunque fugaz vendría de la mano de ‘Boogie Nights’, por la que recibió una nominación al Oscar en 1997, otra a los Premios BAFTA y por la que fue galardonado con un Globo de Oro en la categoría de mejor actor de reparto por su interpretación del director de películas porno Jack Horner.
Y en el momento de su muerte Quentin Tarantino había anunciado el fichaje de Reynolds para que junto a Tim Roth, Kurt Russel, Michael Madsen, Leonardo DiCabrio y Brad Pitt participase en su siguiente película: Érase una vez en Holllywood .
Para las antologías del no demasiado brillante cine de los años setenta queda Deliverance , sin duda su mejor película y la más compleja de sus interpretaciones. Dirigida por John Boorman con Jon Voight, Burt Reynolds, Ned Beatty, Ronny Cox, en 1972, la película cuenta la historia de cuatro amigos que viven en la ciudad y deciden pasar un fin de semana en los Montes Apalaches, lejos de sus familias y los problemas de la oficina. Quieren bajar en canoa un río que atraviesa un bosque que pronto será inundado para la construcción de una presa. Todo parece ir bien pero, tras una jornada placentera, el encuentro con los locales convierte la excursión en una angustiosa pesadilla. Acción y muerte, una escena de violación masculina que levantó el escándalo en su momento. Charlton Heston rechazó la película por las derivaciones de su guión y su negatividad. De este modo Burt Reynolds pudo lograr su gran oportunidad. Hoy ya es historia del cine.