Virginia Montes.
Demócratas de Suecia, de Jimmie Akensson, no ha sido la segunda fuerza, como apuntaban las encuestas, sino la tercera, pero con una subida de 5 puntos respecto a las elecciones anteriores, se convierte en el árbitro de la situación. Los bloques de izquierda, 40,6%, y de la Alianza de centro-derecha, 40,3%, prácticamente han empatado, con 143 diputados cada uno, mientras, en términos coloquiales pero gráficos, la sartén por el mango la tiene Akensson, quien en una primera valoración ha ofrecido al líder conservador, Ulf Kristensson iniciar de inmediato conversaciones para formar gobierno.
Kristensson necesita para acceder a la presidencia que Demócratas de Suecia vote a favor o se abstenga, lo que bastaría. Obviamente, existe la opción de una «gran coalición» a la alemana, línea inédita y no experimentada en Suecia, y a la que los observadores conceden pocas posibilidades, porque las culturas de los dos bloques son bastantes distintas.
En la campaña electoral, Jimmie Akensson ha insistido en que su apoyo no será gratis y en que exigirá que haya concesiones hacia su programa en materia de inmigración y de lucha contra la delincuencia. Hasta el momento, la Alianza de centroderecha ha compartido el cordón sanitario respecto a Demócratas de Suecia, pero los datos inducen a pensar que esa postura deberá ser variada.
Escrutado el 95% de los votos, el partido más votado es el socialdemócrata de Stefan Lögven, con el 28,3%, pero al tiempo es el peor resultado de su historia y estamos, por tanto, ante un completo descalabro. La segunda formación ha sido el Partido Moderado con el 19,8%, quien también cosecha su peor resultado histórico. Es decir, Demócratas de Suecia ha labrado su avance en estos partidos tradicionales. El partido de Jimmie Akensson es la tercera fuerza con el 17,6% de los votos, por debajo de las expectativas de las encuestas pero con un claro avance. Luego vienen: Partido de Centro, 8,6%; Partido de la Izquierda, 7,9%; Democristianos, 6,4%, Partido Liberal, 5,5%; Partido de Medio Ambiente, 4,4%.
En suma, la socialdemocracia ha caído derrotada, está en trance de perder el poder y Jimmie Akensson es el gran ganador de la noche, abriéndose la opción de una línea de colaboración entre conservadores e identitarios a la austriaca.